Los trabajadores españoles cada vez son más viejos; en concreto, en los últimos 20 años la edad media ha crecido 5,5 años si se contabiliza a los activos con empleo (autónomos y asalariados) y los que están desempleados. Así, la edad media de los activos ha pasado de 38,2 años en 2002 y 43,7 el pasado año, según desvela el estudio -publicado en Papeles de Economía Española por Funcas- “El envejecimiento de la población trabajadora: tendencias y consecuencias” elaborado por los economistas del Banco de España Juan Francisco Jimeno, Brindusa Anghel y Pau Jovell. Por comunidades autónomas, el mayor envejecimiento de la población trabajadora en estas dos décadas se ha dado en la Región de Murcia, cuya media aumenta 6,5 años y en Asturias con 6,3 y los menores, con un aumento de 4,9 años, se producen en Catalunya y Galicia.

Catalunya, con 42,9 años en 2022, es el territorio con la edad media más baja de su población trabajadora, casi un punto menos que la media de España. Por debajo, también se encuentran la Región de Murcia y Baleares (43,1 años), Andalucía (43,2); Madrid (43,4) Canarias (43,5) y Castilla-La Mancha (43,6). Entre las que superan la media, Asturias tiene la población trabajadora más envejecida (45,5 años), seguida de Castilla y León (45,1), Cantabria (44,9), Galicia (44,8), La Rioja (44,6), País Vasco (44,5), Aragón (44), Navarra (43,9), la Comunidad valenciana (43,8) y Extremadura (43,7) que iguala la media del conjunto de los territorios.

Respecto al envejecimiento, tras Murcia y Asturias, en Canarias ha aumentado la edad media de su población trabajadora, 5,9 años; en La Rioja, Castilla-La Mancha, Navarra y la Comunidad valenciana, 5,8 años; en Andalucía, 5,7 años; en Castilla y León y en Cantabria 5,6 años, todas ellas por encima del 5,5 de la media de España. Por debajo, tras Galicia y Catalunya, donde menos ha envejecido la población activa, en Aragón aumenta 5 años; en Baleares, 5,2 años; en Madrid, 5,3 años, y en Extremadura y País Vasco, 5,4 años.

Tapón generacional

Juan Francisco Jimeno, que ha coordinado el trabajo, explica que el envejecimiento de la población se debe principalmente a un tapón generacional en el mercado laboral, lo que provoca que los jóvenes tengan mayores dificultades para entrar en el mercado laboral, a lo que hay que sumar la caída de la natalidad que reduce el número de jóvenes respecto a los existentes hace 20 años. Los autores han dividido la población entre los jóvenes (16 a 29 años), adultos (30-49) y mayores (50 a más años). Si durante el período 2002-2022 la población ocupada (descontando, pues, a los desempleados) ha aumentado un 18%, la población ocupada de 50 años se ha duplicado, mientras que la población ocupada de 16 a 29 años se ha reducido a la mitad.

El estudio, además de la comparativa entre territorios que mide la población trabajadora en su conjunto, analiza el envejecimiento del colectivo de ocupados -es decir, con empleo-, ya sean asalariados o autónomos. En el caso de los primeros, la edad media de los ocupados ha subido 6 años y la de los autónomos 4. Así, en 2022, los ocupados por cuenta ajena tenían una edad de 43,5 años, cuando a inicios del siglo la media se situaba en 37,5 y, en el caso de los ocupados por cuenta propia, se ha elevado de los 44 a los 48 años.

El mayor aumento de la edad de los asalariados se debe, según el estudio, al mayor peso de la población de más edad, que se ha multiplicado por 2,5. Sin embargo, el problema del envejecimiento entre los autónomos se explica principalmente por la falta de relevo generacional, pues la población ocupada joven se ha reducido un 40%. Por sexos, la edad media de las mujeres es ligeramente superior en el caso de las asalariadas, 43 años, por los 42,8 de los varones y en los autónomos, (ocupados no asalariados), los varones, sin embargo, sacan algo más de un año a las mujeres: 48,3 frente a 47,1.

Los sectores de actividad más envejecidos son el primario y los de actividades financieras e inmobiliarias, para los autónomos, y los sectores de la Administración pública, educación, sanidad y transporte y actividades financieras e inmobiliarias, para los asalariados. Por ocupaciones, el envejecimiento es más acusado entre los grupos de mayor cualificación profesional (directores, managers, técnicos y profesionales de apoyo), puestos a los que los jóvenes acceden con una muy baja probabilidad.

El estudio concluye que, si bien el envejecimiento se trata de un fenómeno general que complica la sustitución generacional de trabajadores en todos los segmentos del mercado de trabajo; es especialmente intenso entre los trabajadores no asalariados, varones, asalariados del sector público, empleados de empresas pequeñas y comunidades autónomas del norte-occidental de la península.