El anuncio de la ampliación del Aeropuerto de Barcelona-El Prat ha despertado la euforia del mundo económico y empresarial catalán, que llevaba cuatro años reclamándola enérgicamente. En varios comunicados, Foment, Pimec, Fira de Barcelona, la Cambra de Comerç, el Cercle d’Economia y otras instituciones celebraban los beneficios que tendrá para la economía de Catalunya. Solo Foment ponía una cifra: 1,8 puntos del PIB catalán, o lo que es lo mismo, unos 5.000 millones de euros anuales. Además, podría suponer 45.000 puestos de trabajo directos, según estudios anteriores.

El acuerdo entre Aena y el Govern supone una inversión de 3.200 millones de euros para mejorar las terminales 1 y 2, una nueva terminal satélite, un tren subterráneo que conecte las terminales y, el punto más polémico que había frenado el proyecto en los últimos años: la ampliación de la pista, imprescindible para que puedan aterrizar y despegar los aviones más grandes, los que operan las aerolíneas de vuelos intercontinentales, es decir, los más demandados porque conectan Catalunya con China, los Emiratos y otros países con los que el negocio está en auge.

Además de unir Barcelona con puntos estratégicos para el turismo de negocios, la ampliación también tiene el objetivo de llevar más pasajeros a la capital catalana. El aeropuerto Josep Tarradellas alcanzó en 2024 su límite técnico, los 55 millones de pasajeros. Con el plan del Govern y Aena, la previsión es que el Prat pueda superar los 70 millones de pasajeros anuales, pasando de 80 a 90 operaciones por hora.

Foment del Treball aseguró que “este proyecto estratégico aportará casi dos puntos más al PIB catalán (1,8%), del 6,8% actual al 8,6%”. Esto supone un impacto estimado de unos 5.000 millones de euros. Pero nadie más se atrevió este martes a hacer más cálculos sobre lo que supondría, ni patronales ni el Govern ni Aena. No obstante, un informe realizado por la Cambra de Comerç y la Universitat de Barcelona hace cinco años sí cuantificaba el impacto.

Todas las cifras del impacto económico de la ampliación

Aquellas cifras iban en la misma línea que Foment y señalaban que la contribución del aeropuerto al PIB de Catalunya pasaría del 6,8% al 8,9%. La patronal lo ha rebajado porque el proyecto no es exactamente el mismo. Esto supondría, con los datos más recientes disponibles ahora, pasar de unos 19.500 millones al año de aportación a la economía catalana a 24.250 según los cálculos de Foment, o 25.000 según los del informe. El empleo directo se duplicaría, pasando de más de 38.000 puestos de trabajo directos, a más de 83.000.

El estudio también hacía una estimación del impacto indirecto, inducido y catalizador. Es decir, aquel que no es directamente generado por el aeropuerto, pero sí por el negocio que se genera gracias a él. Simplificando, desde una empresa de servicios que se beneficie del incremento de pasajeros hasta el hecho de que una empresa extranjera decida instalarse en Barcelona porque, gracias a la ampliación del Prat, hay vuelos directos a su ciudad de origen.

En este caso, calculaba que la facturación se incrementaría un 70%, pasando de unos 33.700 millones a 56.700 millones al año en Catalunya, mientras que la contribución al PIB pasaría de 16.400 a 28.000 millones de euros, 11.600 millones más. Los ocupados directos, indirectos, inducidos y catalizados pasarían de 218.000 a 365.000 en Catalunya, y de 267.600 a 452.000 en España. La recaudación fiscal total generada por el aeropuerto se incrementaría de 6.300 a 10.700 millones en Catalunya y de 7.500 a 12.900 millones en todo el Estado. En el ámbito español, la contribución al PIB pasaría de 19.560 a 33.650 millones.

El negocio indirecto e inducido por el aeropuerto del Prat pasaría de 33.700 a 56.700 millones gracias a la ampliación

La Cambra de Comerç de Barcelona y la Universitat de Barcelona realizaron este informe para el anterior plan de Aena, que no se llevó a cabo por falta de acuerdo político. Aun así, se continúa utilizando como una biblia en la materia, ya que los objetivos de ambos planes eran similares y el informe es muy exhaustivo: durante más de 200 páginas, desgrana el impacto de las diversas actuaciones.

Ambos planes, el de hace cinco años y el actual, son muy similares en cuanto a lo que supondría para el tráfico de pasajeros en el Prat. Aquel tenía el objetivo de llegar a una capacidad de 72 millones de pasajeros al año, mientras que este habla de más de 70. Son incrementos de aproximadamente el 30% respecto a los 55 millones de 2024.

El proyecto también es muy similar en cuanto a los elementos básicos: ampliación de la pista para permitir la operativa de los grandes aviones de largo radio y terminal satélite. También hay una parte urbanística, ya que contempla 49 hectáreas de ciudad aeroportuaria con hoteles, restaurantes y oficinas, 75 más para empresas de e-commerce y 58 de parque logístico, aunque es más reducida que la que incluía el plan director de Aena.