Los analistas de coyuntura consultados por ON ECONOMIA daban por descontado que el IPC de febrero iba a registrar una subida en términos mensual e interanual, pero reconocen que les ha sorprendido al ser superior al que habían pronosticado. El INE publicó este martes que el IPC adelantado (hasta dentro de dos semanas no se conocerá el definitivo) creció un 1% en términos mensuales (respecto a enero de 2023) y un 6,1% en términos anuales (respecto a febrero de 2022) y que la inflación subyacente (sin energía ni alimentos frescos) se coloca en un 7,7%, el dato más alto desde 1986.

Aunque con matizaciones, los expertos consideran que la medida de reducir el IVA de una quincena de alimentos tendrá un efecto moderado en la inflación, de apenas unas décimas, y, además, con un efecto temporal escaso, con un mayor impacto en enero, cuando entró en funcionamiento, y algo en febrero. Y no descartan que, luego, la reducción del impuesto se vaya absorbiendo por el conjunto de la cadena de valor del sector alimentario. Sobre cuánto durarán las subidas de la inflación, descuentan que este 2023 seguirá con fuertes alzas, especialmente en los cuatro primeros meses y a partir de primavera los incrementos del IPC irán moderándose. Aun así, los precios se incrementarán de media en el año por encima del 4%. Raymond Torres, director de Coyuntura Económica de Funcas, descarta que antes de 2025 las subidas se reduzcan al 2% interanual como pretende el Banco Central Europeo (BCE).

El Gobierno quita importancia al IPC de febrero

La lectura del Gobierno ha sido más optimista. La portavoz del Gobierno y ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez, calificó de "un ligero incremento de apenas dos décimas y, por tanto, una inflación controlada que sigue siendo positiva si la comparamos con los datos de nuestro entorno" y ha defendido que el Ejecutivo está "acertando" con su respuesta al incremento de precios y ha remarcado que sus acciones están siendo "eficaces" para abordar este problema.

Funcas, uno de los pocos servicios de análisis que ofrece previsiones mensuales del IPC, pronosticó que en términos mensuales la inflación subiría en febrero un 0,6%, cuando el INE la ha colocado en el 1%. En términos interanuales, Funcas esperaba un 5,7% —un 6,1% ha dado el INE— y para la subyacente había predicho un 7,4% y, según el dato avanzado, se ha elevado al 7,7%. Su director de Coyuntura declara que se esperaba una subida en febrero, pero no de “esta magnitud” y no descarta, con los datos de enero y febrero, elevar su previsión actualmente en el 4,2% para el conjunto del año. Pero no se quiere aventurar hasta conocer el detalle de las subidas por productos para determinar si pueden ser alzas puntuales o más permanentes.

En cualquier caso, Torres señala que se irá produciendo una desaceleración del crecimiento de los precios por la reducción de los costes energéticos que debe acabar trasladándose al IPC, algo que ya se han notado en la bajada de los precios de producción industrial, señala. Aunque recuerda que hablamos de una inflación alta y persistente a lo largo de este año. Pero defiende que la rebaja de la electricidad todavía no ha acabado de notarse en los alimentos, pues en su opinión la subida de febrero se debe principalmente a los alimentos no elaborados. Sobre la rebaja del IVA, considera que puede servir de forma puntual, pero no es la medida que sirva en este contexto de incrementos de precios que van retroalimentando unos a otros.

Una mayor sorpresa en la subyacente

José Carlos Díez, profesor en la Universidad de Alcalá, declara que anticipaba una subida de la inflación subyacente del 7,4%, tres décimas por debajo del dato adelantado del INE. De hecho, el economista resalta que los modelos estaban anticipando el primer descenso de la subyacente de alguna décima, algo que solo ha sucedido en septiembre pasado desde que se inició la escalada en septiembre de 2021. Sin embargo, de confirmarse el dato adelantado, en vez de reducirse, febrero cerrará la inflación subyacente con un incremento de dos décimas respecto a enero. En opinión de Díez, las mayores sorpresas al alza de inflación en los últimos meses son de los alimentos, aunque defiende la medida aprobada por el Gobierno y apunta que sin la reducción del IVA “la inflación sería mayor”. En cualquier caso, reseña que es complicado hacer previsiones con esta volatilidad mensual: “lo mejor es seguir la inflación de servicios que sigue próxima al 4% y la que refleja mejor la subida de salarios y la que sigue con más atención el BCE”.

Raúl Mínguez, director del servicio de Estudios de la Cámara de Comercio de España, apunta que no hacen previsiones mensuales, aunque reconoce que el dato adelantado de febrero es “superior al pronosticado y que esperaban un comportamiento similar a enero”, aunque matiza que, a pesar de que “no es un dato bueno, tampoco es muy sorprendente”. En su opinión, y a la vista de la evolución de los dos primeros meses del año, lo previsible es que en el primer trimestre o cuatrimestre prevalezcan inflaciones elevadas, tanto en términos mensuales como interanuales y luego se produzca una relativa moderación, pues las tasas serán altas durante todo el año. No obstante, la Cámara de Comercio no prevé modificar su previsión, del 4,7% para la media del año, aunque es el dato más alto de la veintena de servicios de análisis que maneja el panel de Funcas.

En cualquier caso, Mínguez señala que los datos de febrero y marzo serán un poco atípicos, pues se comparan con los meses del arranque de la guerra de Ucrania lo que producirá un “efecto estadístico”, pues en esos meses hubo fuertes subidas de los precios. Lo que hará que en marzo se registre un descenso que se prevé fuerte, al compararse con las subidas de marzo del año pasado. De hecho, Funcas prevé que el próximo mes el índice general se reduzca en términos interanuales al 3,3%, aunque remontará al 4,5% en abril. En marzo del pasado año, el IPC subió 2,2 puntos porcentuales, del 7,6% al 9,8%, la mayor subida del año.

Efecto de la reducción del IVA en alimentación

Respecto a la medida de reducir el IVA de una quincena de alimentos, el responsable de análisis de la Cámara de Comercio considera que tiene un impacto en el corto plazo, pero que la cadena de valor podrá ir tapando el “hueco” que genero en los precios en estos primeros meses. “La bajada del IVA tendrá un efecto puntual, pero no incide en las tendencias del fondo del crecimiento de los alimentos”. Y considera que el efecto ser ira difuminando en los distintos eslabones de la cadena de valor del sector de la alimentación.

Homero Cárdenas, analista de AFI, coincide en que el dato ha sorprendido sus previsiones, que eran de moderación, de 7 y 2 décimas para la inflación general y subyacente interanual, respectivamente. Respecto al impacto de la rebaja del IVA en alimentos -según sus cálculos impacta sobre un 10% de la cesta de la compra-. “estimamos que tendrá un impacto moderado de dos décimas sobre la inflación general y de una décima sobre la subyacente”. Y mantienen sus previsiones para el conjunto del año, con una media anual del 4,3% para la general y 6,1% para la subyacente. “Esperamos que el efecto base positivo, por el incremento extraordinario que se produjo con motivo del conflicto bélico, sea más evidente a partir de marzo de este año”, remarca.

BBVA Research ha valorado negativamente el dato adelantado del IPC que le ha sorprendido al alza y achacan la subida de febrero a productos no estacionales que históricamente muestran una mayor resistencia a la baja. En su opinión, la presión en los costes intermedios que han soportado los productores agrícolas ha sido muy significativa lo que, dados “los márgenes relativamente reducidos en el sector, explica una mayor traslación a los precios”. El servicio de estudios del banco estima que la reducción del IVA de los alimentos “ha restado como mucho 0,2 puntos porcentuales a la inflación general, insuficiente a la luz de los últimos datos”. Y defienden que el tono contractivo de la política monetaria del BCE es “suficientemente contundente para estabilizar los precios en los próximos meses”.