La Comisión Europea (CE) ha impuesto una multa de 2.950 millones de euros (3.465 millones de dólares) al gigante tecnológico estadounidense Google por prácticas abusivas en el sector de la tecnología publicitaria (adtech). Considera que favorece sus propios servicios en detrimento de otros proveedores de la competencia.

Se trata de la segunda sanción más alta de la CE después de los 4.000 millones de euros que impuso anteriormente también a Google por violar las normas comunitarias de competencia a través de Android.

Tras el anuncio de la sanción, Google dispone ahora de un plazo de 60 días para informar a las autoridades europeas de las acciones que piensa llevar a cabo. Google ya ha anunciado que recurrirá la multa. La vicepresidenta y directora global de asuntos regulatorios de esta compañía, Lee-Anne Mulholland, indicó en un comunicado que "no hay nada anticompetitivo en brindar servicios a compradores y vendedores de publicidad, y existen más alternativas a nuestros servicios que nunca".

Las autoridades europeas entienden que Google debe poner fin de inmediato a estas prácticas contra la competencia. "La decisión de este viernes muestra que Google abusó de su posición dominante en la publicidad digital, perjudicando a editores, anunciantes y consumidores. Es un comportamiento ilegal de acuerdo a las normas antimonopolio de la UE", ha indicado la vicepresidenta de la Comisión Europea responsable de Competencia, la española Teresa Ribera, en un comunicado remitido tras conocerse la multa.

Ribera ha advertido de que "Google debe ahora presentar una solución seria para abordar sus conflictos de interés" y que, de no hacerlo, la Comisión "no dudará en imponer fuertes medidas".

Bruselas abrió en 2021 una investigación sobre el negocio publicitario en línea y confirmó, dos años después, que las prácticas de Google en este sector supuestamente eran contrarias al Derecho comunitario. Las autoridades europeas concluyeron entonces que la única salida pasaba por que Google vendiera parte de este negocio.

Según recoge Efe, Google ofrece servicios en este sector con dos herramientas de compra para anunciantes (Google Ads y DV 360), otra para que los editores gestionen sus espacios publicitarios (DoubleClick for Publishers o DFP) y una plataforma que pone en contacto a ambas partes del negocio, AdX.

La investigación de Bruselas concluyó que Google ha abusado desde "al menos" 2014 de su posición dominante en estos mercados para favorecer a su plataforma AdX en las subastas de anuncios organizadas por DFP informándole, por ejemplo, del valor de la apuesta más elevada que había hecho un competidor y que tenía que superar para ganar el contrato.

AdX también gozaba de una ventaja competitiva en las herramientas de compra Google Ads y DV 360: la primera ofrecía principalmente ofertas hechas sobre la plataforma de Google, provocando que AdX fuera la opción "más atractiva". El objetivo "deliberado" de esta conducta era dar a AdX una "ventaja competitiva" que reforzó su "papel central" en el negocio de la tecnología publicitaria, así como "la capacidad de Google de cobrar altos precios por su servicio" publicitario, según los informes de las autoridades europeas.