El análisis por comunidades autónomas revela una realidad fragmentada. Mientras que la Comunidad de Madrid lidera las subidas interanuales con un 12,7%, Catalunya se sitúa como la tercera zona más cara del Estado para alquilar un piso, con un precio medio de 19,1 euros/m², empatada con las Islas Baleares. No obstante, el ritmo de crecimiento en Catalunya (7,1%) es inferior a la media estatal (10,9%), un hecho que abre el debate sobre si el mercado ha llegado a un techo de precios en algunas de sus áreas más solicitadas.

El foco, sin embargo, se debe poner en la provincia y la ciudad de Barcelona, que resumen la paradoja del mercado: precios estratosféricos con incrementos que, pese a ser moderados en el contexto estatal, siguen siendo inasumibles para una gran parte de la población:

  • Provincia de Barcelona: El precio medio se dispara hasta los 21 euros/m², siendo el segundo territorio más caro del Estado, solo por detrás de Madrid (21,1 euros/m²). La subida interanual en la provincia ha sido del 5,9%, por debajo de la media estatal, pero insuficiente para revertir la presión acumulada de los últimos años.
  • Barcelona ciudad: La capital catalana revalida el título de ciudad más cara para alquilar de todo el Estado, con un precio medio de 24,3 euros/m². Esta cifra, que supone una subida del 5,1% en los últimos doce meses, consolida un entorno inmobiliario de alto riesgo para la cohesión social y la viabilidad de la ciudad. La capitalidad económica, el atractivo turístico y la fuerte demanda concentrada en distritos centrales explican esta persistencia en los precios altos.

El mapa de los alquileres en el Estado es profundamente desigual. Las mayores subidas interanuales se registran en la Comunidad de Madrid (12,7%), Andalucía (11,8%) y Castilla-La Mancha (11,8%). En el extremo opuesto, Navarra (3%), Extremadura (4%) y Cantabria (4,5%) presentan los incrementos más modestos. Esta dinámica refleja una especie de "huida" hacia mercados periurbanos y rurales en busca de mayor accesibilidad, como demuestran las fuertes subidas en provincias como Zamora (19,9%) o Segovia (14,3%). Pese a ello, el poder de atracción de las grandes capitales se mantiene, como prueban las subidas en Madrid (11,5%), Sevilla (9,7%) y Valencia (7,6%).

El análisis de las capitales de provincia acentúa aún más las diferencias. Barcelona (24,3 €/m²) y Madrid (23 €/m²) se confirman como islas de precios inalcanzables para muchos. Les siguen a distancia Palma (18,2 euros/m²), San Sebastián (18,1 euros/m²) y Valencia (15,5 euros/m²). En el extremo contrario, ciudades como Ciudad Real, Lugo, Zamora y Cáceres presentan precios medios de 7,8 €/m², una cifra que evidencia el abismo inmobiliario que divide el territorio.

En definitiva, el mercado del alquiler en el Estado muestra los primeros signos de fatiga después de años de subidas continuas. No obstante, esta desaceleración no se está traduciendo en un abaratamiento significativo, sino más bien en una estabilización de los precios en niveles históricamente altos. Barcelona y su área metropolitana siguen siendo el epicentro de esta crisis, donde la tensión entre la oferta y la demanda mantiene los precios en unos niveles que desafían la sostenibilidad del modelo de ciudad y amenazan la accesibilidad a un derecho básico como es la vivienda. La moderación en el ritmo de crecimiento es un indicador a seguir, pero de ningún modo representa una solución a los problemas estructurales del sector.