Las subidas de tipos de interés no solo han hecho que se incremente el precio de las hipotecas y los créditos, también el de las tarjetas, y más aún el de las revolving, que normalmente tienen una TAE bastante elevada. El Tribunal Supremo ya advirtió en su sentencia de marzo de 2020 que el tipo de interés del 26% de una tarjeta WiZink era usuario y que además, debían considerarse usurarios todos los contratos con intereses superiores al interés normal del dinero, lo que dio alas a los consumidores a demandar.

A partir de ese momento las entidades financieras optaron por bajar los intereses, pero esta práctica no duró mucho, según Asufin poco más de un año, pues en junio de 2021 las TAE empezaron a subir y lo han seguido haciendo hasta ahora, de hecho algunos intereses ya alcanzan el 36%. Así, la TAE media de una tarjeta revolving en diciembre se situó en el 21,15% -de acuerdo a los datos de la Asociación- un 1% más que el año anterior.

Esta subida está respaldada por varios motivos, uno de ellos es que el número de tarjetas de crédito está disparado, de hecho, en 2022 creció al mayor en los últimos 5 años. Además, en la tasa se refleja el impacto de la subida de comisiones sobre algunas tarjetas y que los seguros siguen siendo un componente muy importante del coste. Con todo, Asufin destaca que la diferencia entre tarjetas revolving y el resto de tarjetas de crédito es ya del 3,15%. Es decir, que es más caro endeudarse con las primeras que con las segundas.

El ‘VI Barómetro de tarjetas revolving’ publicado por la Asociación pone de relieve que diciembre y los meses de verano son las épocas de mayor gasto en España, y también de mayor uso de tarjetas revolving. Unas tarjetas que afrontaron la última etapa del año con un incremento en el uso “evidente”, como respuesta a la subida del coste de la vida, frente a la alta inflación y a las elevadas cuotas hipotecarias, explican.

Las tres revolving más caras del mercado son dos de BBVA y una de CaixaBank. En concreto, la tarjeta Después Oro de BBVA con un 36,34% TAE y la tarjeta Después -también de BBVA- cuya TAE es del 26,37%. En tercer lugar se sitúa la Visa & Go de CaixaBank con un 22,42% TAE. El informe destaca que la que fue durante mucho tiempo la tarjeta más cara, la Visa Diamond Infinite Credit de Openbank, se sitúa ahora la quinta en la cola (20,57% TAE), ya que ha rebajado hasta 55 euros el coste de emisión y ofrece el tipo de interés nominal más económico, un 9,57%. La cuarta es la tarjeta Spymp (antes Tarjeta Evo Finance) cuya TAE es del 20,99%.

En el lado contrario está la Visa Proyecto de Abanca, con un 11,85% TAE. Esta diferencia se debe a los tipos nominales, el de BBVA es del 18%, mientras que el de Abanca es del 11,25%. Pero también al cobro de comisiones. Por ejemplo, los costes de emisión de las tarjetas Después Oro de BBVA y la Después de BBVA son de 80 euros y 43 euros respectivamente, mientras que la de Abanca no los cobra.

WiZink, la entidad que despertó la polémica por sus elevados intereses, ha anunciado un cambio relevante para su tarjeta WiZink Oro, pues ha eliminado el pago mínimo, que solo cubría intereses. Mientras que Banco Santander ha dejado de comercializar las tarjetas revolving. También ING ha lanzado una nueva iniciativa con su tarjeta de crédito, que aunque no es exclusivamente revolving, sí promociona una fórmula a plazos denominada “pago flexible” para compras de más de 90 euros, a fraccionar a 3, 6, 12 ó 18 meses, con la ventaja de financiar a un tipo inferior (15% TAE). Con otras fórmulas de financiación, la TAE se eleva al 18,95%.

Los seguros disparan el precio hasta un 10%

La Asociación de usuarios financieros también subraya que el mayor coste añadido de estas tarjetas lo representa el seguro. Su impacto en el precio es indirecto, porque eleva el coste global de la operación. Así, por ejemplo, el seguro de la Visa Pass Carrefour (19,99% TAE) da un salto hasta el 30,07% de coste, un 10,08% más que si se contratara sin seguro.

El coste es también relevante en las otras dos tarjetas que comercializan de forma activa este complemento. Así, la TAE de la tarjeta WiZink pasa del 19,99% al 29,52% TAE (9,53% más) y de Bankintercard Platinum, del 19,99% al 27,39% más, un 7,40% de subida. Por otra parte, estos seguros también suponen un encarecimiento en la forma de pago.

En todas las tarjetas, lo primero que se descuenta de la cuota son los intereses, pero lo segundo es el seguro. Por ello, solo el remanente de sumar estos dos conceptos se dirige a amortizar el capital, a disminuir la deuda. Por tanto, no solo es una práctica que eleva el coste, aunque sea para constituir un elemento de protección, sino que alarga el proceso de pago de la deuda generada con las tarjetas revolving.

WiZink e ING hacen mejoras

WiZink e ING han adelantado mejoras en sus revolving. La primera elimina a partir del próximo mes de febrero dos de las modalidades de pago “más peligrosas” para el cliente: el pago mínimo y el pago de un porcentaje sobre deuda. La primera conllevaba que se cubrieran los intereses y la amortización del capital fuera mínima o inexistente, elevando el tiempo de pago de la deuda y los intereses a pagar.

En la segunda, daba una falsa sensación de mejora económica al cliente, al pagar cada mes una cuota inferior siempre que no incluyera nuevas compras, pero alargando el tiempo de pago y su coste al quedar siempre una deuda pendiente. Desde ese mes, solo se podrá pagar la totalidad de la deuda o establecer una cantidad fija al mes que permite un mayor control de la deuda.

Otro cambio es el iniciado por ING. A través de su tarjeta de crédito, con la opción pago flexible, ofrece la posibilidad de financiar compras individuales (por encima de 90 euros) con un tipo de interés del 15% TAE, inferior al 18,95% TAE que cobra por otras opciones de financiación.