Sabor agridulce en el primer Capital Market Day con Marc Murta como presidente de Telefónica. La compañía se deja más de 3.200 millones de euros en Bolsa en su mayor caída desde marzo de 2020, al retroceder más de un 13%. Principalmente por el recorte del dividendo, que en 2026 será la mitad que este año. Sin embargo, los nuevos accionistas de la teleco, que serán los más perjudicados, y el consejo de administración al completo, han respaldado de forma unánime los planes del exIndra con el nuevo plan estratégico.
Durante la presentación a analistas y también durante la presentación a prensa, Murtra insistió en reiteradas ocasiones que el plan estratégico 2025-2030 reflejaba la visión conjunta del equipo directivo de Telefónica y del consejo. Un consejo que ha cambiado considerablemente en el último año tras la entrada en el accionariado del Gobierno y del fondo saudí STC.
Así, además de la incorporación del propio Marc Murtra en enero y del consejero delegado, Emilio Gayo, en sustitución de José María Álvarez-Pallete y Ángel Vilà; Telefónica ha aprobado la incorporación de Carlos Ocaña como consejero dominical en representación de la Sepi, que ahora es accionista de control con el 10%; al que también ha nombrado vicepresidente. Y de Olayan Alwetai, que es consejero dominical en representación de la saudí STC, que posee un 9,97% del capital.
No obstante, el presidente de Telefónica confirmaba que también ha contado con el apoyo de sus accionistas de referencia, CriteraCaixa y el BBVA, pese a que el segundo no tiene un sillón en el consejo. La presencia del primero es más notable, porque Isidro Fainé, además de consejero desde hace más de tres décadas, también es vicepresidente y participa en todas las decisiones estratégicas de la teleco. “El plan cuenta con el apoyo de todos los accionistas”, aseguraba Murtra.
Entre los planes de Telefónica para el próximo quinquenio se encuentra la salida de los mercados hispanoamericanos donde aún está presente, que son México, Chile y Venezuela, además de Colombia, donde ya tienen el proceso de venta avanzado. Al tiempo que se reforzará en sus mercados core: España, Alemania, Reino Unido y Brasil. En cualquiera de ellos, la compañía podría llevar a cabo alguna operación corporativa en los próximos meses para crecer, sobre todo en los países europeos, donde cree que hay espacio para la consolidación.
En este sentido, Murtra explicaba que en Europa hay 38 operadores frente a los 3 de Estados Unidos y los 3 de China, por lo que hay oportunidades para cerrar la brecha tecnológica. Y aquí aclaraba que solo en el caso de que llevaran a cabo una fusión o adquisición, recurrirían a una ampliación de capital. Una decisión que también cuenta ya con el respaldo de sus inversores. “Todo lo que decimos hoy tiene el apoyo unánime del consejo e incluye a los grandes accionistas”.
Por otra parte, la firma confirmó que podría dejar de cotizar en Wall Street, un movimiento que responde a la intención de simplificar el negocio. Por este motivo también se plantean la venta de su sede en Gran Vía (Madrid) así como de "cualquier activo que es non core", explicaba la CFO. "Tenemos un enfoque pragmático a la posible venta porque permite reducir deuda", que es en lo que llevan meses centrados.
Telefónica abre la puerta a recorte de plantilla en España
En las últimas semanas, se ha hablado de la posibilidad de que Telefónica lleve a cabo un ajuste de plantilla de hasta 7.000 trabajadores. La compañía no ha querido confírmalo ni dar una cifra, sin embargo, se ha propuesto mejorar la eficiencia y ahorrar 3.000 millones de euros en costes hasta 2030, lo que normalmente se traduce en reducción de personal.
El consejero delegado, Emilio Gayo, no cerraba la puerta. Tan solo insistía en que, si eso sucede, se hará negociando con los sindicatos. “Dentro del plan están todos los ahorros que vemos factible de capturar y si estuvieran incluidos temas que tienen que ver con personas, lo que podemos decir es que lo haremos siempre de la mano de los representantes de los trabajadores”. Más adelante, Marc Murtra añadía que no hay un horizonte temporal para estas salidas, ya que la compañía tiene primero que estudiar la situación.
Aunque Telefónica defendió con insistencia que contaba con el apoyo de toda la cúpula, lo cierto es que el Gobierno se suele mostrar muy crítico con los grandes ERE de las cotizadas. De hecho, fue muy crítico con el de CaixaBank cuando cerró la fusión con Bankia, porque también es el segundo gran accionista de la catalana. Habrá que esperar a ver su reacción si finalmente hay un ajuste, vía ERE o prejubilaciones.
