El mercado del oro ha vuelto a escribir este lunes una página histórica al superar por primera vez la barrera psicológica de los 3.800 dólares por onza, estableciendo un nuevo récord absoluto en 3.812,05 dólares. Esta subida del 1,21% en la sesión consolida una tendencia alcista que ya había marcado récords históricos la semana pasada y que refleja una profunda transformación en el estatus del metal dentro del panorama financiero global.
Los datos de Bloomberg recogidos muestran que a las 7.05 horas el metal preciado no solo batía récords, sino que confirmaba una trayectoria espectacular en 2024: una revalorización del 43,20% en el año y un impresionante 9,5% solo en el mes de septiembre. El anterior máximo, establecido el pasado martes 23 de septiembre en 3.791,1 dólares, ha quedado claramente superado en una sesión bursátil.
James Luke, gestor de fondo de materias primas en Schroders, analiza las claves de este comportamiento excepcional. "La transición del oro como inversión nicho a activo real de pleno derecho justo acaba de empezar, señala el experto, quien identifica varios motores detrás de esta carrera alcista. Entre ellos destaca el aumento significativo de la demanda por parte de los bancos centrales de economías emergentes, la incursión masiva de los hogares chinos -que buscan refugio después de la crisis inmobiliaria en su país- y el contexto geopolítico marcado por la guerra arancelaria y los recientes ataques a la independencia de la Reserva Federal norteamericana.
Luke enfatiza que el mercado monetario del oro, valorado en aproximadamente 400.000 millones de dólares, es relativamente pequeño en el contexto financiero global, pero posee un enorme potencial de crecimiento. "La demanda monetaria del oro continuará estimulada por el entorno de incertidumbre", pronostica al analista. Las perspectivas señalan que los bancos centrales emergentes, los hogares chinos y de Oriente Medio, junto con los inversores institucionales, seguirán impulsando la demanda en los próximos trimestres.
El gestor de Schroders proporciona datos reveladores: las actuales tenencias de oro en ETF se sitúan en aproximadamente 95 millones de onzas. "Los 380.000 millones de dólares de inversión que se necesitarían para aumentar estas tenencias a 200 millones de onzas pueden parecer mucho, hasta que se compara el mercado del oro con los principales agregados financieros globales", argumenta Luke.
Esta comparación sugiere que el interés inversor en el oro "justo acaba de empezar de verdad", indicando que el actual momento podría ser solo el preludio de una reevaluación más profunda del metal en las cartillas institucionales y particulares a escala mundial. El mercado observa ahora si esta tendencia histórica consolida el oro como un activo refugio fundamental en un panorama económico marcado por la incertidumbre geopolítica y las tensiones monetarias globales.