Juan Manuel Manrique se ha convertido en el nuevo presidente del Consell Assessor d'Infraestructures de Catalunya. El relevo, formalizado en una sesión plenaria del organismo, pone fin a la etapa de Joaquim Llansó, quien había dirigido el organismo desde abril de 2023. La transición, descrita desde el Consejo como “tranquila y consensuada”, refleja la voluntad de mantener la estabilidad y la autoridad técnica de una institución que se erige en pieza fundamental en el debate sobre el futuro de las infraestructuras catalanas.
La dimisión de Llansó viene acompañada de una carta personal donde el dirigente expone sus razones. “En el mes de julio cumplí 73 años”, explica el expresidente, “y creo que es el momento de abrir una nueva etapa personal y, a la vez, de dar paso a nuevas voces y liderazgos”. Esta decisión, que él mismo califica de “meditada”, subraya el carácter rotatorio de la presidencia.
El nuevo presidente, Juan Manuel Manrique, no es un rostro nuevo dentro del Cadic. Ocupaba el cargo de vicepresidente y, por lo tanto, conoce de primera mano los retos y las líneas de trabajo del organismo. Su ficha técnica es el reflejo de una carrera dedicada en cuerpo y alma al mundo de las infraestructuras. Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos por la Universidad Politécnica de Madrid, Manrique ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria profesional en el ámbito de la ejecución y la gestión, con cargos de responsabilidad en compañías relevantes como la concesionaria Cedinsa.
Esta experiencia en el sector privado se complementa con una fuerte proyección académica e internacional. En la actualidad, Manrique ejerce como secretario general de Ruitem, la Red Universitaria Iberoamericana de Territorio y Movilidad. Este vínculo posiciona el Cadic en un eje de conocimiento transatlántico, abriendo la puerta al intercambio de buenas prácticas y a la incorporación de visiones innovadoras en materia de movilidad y ordenación del territorio.
En sus primeras declaraciones tras el nombramiento, Manrique ha querido expresar su “agradecimiento por la confianza recibida” y ha asegurado su “compromiso firme de seguir reforzando el papel del Cadic como plataforma de debate y propuesta al servicio del progreso y la competitividad del país”. Palabras que parecen señalar una línea de continuidad, pero con la ambición de potenciar la voz del organismo en un contexto económico y social complejo.
La nueva etapa del Cadic se abre en un escenario lleno de desafíos. La crisis climática exige repensar el modelo de movilidad hacia un sistema más sostenible y multimodal. La digitalización abre un campo inmenso de oportunidades en las infraestructuras inteligentes. Y, sobre todo, persiste el debate crónico sobre la financiación de las grandes obras y la necesidad de dedicar recursos al mantenimiento y la renovación del patrimonio infraestructural existente. La designación de Manrique, con su perfil técnico, práctico y con conexiones internacionales, parece una respuesta adecuada a estos retos.
Su experiencia en la ejecución de proyectos le puede proporcionar una visión más pragmática, mientras que su cargo en Ruitem le conecta con las tendencias globales más avanzadas. La llegada de Juan Manuel Manrique a la presidencia del Cadic representa, en definitiva, más una evolución que una revolución. Se trata del relevo de un ingeniero por otro, de un conocedor de la casa por alguien que ya era parte de ella. Un cambio que busca preservar la autoridad del organismo y dotarlo de las herramientas necesarias para afrontar, con solidez técnica y diálogo social, el complejo y apasionante futuro de las infraestructuras de Catalunya.