Molins ha firmado una nueva novación, hasta noviembre de 2030, de su financiación sindicada sostenible, que data originalmente de 2019 y que había sido renovada ya en dos ocasiones anteriores. Esta financiación está vinculada a la reducción de emisiones de carbono.

Esta tercera novación continúa calificada como sustainability linked loan y extiende el vencimiento en otros dos años hasta noviembre 2030, manteniendo el importe de 300 millones de euros repartidos entre un préstamo de 75 millones de euros y una línea de crédito de 225 millones de euros. El resto de términos y condiciones también se mantienen sin cambios, según precisa la compañía catalana en un comunicado.

En su día, esta fue la primera financiación sindicada sostenible de una compañía del sector de materiales para la construcción en Europa. Esta continúa vinculada a objetivos de sostenibilidad, más concretamente a la reducción de emisiones de carbono, una de las principales acciones de la hoja de ruta de sostenibilidad de la compañía.

La novación ha sido suscrita por la totalidad de las entidades financiadoras, que incluye a CaixaBank, que actúa como banco agente y coordinador de la financiación y de sostenibilidad, Banco Sabadell, BBVA, Banco Santander, HSBC, y Banca Intesa Sanpaolo. Asimismo, Sustainalytics ha actuado como asesor independiente para validar los objetivos de sostenibilidad y Clifford Chance como asesor legal de las entidades acreditantes.

Jorge Bonnin, director financiero de Molins, subraya que, “con esta operación ampliamos el vencimiento de nuestra deuda y logramos un perfil más equilibrado para los próximos años, manteniendo los términos y condiciones actuales. Además, aprovechamos la expectativa de moderación de los tipos de interés a medio plazo, lo que refuerza nuestra posición financiera. Todo ello, junto con la fuerte generación de tesorería, potencia la capacidad de la compañía para impulsar nuevas oportunidades de crecimiento y avanzar en las inversiones previstas en nuestra hoja de ruta de sostenibilidad 2030”.

Por otra parte, la devaluación del peso de Argentina y México sigue castigando los resultados de Molins, que habría crecido claramente en beneficios y facturación en los primeros nueve meses de este año si no fuera por la evolución de las monedas de estos dos países en los que operan fábricas de cemento. Así, hasta septiembre, Molins ha obtenido un beneficio neto de 141 millones de euros, equivalente a un beneficio por acción de 2,13 euros, lo que supone un descenso del 8% respecto al mismo periodo del año anterior. Esta variación responde, principalmente, al impacto negativo de la depreciación del peso mexicano y argentino, que ha neutralizado la mejora de los resultados operativos. Sin embargo, en términos comparables, el beneficio neto ha crecido un 3% en relación con el mismo periodo de 2024, según informó la compañía cementera hace unos días.