La tregua arancelaria que pactaron el pasado mes mayo China y Estados Unidos se acerca a su final sin que hayan trascendido noticias de que ambos países se aproximen a un acuerdo y a falta de un día para que expire el plazo no se descarta una prórroga de la moratoria para continuar las conversaciones.
Hace una semana el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, dijo que, tras varias rondas de negociaciones en Europa, las dos grandes economías mundiales tienen un "principio de acuerdo" que permitiría evitar unos aranceles que supondrían una desconexión entre ambas economías.
En una entrevista que publica este lunes el diario económico japonés Nikkei, Bessent apunta a "finales de octubre" como fecha para "haber terminado" las negociaciones con los países con los que Washington aún no ha alcanzado un acuerdo comercial. Y concretamente sobre China califica de "difíciles" las negociaciones con Pekín porque no actúa con los parámetros de una economía de mercado.
"Creemos que gran parte de la producción está por debajo del costo. Es un programa de empleo. Tienen objetivos de empleo y de producción, más que de rentabilidad", señala. El pasado mes de mayo, las dos partes pactaron en Ginebra una tregua que expira mañana, martes, que establecía una reducción de 115 puntos porcentuales en los aranceles que se habían ido imponiendo desde principios de abril y que se habían convertido en un embargo comercial 'de facto'.
Las dos partes mantuvieron a finales de julio sus últimas conversaciones en Estocolmo, donde mostraron su voluntad de seguir priorizando el diálogo sobre una guerra comercial. Las últimas reuniones se saldaron con declaraciones de buenas intenciones, si bien el representante comercial estadounidense, Jamieson Greer, advirtió de que los aranceles sobre las importaciones chinas podrían rondar el 80% u 85% si no se llegaba a un acuerdo para corregir el actual desequilibrio comercial entre ambos países y la "sobrecapacidad" exportadora de Pekín.
No obstante, el propio Greer aseguró después en una entrevista en la cadena CBS que las dos partes están "trabajando" para extender la tregua mientras que el secretario de Comercio, Howard Lutnick, señaló que es posible otra pausa "de unos 90 días" más. El encuentro en la capital sueca siguió al mantenido en Ginebra, a otro en Londres y a la conversación telefónica que mantuvieron en junio Trump y su homólogo chino, Xi Jinping, para limar asperezas.
La reunión de Londres en junio se saldó con la aprobación, por parte de Pekín, de solicitudes de exportación sobre las tierras raras. Estados Unidos, por su parte, canceló algunas de las "medidas restrictivas" que había impuesto a China, como los controles a la exportación de chips.
Según los analistas, Washington espera todavía garantías o un acceso menos limitado a esos materiales clave -China controla el 70% de su producción mundial y casi el 90% de los imanes de alto rendimiento-, con los que Xi ha logrado hacer palanca para limitar la capacidad de Trump de tomar medidas más contundentes contra Pekín.
También ha entrado en escena una hipotética sanción a Pekín por importar petróleo de Rusia ante la negativa del Kremlin a detener la guerra en Ucrania, algo que haría descarrilar las negociaciones.