El síndrome de burnout o agotamiento laboral es ya uno de los grandes retos de salud mental en España y se está disparando. Los datos lo reflejan: las bajas laborales por trastornos mentales se han duplicado en los últimos ocho años, pasando de 283.912 en 2016, a 600.184 en 2023, según el último Estudio Internacional de Salud Mental AXAEl estrés crónico y la falta de equilibrio entre vida profesional y personal están detrás de estos datos alarmantes y son las causas principales de la situación que vive el mercado laboral en España.

Según el mismo estudio, un 75% de los españoles declara haberse sentido abatido o triste, un 69% ha tenido dificultades para relajarse y un 58% se ha mostrado incapaz de entusiasmarse con nada en la última semana. A esto se suma que el 62% valora su nivel de estrés en más de 5 sobre 10 y que el 23% de los trabajadores ha acudido al médico del trabajo por problemas psicológicos.

El Instituto Europeo de Psicología Positiva (IEPP), perteneciente al grupo Metrodora, advierte de que, para combatir el agotamiento laboral y ante este contexto, la prevención y el desarrollo de competencias de bienestar se han convertido en prioridades tanto para los profesionales como para las empresas. Aconseja invertir en programas de bienestar y el funcionamiento óptimo de las personas, organizaciones y comunidades porque mejoran la productividad hasta un 5%, y reducen la rotación de personal y los costes médicos, de acuerdo con la Harvard Business Review y del Foro Económico Mundial.

Constatan además que los análisis realizados por World Happiness Report 2025 confirma que las personas en trabajos con alta demanda y bajo control son significativamente menos felices. De hecho, el desempleo prolongado y el estrés laboral crónico impactan más en la felicidad que un divorcio o una enfermedad grave.