El puño de hierro del Banco Central Europeo ya está dando sus frutos. Tras más 17 meses de progresivas subidas, la inflación de Europa corrigió hasta el 10,1% en noviembre. Se trata del primer descenso tras casi año y medio de alzas consecutivas. Pese a que el BCE ha llevado a cabo varias subidas de tipos con el objetivo de reducir el elevado IPC de la eurozona, ha sido en noviembre cuándo la inflación interanual de la zona euro ha corregido hasta el 10,1%, un 0,6% menos de la histórica marca del pasado octubre.

Los expertos aseguran que el efecto de las subidas de tipos aparece, mínimo, a los tres meses de oficializarse la subida. El BCE, que en la jornada de ayer acometió la cuarta subida de tipos en lo que va de año, ya dejó claro que harían las subidas de tipos necesarias para reducir la inflación hasta el umbral deseado: el 2%. Pese a que la cifra actual dista enormemente de la deseada por la institución monetaria, la reducción en el mes de noviembre es un indicador de que la agresiva política monetaria ya está dando frutos.

Eurostat, la oficina comunitaria de estadística de Europa, también ha revelado que España es el país de la Unión Europea donde los precios subieron con menor intensidad, con un 6,7%. Pese a ello, cabe destara que el precio de los alimentos sigue creciendo a niveles desproporcionados, hasta el 15%. Por su parte, en el conjunto de la UE, la tasa de inflación interanual frenó en noviembre al 11,1% desde el 11,5% registrado en octubre.

Los tipos de interés más elevados desde 2008

Con la subida de ayer, el BCE cerrará el ejercicio con los tipos de interés en 2,50%, el nivel más elevado desde diciembre de 2008. El organismo presidido por Christine Lagarde aclaró que seguirían subiendo los tipos de forma “mesurada y predecible” en los primeros compases del próximo año. Las estimaciones apuntan a que las siguientes alzas podrían ser de 50 puntos básicos, similar a la dada en la jornada de ayer por el BCE.

Con la última subida de tipos, la institución con sede en Frankfurt rompió con la tendencia mostrada en las dos reuniones anteriores a la de diciembre, en la que el BCE elevó las tasas de interés en 75 puntos básicos. Y es que, pese a que el banco central se mostró temeroso a mediados de año por la incertidumbre generada por el conflicto armado en Ucrania, el organismo bancario dejó los titubeos a un lado, sumándose al discurso hawkish de otras entidades centrales, como la Reserva Federal o el Banco de Inglaterra.

Descensos en el precio de la energía y alimentos

En noviembre, el alza de los precios de la energía se moderó en Europa al 34,9% desde el 41,5% que marca en octubre. Por otro lado, el encarecimiento del precio de los alimentos frescos fue del 13,8% frente al 15,5% registrado en el mes anterior. Pese a que siguen siendo datos elevados, la reducción con respecto al mes anterior resulta esperanzadora para la zona euro. La guerra en Ucrania sumió a Europa en una espiral marcada por la incertidumbre y la volatilidad monetaria que, entre otras cosas, catalizó al alza la inflación del Viejo Continente.

Por su parte, los servicios subieron un 4,2% interanual, una décima menos que en octubre. Los bienes industriales no energéticos se encarecieron un 6,1%, un dato similar al que marcaba en el mes anterior.

España, el país dónde el IPC se modera más

Otra muestra del efecto de las subidas de tipos está en que la inflación redujo en 16 Estados miembro de la Unión Europea, entre los que destacan España (6,7%), Francia (7,1%) y Malta (7,2%). La cara opuesta está en Hungría (23,1%), Letonia (21,7%), Estonia y Lituania, que mantienen un nivel del 21,4%. Estos países mantienen cotas de inflación abruptas con respecto a la del resto de países de la eurozona.

El BCE pronostica que los precios subirán en promedio en 2022 un 8,4%, tres décima más de lo que esperaban en septiembre, con una inflación subyacente del 3,9%.

Al hilo de las previsiones, la institución monetaria estima que la inflación se moderará hasta el 6,3% en 2023. Se trata de una perspectiva más negativa que la lanzada con anterioridad, cuando el BCE ubicaba en un 5,5% la inflación para el próximo año. En cuanto a la subyacente, la previsión del 4,2%, mientras que en 2024 será del 3,4%.

Para 2025, la inflación bajará hasta niveles cercanos a los deseados por el Banco Central Europeo. Según el organismo central, el IPC corregirá hasta el 2,3%, tres décimas por encima de lo que busca el organismo con sede en Frankfurt.

Está por ver si las últimas subidas de tipos de interés tienen su efecto sobre el IPC en los primeros meses de 2023. La institución bancaria proseguirá con su política monetaria el tiempo que sea necesario. Pese a que aún es pronto para lanzar previsiones sobre el alcance de las próximas subidas de tipos de interés, los expertos auguran un mensaje del BCE algo más cauto. Aún ello, todo dependerá de la evolución del IPC en Europa. Por ahora, la inflación da un ligero respiro, aunque sigue siendo desmesurada.