El Ministerio de Trabajo vuelve a la carga con el Estatuto del Becario, una de las reformas que más se están resistiendo al Departamento que comanda la vicepresidenta segunda y líder de la formación Sumar, Yolanda Díaz. Al margen de los sindicatos, pocos son los apoyos con los que ha contado Díaz, aunque la mayor de las resistencias se ha dado en el seno del propio Gobierno, pues los ministros socialistas se han opuesto a aprobar el texto que el Ministerio pactó hace ya dos años con los sindicatos CC.OO. y UGT.

Pero en Sumar no han dado por perdida la batalla en ningún momento y han exigido a Pedro Sánchez que cumpla con el compromiso que ambas formaciones políticas pactaron en el documento programático España Avanza donde se incluye la aprobación del Estatuto del Becario. Hace unas semanas, el secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, desveló que sometería el texto a la aprobación de la Comisión Delegada de Asuntos Económicos -el paso previo para su aprobación por parte del Consejo de Ministros-, un trámite que se produjo la semana pasada.

Fuentes sindicales confirman a ON ECONOMIA que el Anteproyecto del Estatuto del Becario obtuvo el visto bueno de la Comisión que componen los secretarios de Estado de todos los Ministerios del ámbito económico. Lo que despeja la aprobación del texto en el Consejo de Ministras, que podría suceder el martes 29 de julio, el último antes de las vacaciones del Gobierno. No obstante, otras fuentes apuntan a que se posponga al mes de septiembre. Desde el Ministerio de Trabajo prefieren no comprometerse con un fecha.

Sin modificaciones

Pérez Rey declara que el texto que se ha sometido al criterio de los ministros socialistas no tiene grandes cambios respecto al pactado con CC.OO. y UGT. “Tan solo unos aspectos técnicos”, que según el número dos de Yolanda Díaz habían sido aprobados desde ambas organizaciones. Algo que reconocen en Comisiones Obreras. De hecho, solo hay una modificación relevante: el texto sometido a la Comisión Delegada de Asuntos Económicos ha elevado la duración de las prácticas curriculares para los másteres y los doctorados. Así, las horas de prácticas no podrán superar el 33% de la carga crediticia total del plan de estudios, cuando en el anterior borrador -sometido a audiencia pública-, el límite era inferior, hasta el 25%.

No obstante, desde UGT insisten que el cambio se debe a la contradicción que suponía el límite del 25% en el caso de los másteres y doctorados con la norma que regula este tipo de formación que, explícitamente, establece un límite del 33% para las prácticas. Mantener el 25% habría supuesto que una ley del ámbito laboral entrase en coalición con una norma de educación, por lo que Trabajo ha optado por aumentar el número de horas en las prácticas pactadas en las formaciones de máster y doctorado.

No así en el resto de los procesos formativos que mantienen los mismos límites que se pactaron con los sindicatos. En las prácticas curriculares de grado medio las horas de prácticas tendrán un límite del 25% del ECTS y en las extracurriculares, tanto en estudios de grado medio como en el máster y el doctorado, no sobrepasará el 15% o 480 horas, la opción más baja.

Una segunda modificación que Trabajo ha presentado a los ministros socialistas es la supresión de la referencia a las prácticas desarrolladas durante los estudios vinculados a títulos propios de las universidades. En el anterior borrador del anteproyecto se establecía que la suma total de prácticas curriculares y extracurriculares no supere el 25% de los créditos ECTS de la correspondiente titulación. Y se matizaba: “No obstante, para aquellos títulos propios que tengan una duración mínima de 60 créditos ECTS tendrán la posibilidad de establecer prácticas por un periodo de tres meses”.

En su lugar, el texto que ha pasado por la Comisión Delegada de Asuntos Económicos, obvia la referencia a los “estudios vinculados a títulos propios de las universidades”. En su lugar, hace referencia a practicadas ligadas a “formación permanente”. Así, en el caso de las curriculares o extracurriculares de estudios vinculados al máster de formación permanente de las universidades, no se podrá superar el 33% de los créditos ECTS de su plan de estudios, sumando tanto las curriculares como las extracurriculares.

Y en el caso del resto de títulos de formación permanente, requieran o no titulación universitaria, la suma total de prácticas curriculares y extracurriculares no podrá superar las horas correspondientes el 25% 100 de los créditos ECTS de la titulación.

Pocas probabilidades

En opinión de los sindicatos, la nueva versión podrá pasar el filtro del Consejo de Ministros que permitirá al Ministerio de Trabajo y a Sumar apuntarse la aprobación de una reforma que ha tenido fuertes resistencias dentro de la Coalición; pero está muy lejos de acabar en el Boletín Oficial del Estado. Pau García, nueva secretaria de Juventud en CC. OO. desde el último congreso, como Belén Guirao, nueva responsable en Ruge -la organización juvenil de UGT-, consideran improbable que el texto supere el filtro parlamentario.

La negociación del Estatuto del Becario se empezó a negociar en la anterior Legislatura y se quedó en el cajón del Ministerio de Trabajo con el adelanto electoral. Díaz volvió a la carga en este segundo gobierno de coalición y solo consiguió un acuerdo con los sindicatos, con una férrea oposición de la patronal. Y no ha sido la única oposición. La CRUE (Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas) se ha opuesto firmemente y ha presionado en sus ámbitos territoriales, en especial desde las universidades vascas en el PNV y las catalanas en Junts, pero también en ERC, que se han posicionado en contra del texto pactado con los sindicatos. Socios parlamentarios del Gobierno, lo que cierra la puerta a su aprobación al texto que podría salir del Consejo de Ministros.

1,6 millones

Entre el 1 de enero de 2024 y julio de este año, 1,6 millones de estudiantes han realizado prácticas entre la modalidad curricular y extracurricular ligadas a estudios universitarios o de FP, según datos del Ministerio de Inclusión y Seguridad Social. Aunque el Estatuto del Becario no ha contado con el consenso suficiente para salir adelante, la Seguridad Social consiguió aprobar una cotización mínima para los estudiantes en prácticas no laborales. Eso sí, a costa de subvencionar el 95% de la cotización, lo que supone que a las empresas y organismos oficiales les ha salido gratis.