El grupo Raventós Codorníu, formado por 14 bodegas, ha recuperado los números verdes en el último ejercicio fiscal, cerrado a junio de 2023. El importe de los mejores resultados obtenidos por la marca -que no se darán a conocer públicamente hasta después de la celebración de la junta de accionistas a principios del próximo año- son superiores a las cifras registradas en el 2019. El consejero delegado del grupo, Sergio Fuster, ha informado de que el ejercicio pasado "ha sido lo mejor de la década", con un incremento de las ventas del 4%, hasta los 227 millones de euros y uno alza del 16% en el resultado operativo (ebitda). Con respecto al negocio precovid, estos niveles son un 20% superiores en facturación y un 30% en ebitda. Con respecto al reparto del negocio total, las ventas de las bodegas se reparten entre el 54,6% del cava -con marcas como Codorníu, Parxet, Bach- y un 45,4% para vinos tranquilos -Scala Dei, Abadía de Poblet, Legaris o Bodegas Bilbaínas, son algunos.

Fuster ha asegurado que este resultado proviene "de la apuesta por calidad y el valor" de todas las marcas del grupo, que se sitúan en la gama media y media/alta, "asentando las bases de la estrategia de crecimiento, que también "va acompañada de la apuesta por el producto ecológico". Ha reconocido que en la progresión de las ventas ha tenido que ver, pero en grado más bajo" con el incremento de los precios al consumidor y porque "el producto ecológico se vende más caro porque los costes de producción son más altos". Así y todo, "estos aumentos de costes y de la inflación no los hemos trasladado linealmente porque, en el mundo del vino y el cava, siempre se tiene que limar las puntas de alza de precios porque se tiene que calcular un coste por término medio, ya que el producto que se vendimia este año no sale al mercado hasta dentro de dos o tres años". En este sentido, Fuster se ha mostrado convencido que las subidas de costes, que se han registrado hasta ahora, "no durarán para siempre".

El máximo directivo del grupo ha repasado el posicionamiento en el mundo del cava: la cuota mundial de Raventós Codorníu ha pasado en doce meses del 12% al 13%, porque "desde hace dos años el cava está ganando terreno al champán y al prosecco -vino espumoso italiano-, porque se está elaborando lo mejor espumoso del mundo por su calidad". Las marcas del grupo han vendido un 3% más en volumen, hasta 30 millones de botellas, de las cuales casi la mitad son de la marca Codorníu. Las exportaciones de cava han crecido un 26% respecto de 2018, especialmente en mercados como el Reino Unido, con un incremento de la demanda del 56%, Suecia (un 35%) o el empuje que sigue teniendo en América, con importancia en México (un 55% más), Argentina (56%) o el Brasil (20%).

Insistiendo en el mundo de los espumosos, Fuster ha reconocido que el grupo está recogiendo los esfuerzos de la última década al potenciar los cavas orgánicos, de manera que la vendimia de 2022 ya fue toda entera 100% ecológica. Hasta el punto que marcas como Parxet o Raimat ya son 100% ecológicas.

El grupo ha consolidado su liderazgo en cava en España, según Fuster, porque "aunque es un mercado maduro, hemos mejorado nuestra cuota en volumen de ventas hasta el 21% según datos de Nielsen y a mucha distancia de la segunda marca, nos separa un 33%". En valor, "el posicionamiento también es importante porque controlamos el 31,2% de la cuota estatal, casi un 60% más que el segundo en la categoría".

Recoge los frutos de los contratos a largo

El consejero delegado de la firma, en un 65% en manos del fondo de inversión Carlyle y el resto propiedad de los descendientes de las familias fundadoras, ha destacado que el propósito de liderar la transformación ecológica va acompañado de "valorar la tierra" y que eso ha pasado para favorecer a los agricultores estableciendo contratos plurianuales, a cinco años, con el compromiso de comprar la uva de sus viñas a precio cerrado; actualmente Codorníu tiene 3.000 hectáreas en propiedad, repartidas entre España, Argentina y California. "A pesar de los dos dificultosos años afectados por la pandemia, siguieron comprando y pagando al precio que habíamos estipulado", ha insistido. El enólogo de Raventós Codorníu, Bruno Colomer, ha explicado que con el cambio climático las vendimias en las viñas son mejores que las de la zona de la denominación Champagne, pero son más escasas, de manera que "tenemos que tener más hectáreas por recoger el mismo volumen de uva" y más si se tiene en cuenta que la producción ecológica es normalmente más escasa. A pesar de todo, Raventós Codorníu comercializa 11 millones de botellas de cava orgánico, el 35% del mercado mundial, porque ha pasado de recoger 60.000 kilogramos de uva en el 2013, a los 5,5 millones del 2019.

Con respecto a la accionista de referencia, que entró en la compañía en el 2018, queda claro "que tiene voluntad de continuidad, hoy por hoy" y da apoyo a la estrategia de crecimiento, de manera que no habrá reparto de beneficios, "sino que se reinvertirá en la compañía".