Aunque el traje de corbata oscuro es el gran predominante en The District, la pintura de colores lanzada por los activistas es la que ha llevado las imágenes de la feria más allá del sector inversor en los tres años que dura The District. Esta vez, a pesar de que el Sindicat de Llogateres lanzó un comunicado el día antes de la apertura de la gran feria inmobiliaria de Barcelona apuntando a la vinculación de algunos fondos y empresas con el estado de Israel, el encuentro ha arrancado sin rastro de protestas a las puertas de la Fira-Gran Via de Barcelona. Los dispositivos policiales controlaban con minuciosidad las salidas del metro y los Ferrocarriles de la Generalitat de Catalunya (FGC), con furgonetas alrededor de los accesos. Tampoco ha habido presencia de líderes políticos destacados. Ni el president Salvador Illa, ni el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni.
"No, aquí solo pueden acceder los de pase vip", informaba una trabajadora a un asistente a las puertas de una de las conferencias. En las puertas, un cartel informaba de los precios de los pases, desde los 150 euros del básico hasta el 1.990 del pase platinum, con acceso a todos los auditorios, a una comida y una fiesta y cóctel de bienvenida. The District espera generar un impacto de 35 millones de euros en la ciudad de Barcelona con una presencia estimada de 14.000 personas, informaba la organización, que espera que 1.400 reuniones sirvan de encuentro para más de 2.500 inversores en la feria inmobiliaria más grande de Europa.
Mientras los inversores buscaban opciones de negocio, los alquileres han subido un 29,4% en los últimos tres años, período en el cual los salarios han aumentado un 7,4%, según un informe reciente de Fotocasa e Infojobs. La compra de vivienda usada, una apuesta más estable, también ha subido más del triple que los salarios, un 25,3% en el mismo período, según el mismo informe. Lejos de los focos de The District, el sindicato CGT presentaba un estudio que cifraba que, en Cataluña, los trabajadores han perdido un 4,1% de poder adquisitivo en los últimos tres años por la inflación. Mientras tanto, la vivienda de alquiler ha subido un 37,4% y la compra un 10,4%.
Con la canción 'Blinding lights' de The Weeknd sonando constantemente durante la feria, los inversores celebraban la estabilidad económica de España como un lugar donde hacer inversiones inmobiliarias. "Históricamente, los mercados preferidos eran los anglosajones, Francia y Alemania y ahora es al revés. En Francia y Alemania no son buenos momentos. Portugal y España somos los estables, los buenos para invertir, los latinos son los estables. Mientras que en Estados Unidos el presidente cada día dice una cosa diferente y en el Reino Unido están un poco mejor, pero todavía acusan el Brexit", decía Pedro Coellho, presidente de Square Asset Management. "En Portugal, puede haber 3 ciudades para invertir. En España hay como 20", añadía. En la misma línea, Sergio Fernandes, de JLL Spain, ironizaba: "Les llamaban pigs (siglas en inglés de Portugal, Italia, Grecia y España que forman la palabra cerdos en inglés). Pues los pigs pueden volar".
Durante la feria, se repasan las tendencias del mercado inmobiliario y todas las alternativas donde invertir. Más allá de la vivienda, la compra de terrenos, hospitality (turismo y hostelería), centros de datos, residencias de ancianos, hospitales y educación son sectores calientes, mientras algunos inversores apuntaban a las oficinas como un sector en declive, en parte por las posibilidades del teletrabajo. Una de las mesas, de hecho, explicaba las posibilidades dentro del marco regulador español de convertir las oficinas en viviendas. "Las oficinas se han devaluado con el teletrabajo, es un sector estancado", decía Amroy Lal, director de LaSalle Investment Management.
Alberto Díaz, Managing Director de Capital Markets en Colliers, apuntaba que España "recibe 100 millones de turistas al año y continúa creciendo" y apostaba por este sector y por la vivienda. "No hay vivienda para la cantidad de gente que llega, ni a vivir ni a hacer turismo. España ha crecido con 10 millones de personas en los últimos 20 años, el país que más crece en el mundo. Viene gente que no está segura en su país y gente que quiere una segunda residencia en la Costa del Sol", añadía.
"No hay exceso de oferta, los precios suben, el sector va bien"
En este sentido, el exceso de demanda que para los inquilinos y compradores de vivienda supone el dolor de cabeza de subidas de precios que no pueden asumir, para los inversores es una oportunidad de negocio. "No ha habido ningún exceso de oferta. Hoy, las tasas de ocupación suben, los alquileres suben, el sector inmobiliario va bien y puede generar valor, aunque el riesgo es intrínseco a lo que hacemos", decía Alberto Nin, de Brookfield Global.
Más allá de las quejas por la carga fiscal y por cierta incertidumbre reguladora derivada de los topes al alquiler y la última Ley de Vivienda, los inversores ven también oportunidades en la apuesta del gobierno español por la vivienda asequible e industrial, así como en la rehabilitación de viviendas, que cuentan con fondos europeos y se harán con la intervención del sector privado. El director de estudios y portavoz de Pisos.com, Ferran Font, celebraba que "las administraciones públicas apuesten por la vivienda social, cosa que no se ha hecho en los últimos 15 años". "La apuesta que se hizo después de la crisis inmobiliaria fue rescatar las entidades bancarias y no las viviendas", añadía. "Ahora hay que ver si las 180.000 viviendas públicas que ha prometido Pedro Sánchez o las 50.000 de Illa se hacen realidad", completaba.