La Biodramina dels Laboratoris Uriach; la cadena de tiendas de Josep Roura o la identidad de la tienda de moda masculina Bugatti, ambas en Barcelona; Unnim para la fusión de las cajas de ahorros de Terrassa, Sabadell y Manlleu; la identidad de Andorra, el país de los Pirineos; Spanair; Panes & Compañero; La Sirena; Mesoestetic; Fuente Vieja; Alvalle; Circuito de Barcelona Catalunya; Cinco Jotas, Grifols; Werfen; Vegga; Roca Group y... la imagen de los 125 años de historia del Barça. Esta podría ser una manera de proyectar la evolución de la agencia de consultoría de marca Morillas Brand, que fundó a Antoni Morillas, uno de los pioneros del diseño gráfico en España, a la década de los 60 del siglo pasado.
Han pasado 63 años desde que la creó y su nieto Marc Morillas se propone "ir alimentando esta catedral de las marcas", que "permanecerá en Barcelona y seguirá siendo familiar, pero con la mirada puesta en el mundo". "Mi visión profesional es dejar a la siguiente generación una compañía más internacional y reconocida mundialmente, con mejores capacidades en todas las áreas", explica.
A pesar de considerarse la oveja negra de la familia porque no es ni creativo, ni diseñador, ni arquitecto... sino un financiero, Marc lleva las riendas del negocio desde el 2016 y quiere conducir "la creatividad de mi abuelo y el espíritu emprendedor y empresarial de mi padre Lluís Morillas a un gran número de países de todo el mundo y de la manera más rápida posible". Lo hará exportando y visibilizando "el alma de esta empresa, que es un gran valor y un inmenso legado", con la ayuda de los socios profesionales que "entienden lo que hacemos y lo comparten"; como así ha sido en su estrategia de crecer en México, Guatemala, República Dominicana, Perú y "muy pronto nos ubicaremos en el Ecuador".

Todos los equipos de Morillas Brand trabajan para proyectos destinados a definir el posicionamiento estratégico de las marcas, para ayudar a las empresas a vender más y vender mejor. "La marca tiene que buscar y conquistar un espacio dentro de la mente de los consumidores y conseguir que su relación perdure el máximo de tiempo posible y de manera sostenida, hasta conseguir una relación emocional," expone.
Marc Morillas menciona un estudio de Harward Business Review que establece un paralelismo, sacaban una media de unas 4.000 marcas en diferentes sectores, que establece que si tú eres capaz de subir el valor de tu marca, podrás multiplicar por 5 el retorno que puedes ofrecer a tus accionistas. "Es un efecto multiplicativo del valor económico para cualquier compañía el hecho de trabajar para aumentar el valor de la marca; hecho que depende de acercarla a tus audiencias".
Este es el efecto multiplicativo que persigue Morillas Brand en cada uno de los proyectos que asume, y que han sido más 14.000 en toda su historia. El consejero delegado del grupo tiene "un amor infinito" por una de las últimas creaciones de la consultora: la imagen de los 125 años de historia del Barça. Un club que, para Marc Morillas, va más allá de un deporte. "Es una manera de entender la vida, de lo que estoy inmensamente orgulloso. En las buenas, y en las malas", reconocía recientemente a través de las redes sociales. En una conversación con ON ECONOMIA, hace memoria que él ve y sigue los partidos del Barça desde que tenía 3 años, acompañado de su abuelo Alfons Planas -también industrial catalán-, y que es un gran culé. Pero lo más importante es que "el resultado del proyecto que hemos hecho para el Barça es espectacular, porque hemos sido capaces de encapsular en un pequeño símbolo toda una filosofía de juego y de pasión por la pelota; cosa que no era nada fácil".

La empresa familiar, un futuro mejor para Catalunya
También tiene en su Top 3 los proyecto que han hecho desde el 2020 para Roca Group, donde combinan tecnología de vanguardia con la inspiración de la naturaleza, un verdadero reflejo del compromiso de Roca con la innovación, la creatividad y la satisfacción del cliente, y los valores de una empresa familiar implicada, comprometida en el largo plazo, sería en el trato con los equipos, los socios, con toda la cadena de valor". Utiliza la compañía Roca como ejemplo del hecho que "la empresa familiar es sin duda una de las pocas garantías que tiene nuestro país a la hora de pensar en un futuro mejor". "Ver un proceso de transformación tan grande en una marca hace que renueve los votos hacia mi trabajo", se afianza Morillas.
Explica que si hace unos años el ciclo de vida de una marca era de unos 10 o 11 años, hoy en día se ha reducido a entre 5 y 6 años. Pero insiste en el hecho de que las marcas tienen que ser, por encima de todo, flexibles. "Actualmente, la sociedad está y vive inmersa en la volatilidad; cada año hay una macrotendencia que hace que todos los actores económicos se configuren y reconfiguren y, por lo tanto, las marcas no pueden ser impermeables; tienen que tener flexibilidad para adaptarse constantemente". Está aquí donde entra especialmente Morillas Brand: hacer un ejercicio de planificación estratégica para saber qué lugar de la mente de los consumidores quiere ocupar una marca y actuar en consecuencia.
Un trabajo de Morillas Brand que pasa, entre otras cosas, para "gestionar una empresa que vende talento", con un equipo de más de 70 profesionales de 12 nacionalidades a los cuales implica en una manera de hacer, una cultura de empresa, que "no está en función de retener el talento", porque "es una expresión que no comparto", dice. El talento no se puede abstener, "y menos ahora en la era pospandemia cuando la manera de tratar el talento ha cambiado radicalmente", lo que hace falta es "fidelizar y convencerlos de que Morillas es un espacio donde pueden desarrollar sus aptitudes profesionales y crecer con orgullo de pertenencia". Por eso, Marc defiende "los tres valores que arrastramos desde que mi abuelo creó la empresa: humildad y formar equipo; dar a los profesionales su espacio y que aporten valor, dejar que brillen; e invertir más allá del aspecto económico con un salario emocional, desde el trato a la flexibilidad". Todo siempre "con la voluntad de mejorar y mejorar porque sabemos que Morillas no se escribe sin su gente".

Se enamoró del reto intelectual de comunicar
Eso lo dice un MBA por Esade que se considera un ingeniero frustrado, porque cuando era adolescente quería dedicarse al mundo aeronáutico y era y es un apasionado por la maquinaria. Pero con un proceso de maduración personal y el vínculo que estableció con todo lo que representaban las empresas para sus antecesores paternos y maternos "se dio cuenta de como de interesante era el reto intelectual de comunicar y convencer a las personas a través de la semiótica y la tecnología".
De aquí que una de sus manías sea encajar las nuevas tecnologías en el mundo creativo. Lidera las nuevas oportunidades de Morillas Brand en este campo con varias iniciativas, entre las cuales menciona el lanzamiento de Myoutfits.ai, una plataforma de IA generativa para crear visuales de moda en pocos minutos. Marc Morillas ha explicado que se trata de un nuevo producto capaz de generar en según imágenes consistentes y enfocadas desde el producto, reduciendo hasta un 70% el tiempo dedicado a la creación de materiales gráficos.
Marc Morillas tiene por delante muchos otros retos, pero insiste en decir que quiere dejar una empresa mejor y eso exige duplicarla en cinco años. Con la previsión de cerrar en el 2025 con una facturación de 6 millones de euros, Morillas Brand tiene importantes proyectos sobre la mesa de trabajo que "por confidencialidad con los clientes" no puede revelar. Pero en todos ellos la consultora seguirá siendo el puente entre las marcas y el mundo; entre Barcelona y el mundo. "La marca Barcelona es muy valorada en el mundo; y el abuelo, el padre y yo mismo estamos muy agradecidos a Barcelona, nos ha ayudado mucho llevar el sello Barcelona".