Las dos grandes eléctricas españolas, Endesa e Iberdrola, propietarias de la mayoría de las centrales nucleares, han solicitado al Gobierno atrasar el cierre de algunas de ellas, entre las cuales se encuentra la de Ascó I, que pasaría de terminar su vida útil en 2030 a hacerlo en 2032, cuando debe cerrar Ascó II, o clausurarlas ambas en 2033.
Ambas compañías llevan meses pidiendo la revisión del calendario de cierre de las centrales nucleares, con Almaraz, entre 2027 y 2028, a la vuelta de la esquina. Has hecho varias propuestas, y la última es alargar la vida útil de cinco reactores, cuyo cierre está previsto hasta 2030 o, como en el caso de Ascó II, en 2032, como ha adelantado Expansión y han confirmado a ON ECONOMIA fuentes del sector.
Esta propuesta de Endesa e Iberdrola no supone una revisión total del calendario de apagón nuclear ni pone en cuestión el fin total de las nucleares en 2035, vista la posición totalmente reacia del Gobierno de Pedro Sánchez. Las mismas fuentes han precisado que, aunque las compañías han presentado la propuesta, no han recibido respuesta por parte del ministerio de Transición Ecológica y no existe un diálogo con la vicepresidenta Sara Aagesen ni con el ministerio acerca de este asunto.
Las dos energéticas quieren negociar las fechas de cierre de cinco reactores: Almaraz I y II (Cáceres), cuyo fin está previsto para 2027 y 2028 y debe tomarse una decisión de forma inminente; Ascó I, que debe cerrarse en 2030, y Ascó II, con la clausura prevista para 2032, y Cofrentes (Valencia), en 2030. En el caso de Almaraz, la propuesta de las compañías es que se cierren en 2030, mientras que para Cofrentes es que lo haga en 2034.
Endesa es la propietaria del 100% de Ascó I y del 85% de Ascó II, en la que tiene a Iberdrola como socia. La eléctrica que preside Ignacio Galán tiene el 100% de Cofrentes (Valencia) y el 53% de Almaraz, en la que Endesa y Naturgy tienen un 36% y un 11% respectivamente. Estas energéticas controlan también Vandellòs II y Trillo, que completan el parque nuclear español y cuyo cierre está previsto para 2035.
La propuesta al Gobierno cuenta con el acuerdo de Endesa e Iberdrola, que aunque han actuado alineadas en este asunto, han tenido que cuadrar intereses para evitar que una de ellas sacara ventaja del nuevo calendario. Además, defienden que con su propuesto, ganan eficiencias, al unificar el cierre de los dos reactores de Almaraz, por un lado, y los dos de Ascó por el otro, mientras que atrasar Cofrentes evitaría que coincidiera con las clausuras de Almaraz y Ascó.
Una decisión urgente para Almaraz
La decisión es urgente para Almaraz, ya que, legalmente, debe empezarse a tramitar y trabajar en el cierre dos años antes, por lo que el 1 de noviembre es la fecha límite. Por ello, las compañías esperan poder negociar directamente con el ministerio, para agilizar el proceso y tener claro el calendario cuanto antes.
La propuesta permite al Gobierno de Pedro Sánchez, que pasa por horas bajas, mantener su promesa de clausura del parque nuclear en 2035, y defenderla ante unos socios que están al acecho y que no tienen una postura común al respecto. Mientras que Sumar no quiere oír hablar de alargar la vida de las centrales, Junts se opone al cierre de Ascó.
Para las compañías, el calendario que han remitido al Gobierno supone ganar tiempo para los cierres más próximos, en especial Almaraz, con el as en la manga de reabrir el debate más adelante si hay cambios en la Moncloa. En cambio, si no se toma la decisión en los próximos meses, el fin de la central extremeña será ya irreversible.