El aumento de los precios está suponiendo una grave amenaza para el campo y uno de los sectores que lo está sufriendo más es el lechero. La Federación Nacional de Industrias Lácteas (Fenil) alertaba recientemente del riesgo de destrucción de empleo si no se paran los elevados costes que tienen que soportar las explotaciones desde hace tiempo, lo que está comportando una "significativa" reducción de los márgenes. En Girona, hay datos: en una década, el 43% de las granjas han desaparecido.

Según datos del Departament d'Acció Climàtica, Alimentació i Agenda Rural de la Generalitat, de las 357 que había en la demarcación a principios del 2012, ahora se ha pasado a 203. Las cifras no solo incluyen las explotaciones que venden leche, sino también las que hacen derivados (como yogures, flanes o requesón). Además, las granjas que sobreviven cada vez tienden más hacia un modelo de macroexplotaciones. Eso hace que, aunque haya menos, la producción global de leche no decaiga, según recoge la agencia catalana ACN.

Desde la cooperativa Llet Nostra, que agrupa más de un centenar de granjas de la provincia de Girona, lamentan que a los problemas que se arrastran ahora se han sumado las consecuencias de la guerra de Ucrania. Al conflicto bélico, se suma la falta de relieve generacional. El presidente de Llet Nostra, Jordi Riembau, explica que la crisis derivada de la guerra en Ucrania ha acelerado cierres de granjas de leche "previstos para dentro de cuatro o cinco años" por falta de relevo generacional. "Hacía años que trabajábamos con márgenes mínimos y con el aumento del precio de la energía, los que estaban a punto de jubilarse han preferido terminar ya", detalla.

Los costes suben el 45% y los precios de venta un 25%

Riembau denuncia que "no se respetan los costes de producción" de la leche porque, según detalla, hay grandes superficies que la venden "a precios que están muy por debajo de lo que vale producirla y lo utilizan como reclamo", ocasionando así una competencia desleal al sector que provoca una caída del precio de la leche. Como ejemplo que se han reducido los márgenes de rentabilidad y que no son capaces de repercutir toda la subida de costes, ha recordado que el precio de la leche en origen ha aumentado ya un 45% en lo que va de año y, no obstante, el precio de venta al público ha subido "tan solo un 25%", según Fenil.

A pesar de eso, el director general de la Federación, Luis Calabozo, asegura que la industria "mantiene" su compromiso con los empleados porque, desde 2021, los sueldos "suben al mismo nivel que el IPC" y con los ganadero porque "mantenemos el compromiso retributivo". El 99% de la industria láctea española son pequeñas y medianas empresas (pymes) que están soportando estos elevados costes de producción, especialmente en el sector de los quesos, que les cuesta trasladarlos al consumo, recoge Europa Press.

Por su parte, el secretario de Alimentació del Departament d'Acció Climàtica, Carmel Mòdol, coincide en decir que el producto se ha banalizado, pero afirma que el precio de la leche "ha subido desde principio de año". En concreto, detalla, el productor ha pasado de cobrar unos 30 céntimos el litro de leche, a unos poco más de 50 céntimos. "Estaban perdiendo dinero; ahora han incorporado el incremento de los costes energéticos", asegura Mòdol, que añade que "a medida que evoluciona el coste, también lo hace el precio de la leche" y que eso "hacía mucho tiempo que no pasaba".

Macrogranjas

La eliminación de la ayuda europea conocida como "sistema de cuotas lácticas" en 2015, provocó que el sector lechero dejara de tener un mercado regulado y ha ido propiciando, poco a poco, la aparición de macroexplotaciones. "Las ayudas actuales no compensan las reglas del mercado", explica Mòdol, que detalla que de esta manera, "el ganadero que tiene pocos animales y, por lo tanto, un coste de producción más alto, cierra".

En cambio, las explotaciones grandes sobreviven. Las estadísticas muestran que "no se han perdido litros de leche porque han desaparecido explotaciones, pero el resto han incorporado más vacas". Una situación que el secretario de Alimentació asegura que provoca "intranquilidad" porque, entre otras cosas, "despuebla el territorio". "Leche tendremos, pero no tendremos el territorio ocupado y gestionado como dios manda". Por eso, asegura, se trabaja con "políticas para favorecer la leche" como propiciar las agrupaciones ganaderas.

Impuesto sobre el plástico

La inflación coge el sector con deberes sobre la mesa y dumping fiscal entre socios comunitarios. En el marco de la celebración del Congreso Europeo de Industrias Lácteas EDA 2022, celebrado a finales de noviembre, el presidente de Fenil, Ignacio Elola, recordaba la reciente suspensión del impuesto al plástico por parte del Gobierno italiano y ha asegurado que, en el caso español, este gravamen se introduce en un "momento inoportuno", en el cual la crisis energética y el alza del resto de las materias primas están generando la mayor inflación en décadas.

El presidente de Fenil aseguraba que el impuesto en el plástico sitúa en España en una "situación de desventaja" enfrente de sus socios europeos, limitando la capacidad de todo el sector para seguir invirtiendo en innovación.