El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha venido para cambiarlo todo; incluida la fórmula de la Coca Cola. El inquilino de la Casa Blanca siente añoranza del sabor del refresco que bebía de pequeño y se ha propuesto devolver a la bebida más famosa del mundo su fórmula original, lo que supone recuperar como edulcorante el azúcar procedente de caña de azúcar. Al menos, para la Coca Cola, que se toma por garrafas en Estados Unidos, que se endulza con "jarabe de maíz de alta fructosa". Pero la vuelta a la caña de azuzar supone una revolución en toda regla, no solo para propia compañía, sino muy especialmente para los productores de maíz, que se han hecho con el dominio en esta industria de refrescos y que, tras la campaña de Trump, se han puesto en pie de guerra.
La Coca-Cola estadounidense ha utilizado este edulcorante derivado del maíz desde los años 80, principalmente debido a su costo más bajo, gracias al maíz -producido masivamente en EE.UU.- que está subsidiado por el gobierno. La caña de azúcar no es un producto normal en Estados Unidos y se produce en países como Cuba, aunque los tres mayores productores del mundo son Brasil, India y, como no, China. Es frecuente que el azúcar se obtenga de otros vegetales que no sea la caña de azúcar; por ejemplo, en España, se utiliza la remolacha.
Esta semana, Trump publicaba en la red social de su propiedad, Truth Social, lo siguiente: "He estado hablando con Coca-Cola sobre el uso de azúcar de caña "REAL" en la Coca-Cola en Estados Unidos y han aceptado hacerlo", señala Efe. El republicano se mostró agradecido con los directivos de Coca-Cola por esa decisión, aunque la compañía de refrescos no confirmó la afirmación de Turmp y se ha limitado a decir, en un breve comunicado, que apreciaban su "entusiasmo" y que pronto compartirían más detalles sobre "nuevas ofertas innovadoras" dentro de su gama de productos. El mandatario ya ha expresado su devoción por la Coca-Cola en otras ocasiones, y es conocido que cuenta con un botón especial en su mesa del Despacho Oval para que se le suministre este refresco, aunque en su caso en versión 'diet'.
Trump añadió en la red: "Este será un muy buen movimiento por su parte - Ya verán. ¡Simplemente, es mejor!", concluyó en Truth Social, plataforma a la que recurre de forma habitual para comunicar todo tipo de anuncios. La Casa Blanca compartió a su vez en la red X (antigua Twitter propiedad de Elon Musk) la declaración de Trump con una imagen en la que el presidente aparece en un fondo rojo con los puños en alto y un mensaje donde se puede leer: "Tómate una Coca-Cola con Trump". El apellido está grabado en la etiqueta de la botella.
Campaña de salud
Trump no solo busca recuperar el sabor de su infancia, sino apoyar a su secretario de Salud de EE.UU., Robert F. Kennedy Jr. (equivalente a un ministro de Sanidad europeo), que trata de presionar a las empresas alimentarias para que eliminen los colorantes artificiales y otros aditivos en sus productos en su programa de "Make America Healthy Again" ("Que EE.UU. vuelva a ser saludable").
Un informe de este departamento publicado en mayo, indicó que el jarabe de maíz, obtenido de su almidón y empleado para endulzar todo tipo de refrescos, bollería industrial y 'snacks', era un factor asociado a la obesidad y enfermedades relacionadas. Sin embargo, la diferencia nutricional entre ambos es mínima, ya que los dos elementos están compuestos esencialmente de fructosa y glucosa, según la Sociedad Química Estadounidense.
La compañía precisa en su web que su producto estrella se consume en más de 200 países y detalla que en función del lugar donde se fabrique y las materias primas que se usen pueden detectarse ligeras diferencias en el sabor. En Europa se usa azúcar como edulcorante, mientras que en Estados Unidos, hasta que se implemente el cambio anunciado, se emplea jarabe de maíz en el caso de la Coca-Cola sabor original.
Un estudio realizado por José María Puya, tecnólogo alimentario y dietista-nutricionista comparando la Coca Cola que se sirve en Estados Unidos y la que se bebe en España, señala que la diferencia más evidente entre las dos versiones es el tipo de endulzante utilizado. "Mientras que en España se utiliza la sacarosa (el corriente azúcar de mesa), compuesto de un 50% fructosa y 50% glucosa, en Estados Unidos emplean el famoso y controvertido jarabe de maíz de alta fructosa (JMAF), un edulcorante calórico obtenido a partir de la hidrólisis del almidón de maíz que, en su versión para refrescos (JMAF-55), suele estar compuesto de un 55% de fructosa, un 41% de glucosa y 4% de otros azúcares", publica en la web Alimentologia. "En cuanto a las supuestas diferencias calóricas entre las versiones, hay que decir que las diferencias son tan mínimas que podemos decir que no existen diferencias. La versión de Estados Unidos tiene solo 0,2 g más de azúcares por 100 ml que la versión española. ¡Para ser más precisos: 100 ml de Coca-Cola en Estados Unidos aportan 10,8 g de azúcares, mientras que 100 ml de Coca-Cola en España suman 10,6 g de azúcares!", en línea con lo que concluye la Sociedad Química Estadounidense. Cosa distinta es la diferencia en el sabor, como reconoce el propio fabricante del refresco.
Miles de puestos de trabajo
Los productores de maíz, que forman un poderoso 'lobby' en esta industria, se podría ver gravemente afectada por las presiones de Trump si finalmente Coca Cola cede y vuelve a la caña de azúcar. Nada más conocerse el anuncio de Trump, el director ejecutivo de Asociación de profesionales del refinado de maíz, John Bode, aseguró que el cambio al azúcar "no tiene sentido", informa Efe. "Sustituir el jarabe de maíz de alta fructosa por azúcar de caña costaría miles de puestos de trabajo de fabricación de alimentos estadounidenses, deprimiría los ingresos agrícolas e impulsaría las importaciones de azúcar extranjero, todo ello sin ningún beneficio nutricional", reflexionó Bode.
Ante el posible cambio anunciado por Trump, el director ejecutivo del eterno competidor de Coca-Cola, PepsiCo, Ramon Laguarta, aseguró en una entrevista con CNBC que él ve una "oportunidad" para la caña de azúcar en sus productos. Laguarta señaló que el azúcar es "más caro en EE.UU. que en muchas partes del mundo", por lo que indicó la necesidad de tener una conversación con el Gobierno estadounidense para que sea más asequible mediante una estrategia agrícola que reduzca el coste del azúcar y que facilite "la transición para nosotros y para toda la industria". Aunque apuntó que el 60% de sus bebidas en EE.UU. no contienen jarabe de maíz, la Pepsi con sabor original sí lo emplea.
Fans de la 'coke' mexicana
Ante el posible retorno al azúcar, la Coca-Cola mexicana ha alcanzado cierto protagonismo y se generan dudas sobre su futuro en EE.UU., puesto que el refresco que proviene del otro lado de la frontera de Río Grande se fabrica con azúcar de caña y se exporta al país norteamericano, donde se puede encontrar tanto en supermercados como en taquerías. Esta bebida comenzó a importarse en Texas en 2005 con el objetivo de que estuviera disponible en aquellos lugares con comunidades de inmigrantes mexicanos.
Las diferencias entre estos dos productos bajo la misma marca no solo pasa por el edulcorante que utilizan, sino por el precio de la Coca-Cola mexicana, ya que es más elevado y su sabor es diferente: los fanáticos de esta bebida aseguran que sabe mejor que la estadounidense, y se ha creado una especie de culto en torno a este producto.