El mercado español de complementos alimenticios ha experimentado un crecimiento positivo, especialmente en los últimos cinco años, en la etapa pospandemia. La demanda de este tipo de alimentos concentrados -que se presentan en una fórmula farmacéutica, sea cápsulas, jarabe, o en polvo- ha crecido una media interanual del 6,3%, desde el 2020, según datos de la patronal del sector Afepadi.

Solo en el último año, la venta de estos productos destinados al cuidado y el bienestar personal -que no necesitan receta médica- se ha disparado un 8,6% en valor, hasta superar los 2.000 millones de euros, y un 3,1% en unidades vendidas, en comparación con el negocio que se registró en el 2023, en España. El sector genera 12.000 puestos de trabajo directos, según datos de la asociación, que agrupa unas 140 empresas. Se trata de un empleo de calidad -biólogos, profesionales de laboratorios, de la sanidad y la salud- y muy feminizada (un 58% son mujeres).

Las empresas de Afepadi operan a lo largo de toda la cadena de valor de los complementos alimentarios. Desde fabricantes de ingredientes y productos, hasta distribuidores, comercializadores y proveedores de servicios especializados para terceros. Abarcan tres categorías: complementos alimenticios, alimentos para deportistas y alimentos para el control de peso. Su tejido asociativo tiene un peso importante de las empresas fabricantes y de servicios implantadas en Catalunya -que representa el 45% del sector en España-, Madrid, Andalucía y el País Valencià.

La presidenta de Afepadi, Mònica Gispert, manifiesta que "un complemento alimenticio no quiere ir más allá de ser un alimento, una fuente concentrada de un alimento, que está destinado, en general, a personas sanas que buscan complementar su dieta y que los ayuda a tener buena salud y a alcanzar la esperanza de vida".

El renovado interés por la salud, en buena parte acelerado por el episodio de la pandemia, ha provocado un aumento del consumo de este tipo de productos que se encuentran en las farmacias y parafarmacias de todo el país. Entre los consumidores españoles, si en el 2023 un 75% de la población afirmaba haber consumido algún producto, en el 2024, el porcentaje subió al 87%. De estos, un 63% consumen complementos alimentarios, un 19% hacen uso de alimentos para deportistas y un 13% de alimentos para el control de peso, entre otras categorías, según recogió Afepadi en un informe sectorial.

Gispert defiende que España tiene una buena base para liderar el segmento de los complementos alimenticios, tanto por la industria que tiene, con un gran componente tecnológico y de investigación, como por los centros de investigación y universidades. "Tenemos desde empresas emprendedoras a grandes corporaciones", concreta. El 70% de las empresas asociadas a Afepadi tienen certificados de calidad, "aunque no es obligatorio". Cada socio de Afepadi, por término medio al año, hace 17 lanzamientos de producto en el mercado; o incluso más si se trata de las industrias que fabrican para terceras marcas.

Una oportunidad para hacer crecer el sector primario

El sector "puede aportar mucho a la economía española", añade, tanto para la industria, como para las marcas. Pero también, significa Gispert, es una actividad que puede fomentar el sector primario. "Nosotros aplicamos la ciencia en el producto alimenticio, por lo tanto, la agricultura es una de nuestras principales fuentes de abastecimiento". ¿"Con eso qué quiero decir?", se pregunta. "Pues que desarrollar nuestro sector es también una oportunidad para el sector primario de nuestro país, que tiene una agricultura muy fuerte, avanzada y arraigada en el territorio, y que en los temas de la salud puede encontrar una buena salida para hacer crecer sus negocios", expone Gispert.

Certamen ferial de Vidafoods Europe, en Fira de Barcelona, en el 2025

Entre los retos coyunturales, la fluctuación de precios es un factor relevante que influye en el volumen de ventas, especialmente ante la preferencia creciente de los consumidores por alternativas más económicas. Pero, en general, el consumidor español prioriza la eficacia del producto como factor clave a la compra. Además, la recomendación de los profesionales de la salud y la composición del producto también son aspectos valorados positivamente, según el estudio de Afepadi.

Las fuentes de información más relevantes para los consumidores son los profesionales de la salud (51%), especialmente farmacéuticos (37%), que destacan por la proximidad y la capacidad de asesoramiento. Otras fuentes incluyen familiares y amigos (18%), búsquedas en Internet (16%) y profesionales de medicina alternativa (15%).

El perfil de comprador de complementos es una persona adulta, de mediana edad, con una presencia ligeramente superior de las mujeres, entre los 18 años y más de 65 años, y con estudios superiores. Hay consumidores en todas las franjas de edad, pero destacan a los consumidores de entre 25 y 44 años y los de 45 a 65 años. Es un perfil de consumidor con un nivel de estudios superior, que busca información y se asesora con los profesionales. "Los datos de este informe confirman la consolidación de los complementos alimentarios como parte de los hábitos de autocuidado de los españoles. Además, este crecimiento no sería posible sin la tarea de los farmacéuticos", dice Gispert.

El empuje del sector en un mercado creciente como es el español, en comparación con otros países del entorno europeo, se ha apreciado durante la celebración de la feria Vitafoods Europe 2025 que, por primera vez, se ha celebrado en Barcelona.

La presidenta de Afepadi, Mònica Gispert.

Las directivas europeas y los nuevos alimentos

"En el sector, la innovación es constante y nos permite ofrecer productos cada vez más eficaces y adaptados a las necesidades de los consumidores", explica Mònica Gispert. Es un sector mucho regulado, por una parte, por las normativas sobre la salud alimentaria y, por otro, por los procesos de fabricación, que son prácticamente los mismos que en la industria farmacéutica.

La presidenta de Afepadi destaca que el marco normativo presenta, sin embargo, desafíos significativos para el sector. Las industrias denuncian los frecuentes cambios legislativos en Europa que ocasionan múltiples reformulaciones que pueden confundir el canal y el consumidor.

En esta materia, Gispert remarca que la regulación europea sobre nuevos alimentos es excesivamente restrictiva y se ha convertido en un freno para la innovación, ya que el proceso de autorización es largo, costoso y lleno de incertidumbres. "Introducir un nuevo producto alimenticio en una formulación puede requerir hasta ocho años de investigaciones y superar los 2 millones de euros", declara a ON ECONOMIA.

Sin embargo, la portavoz de la asociación resalta aspectos positivos, como el reglamento europeo de declaraciones nutricionales y de propiedades saludables, que aporta un marco de comunicación claro para las empresas y consumidores en relación con los claims de los productos.

Para las normativas españolas, el sector reclama una cierta armonización autonómica. "Como las comunidades autónomas tienen unas ciertas competencias en sanidad, nos encontramos con que en varias ocasiones las marcas no pueden registrar sus productos en todas las regiones españolas por un igual, porque se puede dar el caso de que en una en concreto haya un componente que no esté permitido", relata. España traspasa las normas europeas, "pero cada autonomía está haciendo su interpretación de las legislaciones".

Los 'novell foods' y una norma de 1997

Según la legislación europea, los novell foods se consideran aquellos alimentos o ingredientes alimentarios que no han sido consumidos de manera significativa por humanos a la Unión Europea antes del 15 de mayo de 1997, momento en que entró en vigor el primer reglamento sobre novell foods. Dentro de esta categoría, se enmarcan los alimentos de nuevo desarrollo o alimentos producidos a partir de tecnología innovadora, así como los alimentos que tradicionalmente se han consumido fuera de la UE. "Eso se produce aunque sean alimentos que ya se estén consumiendo en otras partes del mundo y esté comprobado que son beneficiosos para la salud; cuando menos, que no son perjudiciales", expone a Agustín Roqué, secretario general de Afepadi.

Esta regulación, que hace más de 10 años, fue una traba inicial para poder hacer productos con semillas de xia, recientemente también lo ha sido para introducir la miraculina, un edulcorante natural que se encuentra en las bayas, el fruto de un arbusto tropical del África Occidental. Es una proteína -la glucoproteína- que actúa sobre las papilas gustativas alterando y endulzando los sabores de algunos alimentos.