El BBVA está evaluando si continúa con la opa al Sabadell o la retira. No hay un plazo fijado, pero los accionistas llevan mucho tiempo esperando y el consejo no tardará en pronunciarse. El banco que preside Carlos Torres y dirige Onur Genc lleva inmerso en esta operación desde abril del 2024, más de un año. Y ahora que el Gobierno español le ha endurecido las condiciones, debe decidir si echa por tierra todo lo que ha avanzado estos meses o si continúa esperando por el banco catalán hasta cinco años más.

El acuerdo del Consejo de Ministros de esta semana vetó la fusión del BBVA-Sabadell. El Gobierno le permite seguir adelante con la opa, pero le impide cambiar su marca, cerrar oficinas o despedir empleados. Además, determina que el Sabadell siga teniendo autonomía propia durante un plazo de tres años prorrogable a dos más. Y todo esto haría que el BBVA no pudiera obtener las sinergias de 850 millones de euros anunciadas, o al menos, todas ellas.

Hay que recordar que el BBVA había anunciado que la integración con el Sabadell le proporcionaría la capacidad de capturar estas sinergias al eliminar gastos en los que cada una de las dos entidades incurre por separado, pero que podrían reducirse si se fusionan. El banco esperaba ahorrar en torno a 450 millones de euros anuales en costes de administración y tecnología, al unir las dos plataformas. Además de 300 millones por el recorte de personal y 100 millones en costes de financiación.

Desde hace meses se especulaba con la posibilidad de que el Gobierno central pudiera torpedear la opa y el BBVA ya incluía entre los riesgos posibles el escenario de opa sin fusión en el que se encuentra ahora. Y eso es lo que está evaluando, si recurre a la vía legal y denuncia la decisión del Consejo de Ministros pero sigue adelante con la opa. Si sigue adelante con la operación y evita trámites judiciales para no alargarla más. Si mejora la oferta o si la retira.

Carlos Torres explicó esta semana en los cursos de la Apie (en Santander) que bajo su interpretación, la revisión que hizo el Gobierno español a la opa “debería ser exclusivamente para confirmar la decisión de la CNMC o autorizar la operación con menos condiciones que la CNMC, pero en ningún caso para añadir condiciones”, como ha ocurrido.

También en estos días el country manager en España, Peio Belausteguigoitia, explicó que "es deber” del banco tener encima de la mesa “todas las alternativas y posibilidades", incluido acabar retirando la opa. Si esto ocurre, el BBVA echaría por tierra todo el trabajo de estos catorce meses, que probablemente sean muchos más. Si bien, el banco bilbaíno ofreció al catalán una fusión amistosa en abril tras el intento fallido de 2020. Pero después, al ser rechazada por el consejo del Sabadell, se convirtió en una opa hostil.

Cuando se emplea tanto tiempo en una operación de adquisición, hay riesgos. Están los precios de las acciones que se vuelven muy volátiles cada vez que se conocen noticias sobre la opa. También hay incertidumbre entre los accionistas respecto al futuro de sus acciones y puede provocar la salida de la acción. En este caso, además, se han empleado muchos recursos. Campañas de publicidad, road show, e incluso hay un equipo para preparar la integración del Sabadell liderado por Jordi García Bosch.

Aunque el BBVA ha defendido que retirarse "no sería un fracaso", tendría bastante impacto. Por ser la segunda vez que no sale la operación, por todo el revuelo político y empresarial que ha causado. Por los recursos empleados y el tiempo.

El otro problema de BBVA: TSB

El BBVA tiene un problema añadido y es que se enfrenta a la posible venta de TSB por parte del Sabadell. El banco catalán ha recibido ofertas hasta este viernes y ahora debe tomar una decisión. El grupo ha confirmado que el consejo lo hará antes del 24 de julio, que es el día que presentará su nuevo plan estratégico.

Si este fuera el caso, el BBVA no tendría que reformular la oferta por Sabadell. “Lo que sí que está previsto es que en las circunstancias en las que se modifique el objeto de compra, el oferente tiene derecho a desistir de la oferta”, explicaba Carlos Torres.

El ejecutivo opina “que no es el momento idóneo para que el Sabadell lleve a cabo una operación de estas características”. Pero el banco catalán sabe que esta es su última bala y está esperando a que el BBVA comunique si va a continuar o no con la opa, para aprovecharla.