Grifols ha echado el cierre a 2022 con unas ganancias de 208 millones de euros, un 10,4% más que al cierre del anterior ejercicio. Pese a que la compañía está inmersa en un proceso de cambios y sigue apretada por la deuda financiera, el crecimiento de las ventas en un 23%, sobre todo gracias a los mayores volúmenes de plasma (+25%) han hecho que la compañía se apunte un beneficio superior al marcado al cierre del anterior ejercicio fiscal. El último mes de la compañía ha traído consigo la salida del director ejecutivo, Steven Mayer, y el anuncio del despido de 2.300 trabajadores en todo el mundo. En esta ocasión, la empresa farmacéutica catalana se ha hecho con 208 millones de euros en el que ha sido uno de los ejercicios más complejos debido a la coyuntura económica actual.

La biofarmacéutica ha logrado elevar las ventas hasta los 6.064 millones de euros, en gran parte por el buen comportamiento de Biopharma, el cual ha aportado 5.005 millones de euros a las arcas de la compañía. Esto supone un 31% de los términos reportados, además de contribuir la demanda, los precios, el mix de productos y Biotest.

La deuda de Grifols cae hasta los 9.191 millones

Uno de los mayores lastres que mantiene la compañía es su apalancamiento y la deuda. En esta ocasión, y tal y como Grifols ha informado este martes, el apalancamiento ha cedido hasta 7,1 veces, y su posición de liquidez asciende a 1.600 millones de euros. En cuanto a la deuda de la empresa, esta se ha situado al cierre de 2022 en 9.191,3 millones de euros desde los más de 9.300 millones que mantenían en el anterior curso, excluyendo el impacto de la NIF 16.

En cuanto al resultado bruto de explotación, este ha crecido hasta los 1.198 millones de euros, y el margen se sitúa en el 21% sobre ingresos. Si se tiene en cuenta Biotest, este indicador ha crece hasta los 1.221 millones de euros, tal y como informa Grifols.

Pese a que el rendimiento comercial de la compañía ha sido positivo en 2022, esta sigue contando con varios problemas propiciados por el estancamiento que sufrió en la época de pandemia. Pese a ser una farmacéutica, y aun teniendo presencia en varios mercados a nivel internacional, Grifols, por su negocio, vivió un frenazo en la época de la crisis sanitaria del cual aún se está recuperando. Una de las medidas que recientemente anunció la empresa con la que buscan sanear la situación financiera es el plan de ahorro que incluye el despido de 2.300 empleados, de los cuales la mayor parte están en Estados Unidos. Tal y como informó ON ECONOMIA, el plan busca ahorrar unos 400 millones de euros anuales y del total de los despedidos, un centenar son de España.

En 2021, el impacto de la covid-19 llevó a retroceder en un 70,4% el beneficio neto de la compañía tras recortar sustancialmente su capacidad de abastecimiento de plasma. Esta materia prima, que resulta esencial para que la farmacéutica catalana produzca sus medicamentos, ha ido ganando presencia nuevamente en 2022, algo que ha repercutido en los beneficios de Grifols al cierre del ejercicio.

Grifols, optimista con lo que viene

Pese a que la deuda sigue siendo elevada, y la empresa está en un proceso de cambios, esta mira con optimismo el presente ejercicio. Grifols espera que sus ingresos crezcan entre el 8% y el 10%, además de que atisban una “significativa expansión” del margen de Ebitda hasta el 27%-28%, excluyendo Biotest.

Cabe destacar que Grifols, como el resto de compañía del sector, se han movido en un entorno dominado por la volatilidad y la incertidumbre de los mercados financieros. La coyuntura económica vista en 2022, y que se mantendrá en 2023, ha estado marcada por la incesante inflación en todo el mundo y, por supuesto, por las progresivas subidas de tipos de interés llevadas a cabo por los principales bancos centrales, especialmente por la Reserva Federal de Estados Unidos, dónde Grifols tiene presencia.

Esto es otro de los puntos que ha llevado a la empresa catalana a trazar un plan de ahorro, el cual sirva para adaptarse a las circunstancias actuales a la par que reducen la deuda y sigue creciendo en el apartado comercial. Desde la compañía creen que en 2022 han “cumplido sus compromisos” y han tomado “medidas difíciles, pero necesarias para fortalecer aún más la organización”, tal y como han apuntado los consejeros delegados Víctor Grifols Deu y Raimon Grifols Roura.

La empresa catalana contempla en su plan de ahorro de unos 400 millones anuales, además de los despidos, el cierre de o la consolidación de centros de plasma con “bajo rendimiento” en el primer semestre de 2023, al igual que lo has habido en el último trimestre de 2022. La caída de la compensación al donante cayó en un 20 % en el cuarto trimestre de 2022 frente a su máximo de julio y el plan de mejoras operativas anunciado por la compañía se ha marcado precisamente como objetivo seguir reduciendo estos costes.