El BBVA ha admitido después de que el Sabadell complete la venta de TSB y el dividendo extraordinario que existen "incertidumbre" y "riesgos" en la opa y que no puede garantizar "todos los beneficios esperados" en la operación. El banco ha actualizado su folleto universal publicado en la CNMV y asegura que "está revisando las sinergias de costes operativos y de financiación" de la opa".
Un año y cuatro meses después de publicar sus intenciones de comprar el Sabadell en contra de la intención del banco catalán, el BBVA nunca había reconocido de manera tan explícita y documentada sus reservas con la operación. Ahora bien, lo ha hecho sin hacer ruido, con una modificación del folleto y sin comunicados o declaraciones públicas.
"Es posible que el grupo no concluya la oferta u otras operaciones futuras en curso", dice el folleto en después de revisar las diferentes fases de la operación, en especial la autorización del Consejo de Ministros en el mes de junio con la condición de que la fusión no se haga efectiva en los primeros tres años. Eso "retrasaría la implementación de las sinergias derivadas de la fusión", admite el BBVA.
El banco reconoce que si la oferta se liquida, "no puede asegurar que se alcancen algunos o todos los beneficios esperados con la operación, incluidos la reducción de costes y las sinergias de financiación". Admite que "está revisando las sinergias de costes operativos y de financiación que se podrían materializar durante los primeros tres años (o, eventualmente, cinco primeros años), a consecuencia de la toma de control del Banco Sabadell".
La entidad bancaria destaca que la integración operativa del Sabadell una vez se haga efectiva la fusión, es decir, al menos tres años después de la compra y con la pertinente autorización del ministro de Economía, "podría resultar especialmente difícil y compleja". Y podría suponer más costes de los previstos si fuera una migración inmediata después de la opa. Las mismas dificultades se pueden dar en la integración del personal, "los cambios en la cultura corporativa, la retención de clientes existentes y la captación de nuevos clientes, el mantenimiento de las relaciones comerciales y las ineficiencias asociadas a la integración de personas".
El comunicado también contempla que la coordinación de los negocios después de la fusión pueda ser complicada y que haya otros gastos y contingencias como la pérdida de clientes o litigios por despidos de trabajadores.
Los "riesgos", dice, de la operación, pueden no resultar previsibles porque el BBVA tan solo ha tenido acceso a información pública del Sabadell y, por lo tanto, "este análisis sobre sinergias, pérdidas y costes estimados por el BBVA puede no ser completo".
Ahora bien, en caso de que la oferta no salga adelante, "el precio de la acción del BBVA podría verse afectado o ser objeto de fluctuaciones si el precio actual de las acciones de BBVA refleja la expectativa que la oferta se complete". Además, un fracaso en la operación podría afectar de manera negativa a la reputación del BBVA y generar reacciones adversas en inversores y clientes, así como afectar negativamente a la relación del BBVA con sus empleados y clientes". Dicho de otra manera, tanto si la opa prospera como si fracasa, existen algunos riesgos para el BBVA.