Cuando, en marzo de 2022, los doctores Araceli López Guillén y José Manuel Vicente Pardo, de la cátedra internacional de Medicina Evaluadora, Pericial y Laboral, definieron el término sisifemia como "el agotamiento del trabajador inagotable", una extenuación derivada de la hipermotivación que podía dar pie a cuadros de ansiedad graves o a consumo de estupefacientes, una de las primeras preguntas que surgió fue cuáles son las diferencias con el burnout o síndrome del trabajador quemado, concepto que también ha ganado fuerza en los últimos años. El equipo de médicos que introdujo este nuevo término, esta vez no un anglicismo, inspirándose en el mito de Sísifo, ha elaborado una lista con 7 claves para distinguir ambos trastornos laborales de salud mental. Y son más diferentes de lo que pueda parecer. 

Qué lo causa, latencia y síntomas 

La primera diferencia que refleja el esquema elaborado por los catedráticos tiene que ver con qué es lo que causa el trastorno. En el caso de la sisifemia, precisan que se trata de "objetivos diarios, marcados por el trabajo, casi inalcanzables, premura diaria de cumplimiento, largas jornadas laborales, apremio en la ejecución de tareas y alta responsabilidad". En cambio, el burnout es un estrés crónico que tiene que ver con "la diferencia entre los propios ideales de trabajo y lo que realmente es, no sentirse reconocido, apreciado o valorado por los usuarios a quienes presta el servicio". Esto es, la sisifemia afecta a trabajadores que sí que están motivados, pero a quienes les cuesta poner freno a su capacidad de trabajo, mientras que en el burnout la desmotivación es justamente el principal motor del trastorno. 

Las latencias de ambas dolencias, es decir, el tiempo que tardan en desarrollarse, son también diferentes. Mientras que en la sisifemia el periodo de latencia es corto y puede aparecer en personas jóvenes o en personas con trabajos con tendencia a esta entrega desmedida, en el burnout el periodo de latencia es más largo, aparece tras una larga carrera profesional sometida a largo estrés. 

Causa, latencia, síntomas, tipos de estrés, tipos de trabajador, actitud y locus control o lugar de origen diferencian a estos dos trastornos

Los doctores diferencian también en su clasificación entre los tipos de estrés que genera, pues mientras en la sisifemia es prolongado en el burnout es crónico y de más difícil reversión. 

Los síntomas son también diferentes, aunque parecidos en algunos puntos. Si la sisifemia provoca agotamiento físico y psíquico, estados de ansiedad, depresión, trastornos del sueño, consumo de tóxicos y agotamiento de las capacidades cognitivas, el burnout tiene que ver más con el desgaste motivacional, el agotamiento emocional y llega a producir despersonalización o conductas negativas hacia compañeros de trabajo. La sisifemia, por la gran tensión que produce, llega a ser relacionada a diferencia del burnout con problemas físicos como cardíacos, cardiovasculares, dolores de espalda, diabetes, obesidad, astenia, procesos dermatológicos o agravación de procesos respiratorios. 

Diferentes tipos de trabajador 

Aunque ambos trastornos están muy asociados a la actualidad y los trabajos de oficina, existe también una diferenciación sobre a qué tipos de trabajador afecta cada una de las dolencias. La sisifemia tiene que ver con profesionales a un alto nivel de exigencias y con una difícil capacidad de respuesta a todas ellas, muchas veces relacionada con la mala organización de la empresa.

Médicos, abogados, periodistas, consultores financieros, directivos o perfiles freelance como diseñadores o arquitectos que se presentan como "incansables" y "entregados a los objetivos de la empresa o laborales propios" son los principales afectados por la sisifemia, mientras que el burnout es más transversal en cuanto a oficios, pero afecta más a trabajadores más o menos formados pero con carreras prolongadas dedicadas al servicio de los otros. Teleoperadores, recepcionistas, personal de atención al público con trabajos más monótonos son más proclives al burnout o síndrome del trabajador quemado. En la sanidad, servicios públicos, la educación o los servicios sociales coexisten ambos tipos de trastorno, puesto que se puede dar el desgaste por el servicio a la comunidad no reconocido y la impotencia derivada de una entrega sin control o unas tareas inabarcables.   

Actitudes casi opuestas

Existe una diferencia crucial entre dos de los trastornos mentales más comunes en el ámbito del trabajo según los expertos evaluadores y es la actitud y visión del trabajo que tienen cada uno de ellos. Mientras que en la sisifemia el trabajador está motivado, incluso demasiado, es "incansable, pero puede pensar que no hace todo lo posible por cumplir", en el burnout nos encontramos ante un trabajador desgastado que ya no cree en su trabajo.

Quien padece sisifemia "es tan perfeccionista que hace más de lo necesario, condenado a vivir para el trabajo, agobiado y asustado ante el quehacer diario", relata el informe de José Manuel Vicente Pardo.  En la otra cara de la moneda, el trabajador con burnout "no siente la empresa ni el trabajo ya como algo propio, no se siente recompensado, ni valorado, está frustrado por sentir que sus ideales de trabajo no concuerdan con lo que es". 

En la sisifemia, el trabajador cree que puede cambiar y que el problema es de origen interno, mientras que en el 'burnout' culpa al trabajo y no ve remedio en nada que pueda hacer 

Por último, existe una diferencia entre el locus control, es decir, el origen que la persona afectada atribuye a su mal. Mientras que en la sisifemia es alguien que ve el origen dentro de sí, interno, "es consciente de que puede hacer algo para cambiar, aunque está abrumado por los acontecimientos y no pone remedio, pero sabe que debe cambiar para tener una relación saludable con el trabajo", en el burnout se trata de un origen externo, "piensa que se encuentra así por el trabajo y nada puede hacer personalmente para cambiar, derrotado por creer que no hay remedio a su sentir", apunta el estudio de los expertos.