El fabricante de mangueras industriales Espiroflex, de Santa Perpètua de Mogoda (Barcelona), proyecta reforzar su presencia en Egipto, mercado desde el cual abarca todo el Oriente Medio, en alianza con un socio local. Las instalaciones de 1.000 metros cuadrados para la distribución de Espiroflex, en el distrito Badr City de El Cairo, podrían asumir también alguna parte de la producción de los materiales que elabora esta empresa, creada en 1995 por Bruno Sánchez.

En la actualidad, 30 años más tarde, Espiroflex es uno de los principales fabricantes de mangueras industriales en Europa, con fábricas en Santa Perpètua de Mogoda, en Narbona (Francia) y en Pavoc (Chequia), desde las cuales distribuye además de 50 países, de los cinco continentes. Las naves suman conjuntamente 72.000 metros cuadrados. La plantilla global llega a los 250 empleados, 150 de los cuales en Catalunya. "Tenemos el catálogo de productos más amplio de toda Europa", explica Mario Sánchez, hijo del fundador, que junto con su hermano Bruno han asumido cargos de responsabilidad a la compañía, "que sigue siendo de capital familiar".

Mario Sánchez, responsable del departamento de exportaciones, manifiesta que la innovación y las patentes han sido un puntal imprescindible para el grupo que fundó a su padre con un objetivo muy concreto: sustituir las cañerías rígidas por cañerías flexibles, hasta el punto que "sus avances dieron pie a la denominación genérica del hidrotub". Al mismo tiempo, la producción de las mangueras se ha ido sofisticando con la incorporación de avanzadas tecnologías que las han tecnificado y diversificado en su utilización. Cumplir 30 años es todo un éxito, y lo hemos hecho con responsabilidad y siempre con objetivos claros: la vanguardia tecnológica, la expansión internacional y el liderazgo del mercado," reconoce el fundador y consejero delegado, José Bruno Sánchez Hellín.

En la actualidad, los productos Espiroflex están diseñados para una amplia variedad de aplicaciones industriales y comerciales y, por ejemplo, fabrican mangueras destinadas al sector de la alimentación que están libres al 100% de ftalatos, por lo cual no dejan ningún regusto a plástico. Son mangueras muy usadas, entre otros, a la industria elaboradora de vinos o de agua.

De la jardinería en la industria

Espiroflex produce más de 40 millones de metros cada año, con 45 líneas de producción y 13 tecnologías de fabricación diferentes, y tiene una amplia cartera certificada según las normativas más exigentes internacionalmente. Desde las mangueras para uso a la jardinería, la construcción de piscinas -son uno de los principales proveedores de Fluidra-, para utilización en el sector sanitario, y en las más técnicas prestaciones de varias actividades industriales.

Además, ofrece el plazo de entrega más bajo del mercado -unos 10 días- gracias a los suyos 5 millones de metros en stock. La facturación ya ha sobrepasado los 50 millones de euros en el 2024 y las previsiones apuntan a superar los 60 millones este año 2025. El 60% del total se origina fuera de España.

La compañía Espiroflex tiene la nave central en Santa Perpètua de Mogoda.
La compañía Espiroflex tiene la nave central en Santa Perpètua de Mogoda.

Toda la cadena de producción

"La empresa ha crecido gracias a la integración vertical de todo el proceso de producción", remarca a Mario Sánchez. "Gestionamos toda la cadena, desde el desarrollo de la ingeniería y la formulación de materiales, hasta la fabricación del 100% de las materias primas y la producción y distribución de las mangueras en las tres plantas de producción", añade. Insiste en el hecho de que, en un momento determinado, se optó por producir en dos plantas la materia prima para autoabastecer todo el grupo tanto en material rígido como flexible. De hecho, la capacidad para la producción de granulado se ha doblado, tanto en la planta de Catalunya, como en la de Chequia, en los últimos cinco años. "Eso nos permite diseñar materiales a medida y controlar la calidad, desde el primer gramo hasta el último metro de manguera", manifiesta Mario Sánchez.

"Eso no solo nos ha permitido controlar la calidad del material y desarrolla formulaciones químicas propias para permitir la creación de nuevos materiales que den soluciones a las necesidades de nuestros clientes, sino que además podemos apostar por la economía circular con la recuperación de material para su reutilización". Hoy por hoy recuperan el 5% de las mermas, "pero es un proceso que se tiene que hacer con mucho cuidado porque la calidad está por encima de todo, ya que fabrican artículos que tienen que garantizar su uso, sin escapes, con una larga duración, etc," concreta.

Además, han instalado 27.000 metros cuadrados de placas solares, en la planta de Santa Perpètua, cosa que les permite cubrir en torno al 15% del consumo energético de forma autosuficiente.

José Bruno Sánchez, fundador y consejero|conseller delegado de Expiroflex, con sus hijos Bruno y Mario.
José Bruno Sánchez, fundador y consejero delegado de Expiroflex, con sus hijos Bruno y Mario.