El grupo italiano Ferrero, propietario de marcas icónicas como Nutella, Kinder o los bombones Ferrero Rocher, ha llegado a un acuerdo para comprar la estadounidense WK Kellogg, fabricante de los conocidos desayunos de cereales Corn Flakes y All Bran. La operación está valorada en 3.100 millones de dólares (2.646 millones de euros) y se prevé firmar durante este segundo semestre de 2025, según anunció este jueves WK Kellogg en un comunicado.

Ambas compañías acordaron un precio de 23 dólares por acción, lo que supone una prima del 31% respecto al valor con el que cerró la bolsa el miércoles. Cuando se firme la operación, sujeta a la decisión de los accionistas y de los organismos reguladores del mercado, las acciones ordinarias de WK Kellogg dejarán de cotizar en la Bolsa de Nueva York y la compañía pasará a ser una filial propiedad al 100 % de la italiana Ferrero.

El acuerdo de compra incluye todas las redes de fabricación, marketing y distribución de Kellogg en Estados Unidos, Canadá y Caribe. Esta operación entra dentro de los planes de expansión de Ferrero en América del Norte mediante marcas muy conocidas y con alto valor para los consumidores. Ferrero cuenta con más de 14.000 empleados en esta área geográfica, distribuidos en 22 plantas y 11 oficinas.

"Esto es más que una simple adquisición: representa la unión de dos empresas, cada una con un legado que enorgullece y generaciones de consumidores fieles", declaró Giovanni Ferrero, presidente ejecutivo del Grupo Ferrero, destacando que la empresa fundada en 1946 por su abuelo, el confitero italiano Pietro Ferrero, ha ampliado en los últimos años su presencia en Norteamérica.

La división de Ferrero en Estados Unidos ya ocupa la tercera posición por volumen de negocio en el sector del dulce y la chuchería en este país, por encima de Nestlé. Ha llegado a crear productos específicos para el mercado norteamericano como la Nutella de cacahuete o una gaseosa llamada Doctor Pepper Tic Tac.

La compañía Kellogg, un referente en el imaginario del desayuno estadounidense, con 120 años de historia, dividió en 2023 su negocio en dos líneas: WK Kellogg, centrada en los cereales de desayuno (de trigo, maíz o arroz), y Kellanova, enfocada en los aperitivos dulces y salados, las chocolatinas y las barritas, con marcas tan conocidas como Pringles. El año pasado, el gigante de la alimentación Mars adquirió Kellanova por 36.000 millones de dólares (30.730 millones de euros), en una operación que ahora se enfrenta al escrutinio antimonopolio de los reguladores europeos.

Kellogg cuenta con una planta de producción en Valls (Tarragona), operativa desde la década de los ochenta, en la que se elaboran productos como Choco Krispies, Special K o Corn Flakes. Su producción supera los 200 millones de paquetes al año y se distribuyen a más de 20 países de Europa y Oriente Medio.