Los partidarios de construir una nueva pista sobre el mar​ y desviar parte del tráfico aéreo a los aeropuertos de Girona y Reus mantienen que evitaría la masificación turística, al contrario de las otras propuestas de ampliación de las instalaciones de Barcelona-El Prat, que favorecerían la concentración de visitantes.

Así se expone en un documento de trabajo sobre la conectividad internacional de Barcelona, al que ha tenido acceso ON ECONOMIA y que será presentado el próximo martes en el Institut d’Estudis Catalans. Los autores de este estudio son Joaquim Coello, Guillem López Casasnovas, Andreu Mas-Colell, Eduardo Alonso Pérez de Ágreda, Fernando Hermosilla y Joandomènec Ros Aragonès.

Argumentan que las soluciones para garantizar el futuro del aeropuerto del Prat pasan por construir una nueva pista sobre el mar usando tecnología de pilotaje de los aerogeneradores del Mar del Norte y por derivar parte del tráfico de media distancia –unos 10 millones de pasajeros– hacia las instalaciones de Girona y Reus. Afirman que con ello se lograría la conectividad intercontinental y la capacidad de carga del aeropuerto de Barcelona. Además, aseguran que la afectación ambiental sería menor que otras propuestas y con un presupuesto similar.

Según los cálculos de este grupo, su propuesta supondría una inversión de 1.500 millones de euros para la pista sobre el mar y otros 200 millones adicionales para las conexiones entre las actuales terminales 1 y 2 con monorraíl. En total, 1.700 millones de euros, el mismo importe que la propuesta de Aena.

En el documento, apuestan por construir una nueva pista sobre el mar de 3.500 metros de longitud, así como por el desvío de 10 millones de pasajeros de vuelos low cost a los aeropuertos de Girona y Reus, que pasarían a estar conectados con Barcelona en 35 minutos mediante lanzaderas de alta velocidad.

Tecnología del Mar del Norte

Según el documento técnico, la tecnología para construir esta pista, que se elevaría 10 metros sobre el nivel del mar, sería la misma de los pilotes que se utilizan para anclar los aerogeneradores marinos en el Mar del Norte. El plazo estimado de ejecución de la obra sería de unos cuatro años. Indican que los pilotes en el mar, recubiertos de elementos biológicos, servirían de “palanca para la biodiversidad y la regeneración de esta zona del litoral”. Además, no provocaría huella sonora en las poblaciones vecinas y no afectaría para nada a las zonas protegidas del Delta del Llobregat.

Hasta la fecha, se han anunciado más de una decena de propuestas sobre la ampliación del aeropuerto del Prat. En los próximos días se presentará la de la patronal Foment del Treball, pero después de que “el grupo de la pista sobre el mar”, como se les conoce, detalle su proyecto en una comparecencia pública. En síntesis, se han presentado cuatro grandes modelos de ampliación, sobre los que el grupo de Coello dice que “todos ellos son viables técnica y económicamente”, pero “solo uno cumple con los requisitos de ser ambientalmente viable, permitir la conectividad intercontinental sin limitaciones y ser apto para la carga aérea”.

En el análisis que realizan de los otros modelos, apuntan que el de Aena promueve un aeropuerto para una “una ciudad eminentemente turística y con poca capacidad para vuelos intercontinentales”. Indican que Aena apuesta por ampliar una de las actuales pistas, pero sin alcanzar los 3.500 metros de longitud, con lo que se limita el uso por parte de aviones de gran capacidad, que son los que operan vuelos intercontinentales (conocidos por wide body) y transportan carga aérea. Además, Aena también propone construir una nueva terminal, que los defensores de la pista sobre el mar consideran innecesaria si se optimizan las actuales.

Sobre la terminal satélite que propone Aena, afirman que “lejos de actuar como palanca para la gestión de la demanda de visitantes, actuará como un liberador de esta, configurando un modelo turístico para Barcelona propenso a la masificación”. Añaden que esta masificación del destino está lejos de la estrategia actual de la ciudad, que cuenta con gran consenso y que pasa precisamente “por poner límites a la capacidad turística en aras a la mejora de la experiencia y a la calidad del visitante”.

La construcción de la pista sobre el mar y la derivación de vuelos low cost a Girona y Reus no solo haría innecesaria la construcción de una terminal satélite, sino que, en su opinión, permitiría “descongestionar la infraestructura y priorizar vuelos de calidad al aeropuerto del Prat”.

Subrayan que la ampliación del aeropuerto debe dar respuesta a un modelo de ciudad que “vaya más allá de la economía del visitante”, que acelere la diversificación económica y esté al servicio de la logística y la industria local.

Otras propuestas

Insisten en que ampliar la actual pista paralela al mar (pero en tierra, como plantean las propuestas de Aena y Barcelona Global) por debajo de los 3.500 metros no soluciona la necesidad de conectar Barcelona intercontinentalmente sin limitaciones. Esta es la longitud mínima de seguridad que requieren los wide body para el despegue.

Resumen de opciones sobre la ampliación del aeropuerto*
Propuestas  Apta para vuelos intercontinentales Impacto ambiental Capacidad de carga Operativa 24 horas

Inversión estimada

Nueva terminal Impacto acústico
Aena No. Pista con longitud insuficiente Alto. Afecta a zonas ZEPA  No  No 1.700 M€  Sí  Igual
Barcelona Global No. Pista con longitud insuficiente Medio. Afecta a zones Zepa.  No  No    Sí  Igual
Acebillo Insuficiente. Dinámica de vientos y compatibilidad pistas Alto. Cambio litoral, movimiento arenas  No   No     Sí  No
Pista sobre el mar Total Bajo  Sí  Sí 1.700 M€  No  No

* Tabla elaborada por los autores del estudio El Reto de la Conectividad Intercontinental de Barcelona

Respecto a la ampliación de la pista diagonal, propuesta por Josep Antoni Acebillo, quien fue arquitecto en jefe del Ayuntamiento de Barcelona, indican que dificulta el uso simultáneo de las otras pistas. Apuntan que este modelo necesita la pista interior para despegues en determinados periodos del año por excesivo viento lateral, que tiene “importantes afectaciones” en el litoral, además de suponer voluminosos movimientos de tierra e “inutilizar” la pista mar, que solo sería apta para aviones pequeños (con 1.500 metros de longitud).

El gobierno de Barcelona que lidera Jaume Collboni vería con buenos ojos el proyecto de los defensores de la pista sobre el mar, según apuntan fuentes municipales. Collboni fichó en junio pasado a Santi Vila, exconseller convergente de la Generalitat, para presidir el Comité Asesor de Infraestructuras de la ciudad. Vila será el encargado de marcar la estrategia del gobierno del Ayuntamiento de Barcelona en asuntos claves sobre infraestructuras como es la ampliación del aeropuerto.

También entregaron la propuesta a la Generalitat. Por cierto, el Colegio de Ingenieros Aeronáuticos de Catalunya urge al gobierno de Pere Aragonés a convocar la comisión técnica para decidir el futuro del aeropuerto.