El gigante de la banca suiza, UBS, ha celebrado este miércoles su Junta General de Accionista, la cual, ha pasado a un primer plano, dado que todo ha girado en torno a la compra de Credit Suisse. El pasado 19 de marzo se oficializaba la adquisición del que, en ese momento, era la entidad bancaria competencia de UBS por más de 3.000 millones de euros. La integración de Credit Suisse se da en un contexto marcado por los problemas financieros de la entidad helvética liderada por Ulrich Körner, los cuales los han llevado a perder el apoyo de sus accionistas y a estar cerca de una quiebra que, dicho por Axel P. Lehmann, presidente de Credit Suisse, se ha evitado por la compra de UBS.

De esta forma, el panorama bancario tiene ante sí la integración de los que son de los bancos con mayor calado en el escenario financiero, la cual, de cara a Colm Kelleher, presidente de UBS, es un “paso histórico, pero al que nunca quisimos llegar”. El máximo mandatario de compañía suiza ha destacado en la Junta de Accionistas el gran abanico de oportunidades que se le abre a la entidad resultante, pero ha dejado claro que era una situación a la que nunca habían imaginado llegar. Y es que, aunque la compra de Credit Suisse ha salido barata (teniendo en cuenta los activos que pose y, sobre todo, el renombre del banco), esta se dio de forma precipitada, con la presencia del Gobierno suizo de por medio.

UBS valora las oportunidades que se le presentan tras la integración de Credit Suisse

Tal y como afirmó durante la jornada de ayer el presidente de Credit Suisse, la integración, con la que el banco pierde su independencia tras 167 años de historia, era la única vía para evitar la bancarrota. En esas, este miércoles, el líder de UBS ha explicado que la absorción “marca un nuevo comienzo y grandes oportunidades para la entidad combinada, así como para este país como centro financiero”. Cabe destacar que, pese a la maltrecha situación financiera de Credit Suisse, este seguía siendo el segundo banco más grande de Suiza, y que ha sido adquirido por el primer banco del país helvético. De ahí que la compañía resultante pueda tener tanto poderío en el mercado financiero.

Pese a las proyecciones positivas, aún hay mucho camino por recorrer, especialmente para los directivos de Credit Suisse, quienes tienen que enmendar con los problemas acarreados a los accionistas y bonistas por del desplome de la compañía. Además de ello, varias informaciones concluyen que UBS llevará a cabo una reducción drástica de la plantilla del banco al que han absorbido.

“La primera fusión entre dos bancos globales”

Kelleher ha destacado que esta es “la primera fusión entre dos bancos globales de importancia sistémica”, pero también ha dejado claro que su integración será una tarea desafiante. El primer paso que han dado es la entrada de Sergio Ermotti como consejero delegado de la compañía, el cual entra en el cargo a partir de este miércoles. En lo referido a la estrategia de UBS, el presidente ha destacado que, aunque hayan incorporado a Credit Suisse, la hoja de ruta será la misma.

Dándole valor a la fusión del banco, el empresario irlandés ha constatado que la entrada de la que era la segunda entidad bancaria más grande de Suiza acelerará la expansión de UBS en la gestión de fortunas, dónde ha experimentado un gran crecimiento en algunas áreas como Estados Unidos y en varios países del continente asiático.

Kelleher se ha mostrado optimista con la integración de Credit Suisse. Pese a que este era uno de los gigantes de la banca a nivel global, se ha visto zarandeado por varios problemas que sobresalen de lo estrictamente empresarial. De hecho, en la última Junta de Accionistas de Credit Suisse, que tuvo lugar durante la jornada de ayer, la crispación y la tensión coparon el ambiente. Los inversores del segundo banco más grande de Suiza cargaron contra los directivos, achacándoles toda la culpa de una situación que, para todos ellos, es un “desastre”.

Credit Suisse ha estado en el ojo del huracán en varias ocasiones durante los últimos años por problemas que van desde inversiones nefastas, relación con fondos de riesgo que han resultado ser un fracaso, o hasta incluso mentiras de los directivos a sus inversores, sin olvidar los sobornos que el banco ha hecho. Todo ello parece haber quedado opacado por la compra de UBS, una entidad que, en 2023, ganó cerca de 7.000 millones de euros, y que ha tenido eficiencia para hacerse con la totalidad de Credit Suisse, una operación que ha salvado al segundo banco de la quiebra, tal y como reconocieron sus directivos ante los accionistas.

Está por ver si UBS logra devolver la estabilidad y el saneamiento económico a una empresa que tiene 167 años de historia. El presidente de banco más grande de Suiza ha dejado claro que no variará sus objetivos pese a la integración de Credit Suisse, pero, por lo pronto, ha pospuesto el programa de recompra de acciones para estar centrado únicamente en el acondicionamiento del banco desde hoy liderado por Ermotti.