Hoteles, aerolíneas, agencias de viajes, empresas de renting de coches y hosteleros reconocen que trabajar en el sector turístico es cada vez menos “sexi”, así que tratarán de atraer talento por dos vías, mejorando la comunicación y la mala fama que han adquirido, pero también haciendo que los empleos sean más atractivos, con más formación y sueldo.

Las empresas turísticas, además, se han propuesto acabar con la masificación de determinados destinos, aunque se defienden de las críticas y aseguran que no toda la culpa es del sector, también de quien gobierna el territorio, es decir, de las administraciones públicas. Asimismo, estas compañías se ponen como tarea trabajar con el Gobierno español codo con codo para controlar las viviendas turísticas, que siguen en aumento, ensucian la imagen del destino y no compiten en las mismas condiciones que los hoteles y alojamientos regulados.

Así lo han puesto de relieve en el duodécimo foro de Exceltur celebrado este martes en Madrid, en la antesala de Fitur, la Feria Internacional del Turismo, que arranca este miércoles en la capital. En concreto, el presidente de Exceltur, Gabriel Escarrer, que además es presidente y CEO del grupo hotelero Meliá, aludió a la problemática que en algunas zonas provoca el turismo “como la masificación o la gentrificación” debido en gran parte, “a las viviendas ilegales y poco controladas”.

Y en este sentido, reiteró la necesidad de desarrollar nuevos modelos de gestión turística, en los que se alivie la saturación de espacios y se genere un turismo más sostenible, propiciando además mejores condiciones laborales a los trabajadores del sector para captar y retener el talento. Pero las más de 20 empresas de Exceltur entienden que para poder llevar a cabo estas medidas se necesitan fórmulas jurídicas de gobernanza turística público-privada. Es decir, que estos retos se aborden “con una visión de Estado” y de forma conjunta y consensuada por el Gobierno y las compañías turísticas.

El presidente de Iberia también lo cree así. Fernando Candela recordaba que España ha firmado en 2023 un récord histórico en llegada de visitantes internacionales y de gasto turístico, lo que supone dejar atrás por completo la pandemia del Covid-19. Además, las previsiones para 2024 apuntan a que el turismo volverá a ser uno de los motores más potentes para la generación de riqueza y de empleo en nuestro país.

Pero advertía, aunque lo que se ha logrado “es muy bueno, no podemos caer en la complacencia ni bajar la guardia”. A su juicio, se debe aprovechar el momento para abordar algunos desafíos imprescindibles para transformar el sector turístico y asegurar su sostenibilidad a futuro.

Candela cree que aunque las empresas hagan esfuerzos, hay muchos avances que las compañías no pueden abordar solas. Y de ahí la importancia de la colaboración público-privada. “Tenemos por delante retos esenciales que debemos afrontar todos juntos: empresas y administraciones públicas. Cuestiones que requieren fortísimas inversiones y un plan de país”.

Por ejemplo, el presidente de Iberia destacaba que el Gobierno central, debe impulsar, con la ayuda de las empresas privadas, las infraestructuras necesarias para hacer verdaderamente eficientes las sinergias entre el avión, el tren y otros transportes. "Es imprescindible que en la T4 del aeropuerto de Barajas se desarrolle una gran estación de alta velocidad. Es lo que necesitan los viajeros y es lo que necesita España para tener un transporte más sostenible". Con esta y otras medidas, agregaba, el turismo será un sector cada vez más eficiente y atractivo.

Objetivo: acabar con la masificación

Durante el foro, José Luis Zoreda, vicepresidente de Exceltur, preguntó a otros actores del sector cómo les estaba afectando que en determinados destinos turísticos del país percibieran a las empresas como las causantes de la masificación en épocas muy concurridas, como el verano.

Carlos Garrido, presidente de la Confederación Española de Agencias de Viajes (CEAV) aseguraba que para ellos “es un tema determinante”, porque son una parte muy importante del viaje, la primera de hecho, y lo viven en primera fila con el cliente. “Tenemos la capacidad de redireccionar a los clientes a destinos menos saturados en determinadas épocas del año, mientras los empresarios de sector seamos conscientes, es algo que se puede trabajar”.

Ahora bien, Garrido cree que no toda la culpa es del sector. “El turismo mal gestionado puede traer perjuicios a los destinos, lo hemos visto y no es algo nuevo. Determinados destinos sufren por estar mal gestionados”.

Jorge Marichal, presidente de la Confederación Española de Hoteles (Cehat), aseguraba que la sensación de los hoteleros es la de un “preso encerrado por un asesinato que no ha cometido”. Y es que, acaba de terminar un año “genial” para el turismo tras dos de pandemia y “parece que somos culpables”. Si bien, los hoteleros están “hartos” de tener que defenderse por la masificación del turismo cuando hay fenómenos, como las viviendas turísticas, que están perjudicando más al sector que ellos, pues en los últimos diez años, el número de camas en España “prácticamente no ha crecido”.

"La vivienda turística es un fenómeno que no está controlado"

Respecto a la vivienda turística, además, pedía más claridad a los políticos. "La gente ya no puede vivir donde vivía, y tardar dos horas para ir a su trabajo y dos para volver, porque hay un fenómeno nuevo que no está controlado y que se debe controlar como actividad económica. No todo vale".

El presidente de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), Javier Gándara, aseguraba que llevan ya “mucho tiempo sufriendo la percepción negativa del transporte aéreo”, en su caso, acusados por ser un sector muy contaminante. “Hasta hace no mucho había un movimiento que decía que había que tener vergüenza de volar”, recordaba.

Pero en España la aviación es clave, defendía, pues el 80% de los turistas llegan en avión y en las islas, prácticamente el 100%. Sin embargo, el transporte aéreo “apenas es causante del 3% de las emisiones”. El de ALA indicaba que llevan años trabajando en que cambie esa visión negativa, pero también explicando que el objetivo es alcanzar las cero emisiones netas en el 2050.

Juan Luis Barahona, presidente de la Federación Nacional de Vehículos de Alquiler (FENEVAL) reivindicaba también que cuando se alquila un coche de rent a car se emite seis veces menos que con un vehículo particular, pese a que siempre se trate de “demonizar” su actividad. “Si todo el mundo alquilara, reduciríamos la contaminación”. En este sentido, recordaba que por ejemplo, son el único sector obligado a tener coches eléctricos en Baleares.

Generar más empleo y retener el talento

Además de asumir la mala fama que han adquirido en los últimos años, por la masificación y la contaminación, las empresas turísticas coincidían en que no están siendo capaces de generar y retener talento. “Hay recorrido de mejora”, reconocía el vicepresidente de Exceltur. “Debemos revalorizar ese orgullo de pertenencia al sector turístico y no el que vengan a trabajar porque no tenían alternativa en otros sectores”, agregaba Zoreda.

El secretario general de la Confederación Empresarial de Hostelería de España (Cehe), Emilio Gallego, se mostraba preocupado por la pérdida de imagen del sector, que cada es más negativa, lo que le ha hecho “perder atractivo”. Cree que, en este aspecto, el sector tiene muchos deberes. Entre ellos, mejorar la cualificación profesional de los trabajadores, lo que les permitirá “retribuirles mejor” y ofrecer un servicio de mayor valor añadido al cliente.

“Los salarios bajos, los horarios partidos… hay problemáticas y se deben mejorar. Se debe devolver la ilusión a los jóvenes, porque sin duda es más gratificante vender viajes que cualquier otra cosa”, añadía Carlos Garrido, de Ceav.

Jorge Marichal de CEHAT, reconocía también que los hoteleros tienen dificultades de contratación, y advertía que el problema se puede agravar porque en los próximos años se necesitarán entre 2,5 y 3 millones de personas en España para trabajar. “Es un problema nuestro por no haber damnificado las profesiones turísticas”.