No es por motivos dietéticos sino económicos: los argentinos están reduciendo el consumo de carne de vacuno mientras se disparan las exportaciones. El gobierno de Javier Milei anuló en enero pasado un decreto dictado por su antecesor, Alberto Fernández, que en 2021 impuso límites a la exportación de los llamados “cortes populares”: asado, falda, matambre, tapa de asado, nalga, paleta y vacío. Precisamente desde enero, ha caído el consumo interno de vacuno y, al mismo tiempo, se ha incrementado su exportación.

Miguel Schiariti, director de la Cámara de Industria y Comercio de Carnes de Argentina, que agrupa a las grandes compañías frigoríficas, apuntó al periódico bonaerense Perfil que el consumo de carne ha pasado de los 50 kilos de media mensual el año pasado a los 44,6 en febrero, y a los 42 en marzo, que son mínimos desde la crisis económica de 2001, que coincidió con el corralito.

Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (Rosgan), referente en el sector, precisó que el consumo de carne de vacuno en los dos primeros meses de este año se situó en 44 kilos per cápita, que suponen 4,5 kilos menos que en el último bimestre del año pasado.

El motivo de la caída del consumo no está en la voraz inflación porque, en febrero, la carne de vacuno aumentó un 4,2%, muy por debajo del 13,2% del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de Argentina. Tanto Rosgan como Schiariti indicaron que uno de los motivos es el impacto de la sequía en la cabaña ganadera, que ha reducido el número de cabezas, si bien otros medios y agentes del sector apuntan directamente a las exportaciones.

Pedro Peretti, exdirector de la Federación Agraria Argentina, que representa a los pequeños ganaderos, afirmó en medios argentinos que se está cumpliendo “una vieja aspiración de la oligarquía terrateniente”. Tal como recogió el diario Página 12, Peretti citó un libro escrito por Alfredo Martínez de Hoz, que fue ministro de Economía (1976-1981) de la dictadura de Jorge Rafael Videla, que planteó bajar el consumo interno para aumentar los saldos exportables.

La exportación sube un 25,68%

Según datos de la Secretaría de Bioeconomía del gobierno de Milei, las exportaciones de carne de vacuno aumentaron en febrero un 25,68% respecto al mismo mes de 2023, hasta las 82.548 toneladas. En los dos primeros meses de este año, el incremento se sitúa en un 21,6%.

Incluso el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) está siguiendo la evolución del mercado cárnico argentino, uno de los grandes productores mundiales. A partir de los datos de USDA y de la Fundación Mediterránea (un think tank argentino de la ciudad de Córdoba), los servicios de Bloomberg en el país informaron esta semana que el bajón en el consumo de carne de vacuno de los argentinos será de 6,7 kilos por habitante. Esta caída no se cubrirá con otras carnes porque auguran que la aviar y la porcina solo crecerán alrededor de 1,0 kilos y 0,7 kilos, respectivamente.

La inflación, sequía, tirón de las exportaciones… afectan el asado de los argentinos. No obstante, los medios locales no reportan problemas de desabastecimiento de las carnicerías, aunque sí una reducción del consumo de vacuno.