La Cambra de Comerç de Barcelona estima|ama que la economía catalana crecerá un 1,8% en el 2024, cinco puntos porcentuales por debajo de las previsiones que la entidad hizo el julio pasado, mientras que ha revisado ligeramente al alza el aumento del PIB para este 2023, que pasará del 2,2% anunciado ahora hace tres meses a un 2,3%. Así lo concluye el nuevo informe de esta corporación de derecho público sobre la coyuntura económica y sus previsiones a futuro, del cual ha dado explicaciones el jefe del gabinete de Estudios Económicos e Infraestructuras, Joan Ramon Rovira, y que ha sido el primero hecho público desde que Josep Santacreu asumiera la presidencia de la institución.

Rovira ha atribuido esta "ralentización" de la economía -que no "recesión", ha insistido- al hecho de que los tipos de interés seguirán elevados durante "más tiempo del previsto", cosa que se suma a las peores perspectivas de los países de la zona euro, cuyo cumplimiento afecta de lleno a la economía catalana. A remolque de la subida del precio del dinero se mueven las economías domésticas y empresariales y, por lo tanto, cae el gasto en consumo por parte de las primeras, y se reducen o paralizan las inversiones, en el caso de las segundas. En consecuencia, la consolidación de tipos de interés altos por más tiempo de lo que se podía pensar afecta de lleno en el tejido empresarial y a las familias.

Vale a decir, sin embargo, que el responsable de estudios de la Cámara ha subrayado que en este momento la ralentización mayor del crecimiento económico coge a las empresas mejor preparadas para afrontarlo con garantías de continuidad, todo y que con algunas excepciones por dimensión de las mismas -sufrirán más las micro y pequeñas compañías- o según el sector de actividad en que estén instaladas. Eso se debe al hecho de que "las empresas han hecho los deberes en los últimos años y han reducido considerablemente su nivel de endeudamiento, "por lo cual se les hace más factible hacer frente al incremento de los intereses por los créditos que tengan contraídos. Lo
consecuencia, no se observa un repunte de la morosidad empresarial, y tanto los procedimientos concursales como la disolución de empresas se mantienen en niveles similares en los de la media histórica, según el informe de coyuntura de la Cambra de Comerç.

La tendencia a la baja se muestra también con los datos referidos en el grado de confianza que declaran las empresas, y que de cara al cuarto trimestre de este año se ha endurecido. Los empresarios de la industria y la construcción, pasando por el comercio, la hostelería y el transporte, pronostican una evolución negativa de sus negocios. Rovira ha señalado que en el caso de la construcción, será la obra civil pública la que salvará el sector en su conjunto, que se verá muy castigado por el descenso en las inversiones en vivienda residencial. La inversión pública seguirá siendo un factor de impulso a la actividad los próximos trimestres, con el apoyo de los fondos Next Generation EU.

En este contexto, hay que hablar de otra de las palancas de mejora económica, las exportaciones. La contribución del sector exterior se debilitará en el 2024, en parte por una evolución más moderada del turismo extranjero, el menor dinamismo económico en la zona euro y el aumento de los costes laborales en Catalunya, y pasarán del 5,1% de este año, al 4,3% del 2024. El turismo, si bien ha recuperado los niveles previos a la pandemia con respecto al número de visitantes estatales, no ha pasado lo mismo con el volumen de turistas extranjeros, que está un 3,2% por debajo, aunque se ha detectado que es un turismo de más calidad, ya que el gasto medio que hace a Catalunya es superior a la del 2019. En términos generales, las exportaciones de bienes catalanas ganan cuota de mercado desde el 2018 en precios constantes, aunque en volumen están estancadas, y posicionan mejor que las alemanas o francesas.

Más inflación en el 2024

La Cámara también ha revisado a la baja la previsión de inflación anual de Catalunya para el 2023, del 3,6% al 3,3%, por una moderación de los precios más intensa del previsto durante el verano. No obstante, se revisa al alza la previsión para el 2024, hasta el 3,9% (ocho décimas más que en julio). Los motivos que justifican este cambio de escenario son la evolución al alza del precio de petróleo, con un aumento de la incertidumbre durante los próximos meses, a causa de las tensiones geopolíticas en el Oriente Medio; la elevada persistencia de la inflación (descontando los productos energéticos), con una tendencia a la baja, pero todavía en niveles muy elevados; el avance sostenido de los costes laborales (por hora trabajada efectiva), que podrían dificultar el proceso desinflacionista los próximos trimestres.

En el capítulo laboral, el empleo se ha mantenido la dinámica al alza de los últimos trimestres, y de julio a septiembre con una creación neta de empleo superior a la del mismo periodo del 2019. Pero el avance de la afiliación se está moderando por el impacto de la política monetaria sobre la actividad, un proceso que continuará previsiblemente mientras el precio del dinero se mantenga en tasas elevadas.