La fusión bancaria que propone el BBVA con la absorción del Banco Sabadell no deja indiferente al sector productivo catalán que la ve como una amenaza porque las empresas pasarían a concentrar más riesgo en una sola entidad, mientras no dieran con una alternativa en el mercado que pueda satisfacer sus necesidades de gestión financiera; una opción que, según aseguran, el Banco Sabadell cubre con eficiencia.
Sus miedos no son infundados. Con la fusión -si sale adelante-, el 84% de las empresas catalanas serían clientes del BBVA, según fuentes financieras consultadas por ON ECONOMIA, que hacen referencia al segmento de las compañías que facturan entre 2 y 100 millones de euros anuales. La concentración se genera, entre otras cosas, porque una gran mayoría de las sociedades no trabajan únicamente con una sola entidad, justamente para diversificar riesgos y para fomentar 'una sana' competencia entre las mismas entidades, que buscan mercado, y fidelizar a los clientes.
Es por eso que, a estas alturas, el Banco Sabadell ostenta una mayor penetración en el mercado de las pymes, del 64,4%, mientras que el BBVA se queda con un 60,7%. Hecho que no saca, sin embargo, que un 68% de los clientes del BBVA lo sean al mismo tiempo de la entidad catalana, y viceversa, ya que un 64% de las empresas que trabajan con el Sabadell también lo hacen con la financiera bilbaína. Para el Banco Sabadell, la banca de empresas es la línea del negocio más rentable, aparte de ser una de sus tres principales líneas de negocio junto con la banca de particulares y de inversión.
Las organizaciones e instituciones empresariales y económicas de Catalunya ha rechazado frontalmente la opa hostil anunciada este jueves, tanto en la forma como en el fondo y han alertado de los riesgos que generará este posicionamiento de liderazgo, aunque todas ellas son respetuosas con la economía de mercado. Hay temor por el impacto de esta operación, especialmente significativa en un territorio como Catalunya, caracterizado por un gran dinamismo empresarial y que requiere entidades que se orienten a los intereses de las empresas, han asegurado esta semana a muchos de sus portavoces. Han coincidido en la relevancia del banco catalán en su apoyo a la empresa, pero también a los empresarios y, en las últimas décadas, al papel de la emprendeduría -en solo 10 años ha invertido 1.200 millones- y los autónomos.

El ADN del Sabadell
Creado el 1881, el Banco Sabadell lo sacaron adelante un grupo de empresarios de la ciudad de Sabadell que lo fundaron con un capital de 10 millones de pesetas. La entidad tuvo un papel activo en el comercio de lanas y carbón en sus primeras etapas y, más adelante, con el boom industrial del textil, la capital vallesana fue uno de los ejes económicos por excelencia y el banco también estuvo para empujar la economía.
Con la desaparición del Banco Sabadell muchas pymes quedarán huérfanos de financiación, aseguraba la patronal Foment del Treball, y lo remachaba el presidente de la Cambra de Comerç de Barcelona, Josep Santacreu, destacando el papel de la entidad catalana entre las 700.000 empresas catalanas y autónomos. Santacreu pedía que "no se pierda esta potencialidad, variedad y calidad de oferta", con relación a los servicios que ofrece el Sabadell.
El nivel de concentración del sistema financiero con este tipo de operaciones es "lesivo para el conjunto del sistema financiero", sostenía al presidente de Pimec, Antoni Cañete. La patronal que lucha por la defensa de las pymes en varios ámbitos rechaza "frontalmente" la opa hostil por las "graves consecuencias" que tendría la operación para estas empresas, que verían como "se les dificultaría" el acceso a financiación y serían las "grandes perjudicadas" a causa de la reducción de la oferta del mercado, y porque también "pone en riesgo la estabilidad financiera del país".
En la misma línea, la también defensora de las pymes, la patronal vallesana Cecot insistía en que "en el caso de las empresas la financiación es clave para poder garantizar su actividad y, sobre todo, para poder llevar a cabo proyectos de transición energética, transformación digital o internacionalización que les permita consolidarse y crecer," argumentaba su presidente Xavier Panés. "Si se reduce el mercado financiero, la oferta de condiciones en que pueden optar las empresas dejarán de ser flexibles, sobre todo para las sociedades de dimensión pyme".
El decano del Col·legi d'Economistes de Catalunya (CEC), Carles Puig de Travy, manifiesta que "estamos ante una operación que conducirá a una intensificación de la concentración bancaria y que, lógicamente, tendrá consecuencias para todos y, especialmente, en Catalunya, donde parece que podríamos situarnos en niveles de concentración no deseables". "En este análisis hay que tener presente desde los accionistas a los clientes, pasando por los trabajadores y proveedores", manifiesta el decano, al tiempo que considera que "a priori, hay que considerar que cualquier operación que dimensione la estructura empresarial y fortalezca la posición competitiva es positiva. Ahora bien, desde el punto de vista de evitar concentración de mercado y prácticas que vulneren la competencia, siempre es más deseable que se haga entre corporaciones de distintos países que en organizaciones de un mismo país".
De aquí que, unos y otros, se hayan dirigido a los órganos reguladores de los mercados y de la libre competencia para pedirlos que analicen, y actúen, si hace falta, en caso de que la operación vaya contra el libre mercado y las reglas de la competencia. El decano de los economistas catalanes insiste en que "de entrada, las diferentes autoridades reguladoras son las que deben examinar si la operación es correcta desde todos los puntos de vista (normativo, solvencia, …), según Travy, y si tendrá un impacto excesivo en el mercado y los distintos agentes. Estamos hablando, por ejemplo, de autoridades como el Banco Central Europeo, el Banco de España, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV)".
La concentración también traerá aparejada una nueva ola de cierre de oficinas de atención al público que, en Catalunya especialmente, ha sido demoledora para los consumidores en los últimos años. De hecho, después de la absorción de Bankia por parte de CaixaBank, el 88% de la cuota de mercado en oficinas bancarias de Catalunya quedó en manos de solo cinco entidades. La suma de BBVA-Sabadell tendría 741 oficinas en Catalunya, número que equivale al 35% de la red de establecimientos bancarios con atención al público del conjunto del territorio. La cifra de la red de la nueva entidad, también puede variar y, probablemente, ir a la baja, porque el BBVA ya ha dejado claro en su oferta para la fusión, que la marca 'Sabadell' solo se preservará en aquellas zonas donde esté justificado por su peso financiero.
Duplicidad y liderazgo en España
Los reguladores tendrán que dilucidar si la participación del mercado que asumiría el nuevo banco en Catalunya, del 84%, pone contra las cuerdas a la operativa financiera del tejido empresarial, básicamente las pymes. Asimismo, también habrá que ver si es una amenaza o un desafío para el resto del sistema financiero español. Más concretamente para dos de las cinco principales entidades financieras de España. CaixaBank, que actualmente tiene un porcentaje de penetración en el mercado empresarial catalán del 75% y el Banco Santander, que controla un 55,7%, según los datos disponibles. Por detrás, pero a una distancia significativa, encontramos Bankinter (20%) e Ibercaja (11%).
Si estas participaciones de mercado las extrapolamos al conjunto de España y las acotamos según la dimensión empresarial, el banco que resultara de la fusión BBVA-Sabadell también tendría una posición de liderazgo entre la pequeña empresa -de 2 a 10 millones de facturación- con el dominio del 70%. Sería la suma del actual 52% del BBVA y del 40% del Sabadell, también teniendo en cuenta que hay duplicidades, ya que más de la mitad (54%) de las pymes que trabajan con la entidad que preside Josep Oliu, también lo hacen con el BBVA. Comparten también su administración financiera el 42% de las firmas clientes de la banca bilbaína, liderada por Carlos Torres, el artífice de esta opa hostil, según las mencionadas fuentes.
Con una participación de mercado del 70,8%, el banco BBVA-Sabadell pasaría por delante de CaixaBank, que trabaja con un 62,5% de las pequeñas empresas, y el Santander con un 61,7%.
También las superaría en 10 puntos porcentuales en el segmento de medianas empresas. Para el segmento de las sociedades con un negocio de entre 10 y 100 millones de euros anuales, la cuota total del mercado todavía es más alta: el 80,2% del conjunto de España. Hasta ahora el segmento lo lideraba CaixaBank, con un 73,7%, seguido del Santander, con un 70,3%.
En esta dimensión de cliente empresarial, hay que remarcar que el BBVA tiene un peso superior en la actualidad, del 67,2%, mientras que el Sabadell se queda con un 44,2%. Pero las duplicidades también se observan y también marcan más separación. El 71% de los clientes del Sabadell lo son a la vez del BBVA, pero solo cuatro de cada diez (46%) de la banca bilbaína también tienen operativa bancaria con la entidad catalana.