Hay quien ni siquiera da una ojeada a su nómina cuando se la envían. Pero esta factura mensual en la que queda constancia de las relaciones económicas entre empleado y empresa es fácil de leer y es recomendable comprobar que todo esté bien. Te explicamos cómo y cuáles son las partes que conforman una nómina.

Empezamos por el encabezamiento. Aquí encuentras los datos de la empresa (denominación social, dirección, código de cotización de Seguridad Social, CIF) y las tuyas. Además del DNI y la afiliación en la Seguridad Social, la categoría, puede que el convenio y la antigüedad en la empresa, que te pueden servir para averiguar si te están pagando lo que te toca. Lo puedes averiguar pidiendo tu convenio o consultando con el delegado sindical o recursos humanos. Es importante que aparezca el periodo de la liquidación que se te paga.

En segundo lugar, tenemos los devengos. Allí encontramos el salario base, los complementos salariales, las horas extraordinarias y el salario en especies. Y la parte proporcional de las pagas extras. Como normalmente los salarios y las horas extras se negocian en bruto, es aquí donde tenemos que comprobar que la cantidad es adecuada. Es extraño que una empresa cometa un error con esta cifra, pero no sería la primera vez y, por lo tanto, es importante verificarlo. Hay que estar especialmente pendiente cuando hemos pactado un aumento de sueldo, que es una de las situaciones en las cuales, por error u omisión, la empresa puede pagar menos de lo que te corresponde.

Los impuestos

En tercer lugar, tenemos el apartado de deducciones, donde aparecen todos los impuestos que se descuentan del salario bruto. Allí, está el IRPF, impuesto sobre la renta de las personas físicas, que varía depende del salario y también de la comunidad autónoma. Esta parte se va al Estado y a las administraciones autonómicas. Con el IRPF se paga gran parte de la sanidad, la educación, la justicia y las políticas sociales. Es muy importante comprobar bien qué tramo de IRPF te corresponde e informar a recursos humanos, porque hay empresas que si no las avisas te ponen, por defecto, el mínimo, y después te toca pagar en la declaración de la renta. Puedes consultar aquí qué es lo que pagarás de IRPF según tu salario.

También en deducciones encontramos las cotizaciones sociales. Es dinero que se descuenta de tu sueldo por motivos concretos vinculados al trabajo más allá del IRPF. Por ejemplo, un 4,7% del sueldo se dedica a las contingencias comunes, es decir, se te descuentan para pagar parte de una posible baja laboral por enfermedad. Un 1,55% más ayuda a pagar las prestaciones de desempleo. Un 0,10% se destina a formación profesional y un 0,12% es por el mecanismo de equidad intergeneracional, que es un extra más para pagar las pensiones que se ha aprobado recientemente.

En total, se te descuenta un 6,45% del salario bruto en estas cotizaciones sociales, que se tiene que sumar al IRPF y después restarlo todo al salario bruto para obtener el salario neto.

La base máxima sobre la cual se aplican estas cotizaciones sociales es de 4.720,5 euros. O sea, que como máximo pagarás 304 euros por estas cotizaciones, que es el 6,45% de esta cantidad. Si la suma te da más de 304 euros de cotizaciones sociales, la nómina está incorrecta.

Y en la parte final de la nómina, está el cálculo de todas las deducciones restadas al salario bruto con el resultado final, que es el líquido a percibir. Es decir, lo que recibirás en tu banco.

También, a pie de página, podemos encontrar las aportaciones de la empresa a la Seguridad Social y el sello o firma de la empresa.