Telefónica ha desvelado este martes los resultados financieros correspondientes al tercer trimestre de 2025 y el acumulado de los nueve primeros meses del ejercicio. Estas cifras actúan como aperitivo de una jornada crucial para la operadora, que estará marcada por la presentación de su tan esperado nuevo plan estratégico, una hoja de ruta que debe definir su futuro en un mercado global hipercompetitivo.

Las cifras revelan una realidad dual: por un lado, un tercer trimestre con resultados positivos en las operaciones que permanecen dentro del grupo; por otro, un acumulado anual en números rojos debido al impacto contable de la salida casi completa de Latinoamérica, un proceso histórico que ha marcado el año de la empresa.

Durante el período comprendido entre julio y septiembre, Telefónica registró un beneficio neto de 276 millones de euros. Esta cifra se desglosa en 271 millones procedentes de las operaciones continuadas –las que constituyen el corazón del grupo tras la reestructuración– y solo 5 millones atribuibles a las operaciones en discontinuación (las filiales de Argentina, Perú, Uruguay y Ecuador, cuya venta ya se ha cerrado o está en proceso).

Este resultado trimestral pone de relieve la salud operativa del negocio central de Telefónica, alejado ya de los trámites de las desinversiones. Los ingresos del tercer trimestre alcanzaron los 8.958 millones de euros, con un crecimiento orgánico (excluyendo el impacto de las monedas y las desinversiones) del 0,4%.

Un crecimiento modesto, pero positivo en el actual contexto económico. Un indicador clave de la eficiencia operativa, el Ebitda (beneficios antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones), experimentó un incremento orgánico del 1,2% hasta los 3.071 millones de euros. Además, la compañía mantuvo un nivel sostenido de inversión, con un desembolso de 1.167 millones de euros en capex (gastos de inversión), aunque esta cifra representa una disminución del 7% respecto al mismo periodo del año anterior.

La herencia de los nueve primeros meses

Cuando se amplía el foco a los nueve primeros meses del año, la fotografía cambia radicalmente debido al terremoto financiero que han supuesto las desinversiones. Telefónica acumuló unas pérdidas netas de 1.080 millones de euros. Este resultado negativo se explica por un doble componente:

  • Un beneficio de 828 millones de euros generado por las operaciones continuadas, demostrando que el negocio central es rentable.
  • Unas pérdidas de 1.908 millones de euros vinculadas a las operaciones en discontinuación en Latinoamérica.

Esta situación contrasta vivamente con el mismo periodo de 2024, cuando la compañía obtuvo un beneficio de 954 millones de euros. La caída es, pues, directamente atribuible al impacto contable de las ventas, que han supuesto un coste de 828 millones de euros, como informó la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

En el acumulado anual, los ingresos fueron de 26.970 millones de euros, con un crecimiento orgánico del 1,1%, aunque, de forma reportada (incluyendo los efectos de los tipos de cambio), se registró una caída del 2,8%. El Ebitda acumulado creció un 0,9% en términos orgánicos, hasta los 8.938 millones. Más allá de los números de la cuenta de resultados, Telefónica muestra síntomas de robustez en sus fundamentos:

  • Deuda: La deuda financiera neta se situó en 28.233 millones de euros a 30 de septiembre, una cifra que el mercado sigue con atención y que la compañía se ha comprometido a mantener bajo control.
  • Fondo de caja: El flujo de caja libre de las operaciones continuadas, un indicador esencial de la liquidez que genera el negocio, alcanzó los 414 millones de euros en los nueve primeros meses.
  • Base de clientes e infraestructuras: La compañía cerró el mes de septiembre con 350,2 millones de accesos a escala global. Destacan los 16,4 millones de conexiones de fibra óptica, un 8% más que el año anterior, y el despliegue imparable de la red de fibra FTTH, que ya alcanza los 82,6 millones de inmuebles (un 9% más). En tecnologías móviles, la cobertura 5G ya es del 78% en sus principales mercados, con un incremento de 8 puntos porcentuales en un año.

Los negocios en América Latina

El proceso de desinversión en Latinoamérica, una decisión estratégica para centrar los recursos en los mercados de Europa, está dando sus últimos pasos. Durante el mes de octubre, se formalizaron las ventas de Telefónica Uruguay y Telefónica Ecuador, que se unen a las ya finalizadas de Argentina y Perú. El último acto de este proceso histórico será la venta, aún pendiente de cierre definitivo, de Telefónica Colombia.

Ahora, todos los ojos están puestos en el nuevo plan estratégico que la compañía presentará hoy mismo. La comunidad inversora espera que este plan detalle cómo Telefónica prevé acelerar el crecimiento, maximizar la rentabilidad de sus mercados clave (España, Alemania, Reino Unido y Brasil) y aprovechar las oportunidades en áreas como la inteligencia artificial, la nube y la ciberseguridad para asegurar su posición de liderazgo en la próxima década.