Los últimos años han estado marcados por diferentes desafíos sociales, políticos, sanitarios y económicos. Con la pandemia por el Covid, la guerra en Ucrania por la invasión rusa, la elevada inflación y la política monetaria de los bancos centrales para tratar de frenarla, la economía global se ha visto resentida. Una situación que se verá prolongada durante el próximo año, del que se espera una desaceleración en el crecimiento, según apuntan diferentes instituciones y firmas de análisis.

En este sentido, desde Deutsche Bank plantean una serie de escenarios a vigilar que suponen un riesgo para la economía y para los mercados. En su último informe CIO Insights 'Resilience versus recession Economic and investment outlook', el banco alemán hace un repaso a sus previsiones económicas para el próximo ejercicio, dedicando un apartado especial a diferentes factores geopolíticos y económicos que pueden hacer peligrar la estabilidad financiera de los países desarrollados.

Las tensiones militares y políticas en Europa del Este 

Las tensiones militares y políticas, más visibles en Europa del Este y el Mar de China Oriental, se intensificaron en 2022 y es probable que aumenten y planteen importantes retos a la comunidad mundial también en 2023. En este sentido, desde la entidad alemana creen que los conflictos armados como el que sigue existiendo entre Ucrania y Rusia pueden suponer mayores problemas en materia de migración y de suministro de materias primas al resto de países, dependientes en gran parte de las exportaciones de estos territorios.

"Las soluciones para poner fin a la invasión rusa de Ucrania siguen siendo esquivas. Esto a su vez significa que no hay soluciones a las repercusiones de este conflicto en ámbitos como los movimientos migratorios, el suministro mundial de materias primas energéticas fósiles y alimentos, y los posibles cambios geopolíticos que se extienden más allá de la región", explica Deutsche Bank. 

El conflicto por los chips semiconductores

Otro de las grandes problemáticas de los últimos años ha sido el de la escasez de chips semiconductores, esenciales en diferentes industrias como la del automóvil y en el sector de productos electrónicos. "En Asia Oriental, persisten las tensiones relación con la reivindicación declarada de China sobre Taiwán. Desde un punto de vista puramente económico, Taiwán es el mayor proveedor mundial de chips semiconductores", señala el banco.

Taiwán es el principal país que controla la industria de los chips semiconductores, a través de la compañía TSCM (Taiwan Semiconductor Manufacturing Company), con un 56% de la cuota de mercado en 2022. Las tensiones respecto al problema territorial, debido a que China reclama Taiwán como suyo, podrían aumentar en los próximos meses, del mismo modo que ocurrió este año con la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, al país en cuestión.

Año de elecciones para países clave

El tercer foco al que vigilar, según Deutsche Bank, es al del periodo electoral que regirá el año de diferentes países y, por tanto, sus economías y su estabilidad financiera. En este sentido, los analistas de la firma alemana destacan en su informe de perspectivas las elecciones de España, Polonia, Turquía y la India.

Los expertos destacan que las citas electorales y sus posteriores resultados "exigirán una mayor atención por parte de los inversores en 2023". Por la parte que le toca a España, la próxima cita electoral será en mayo del próximo ejercicio, en este caso para las elecciones municipales y autonómicas. También tendrán lugar las elecciones nacionales, aún sin fecha.

Guerra tecnológica entre EE.UU. y China

En cuarto lugar, los expertos de Deutsche Bank señalan a la guerra tecnológica entre EE.UU. y China como uno de los potenciales riesgos a tener en cuenta para el próximo año. "En la pugna entre EE.UU. y China por el liderazgo tecnológico mundial, es posible que las líneas de batalla se endurezcan aún más. Los puntos de conflicto siguen siendo las acusaciones estadounidenses de robo de propiedad intelectual por parte de China, la preocupación por la privacidad de los datos en ambas partes y las restricciones al acceso mutuo a los mercados, que incluyen sanciones comerciales de gran alcance", explican.

En este sentido, para los analistas el alcance de esta guerra tecnológica también es cada vez más evidente: "Un conflicto comercial se ha transformado en un esfuerzo por establecer las normas aplicables a largo plazo en ámbitos de gran importancia, como la tecnología de la información y la comunicación", destacan. Unas normas que también aplican a largo plazo en ámbitos tan importantes como el 5G, la inteligencia artificial y los chips. "El éxito ampliará la base de poder del país a largo plazo. Así que ambas partes no querrán ceder terreno fácilmente", sentencia el banco.

Evolución del Covid-19 en China 

Como no podía ser de otra manera, la evolución del Covid-19 en China sigue siendo un problema para la economía del gigante asiático y para muchas otras por su importancia en diferentes sectores. "En 2023 es importante aprovechar el éxito logrado en la contención del virus Covid-19. China en particular lo necesita desde un punto de vista macroeconómico, ya que los bloqueos prolongados de la actividad económica siguen en los principales centros urbanos", señala el informe. 

Aunque los indicios siguen apuntando a una mejora de la situación mundial, desde la entidad creen que hay que vigilar de cerca los posibles nuevos brotes y las restricciones asociadas. Una situación que ha afectado sobremanera al mercado inmobiliario chino, uno de sus principales motores económicos. "Los problemas que arrastra desde hace tiempo el mercado inmobiliario chino se han visto exacerbados en cierta medida por la pandemia de Covid-19. El sector es responsable de aproximadamente el 25% de la producción económica del país y, por tanto, es extremadamente relevante. Esperamos que el gobierno chino pueda estabilizar aún más el mercado a medida que avance el año, pero los mercados internacionales de capitales pueden seguir siendo escépticos", concluye.

Posible liquidación en el mercado de bonos

Por último, desde Deutsche Bank no pierden la vista al la renta fija, protagonista en 2022 por una inusual y elevada volatilidad. "No esperamos que en 2023 se produzca otra liquidación similar a la de 2022 en los mercados mundiales de renta fija. Sin embargo, si la inflación resulta ser más persistente de lo previsto o aumenta aún más, los rendimientos de los bonos podrían volver a subir", aseguran los expertos. 

Asimismo, consideran que, si los rendimientos de la deuda pública estadounidense a diez años aumentaran notablemente, "creemos que esto correría el riesgo de otra liquidación con un impacto significativo también en los mercados bursátiles y, especialmente, en valores con alta sensibilidad a las tasas de interés, como los del sector tecnológico".