Casi siempre a instancias de los bancos, los españoles han comenzado este año a sacar parte de su ahorro en cuentas corrientes hacia fondos de inversión. De esta forma, las entidades financieras siguen haciendo negocio: si no transforman el dinero de los depósitos bancarios en créditos, -con un abultado margen de intereses- al menos logran percibir comisiones por la gestión de esos fondos. Las cifras del primer trimestre apuntan a una salida de depósitos y cuentas corrientes de 21.500 millones de euros, que han nutrido el patrimonio de los fondos de dinero (FIAMM), los Fondos de Rentabilidad Objetivo, los Fondos Garantizados y los Renta Fija a corto plazo. 

Instrumentos del ahorro colectivo que, después de las subidas de tipos de interés de los bancos centrales, ofrecerán ganancias a los ahorradores aunque por debajo del alza de la vida (inflación), pero escapan del cero por ciento con el que el grueso de entidades retribuyen a sus clientes particulares. 

Prácticamente, en todos estos fondos su rentabilidad vendrá marcada por la marcha de los tipos de interés, porcentaje al que descontar la comisión de gestión que perciba la gestora. Los datos de rentabilidad del primer trimestre pueden ser indicativos de cómo terminarán el año, pero aún hay muchos meses por delante. Así, la media de los llamados fondos de dinero acumulan en el trimestre una ganancia del 0,45%, la más baja de este grupo conservador: los fondos Rentabilidad Objetivo ganan el 0,98% de medida, los Garantizados el 0,71% y los de Renta Fija a corto plazo el 0,53%.

Las mayores dudas que tiene el ahorrador es la del comportamiento de los Fondos de dinero y de los de Renta Fija a corto plazo. En el caso de los de Rentabilidad Objetivo, la entidad financiera ya ha estimado una rentabilidad si el producto se mantiene durante el periodo de tiempo comprometido, mientras que en los Garantizados de rendimiento fijo existe una garantía de por medio de rentabilidad final.

Pero una simple regla de tres sobre los fondos de dinero apuntaría a una ganancia anual del 1,8% que alcanzaría el 2,12% para la Renta Fija a corto plazo. Sin embargo, los expertos apuntan a una rentabilidad mucho mayor de la que resultaría de la simple operación aritmética de multiplicar un trimestre por los cuatro del año. Estos fondos arrastran activos –principalmente letras del Tesoro o pagarés de empresa- emitidos durante 2022 o principios de 2023 que aún no han recogido en su plenitud la subida de los tipos de interés y, por ello, ofrecen actualmente ganancias más modestas de las esperadas.

A fecha de este jueves, los tipos a un año en el mercado secundarios se sitúan en el 3,19%, los 9 meses en el 3,11% y los de 6 meses en el 3,07%. Hace solo seis meses, los tipos a 1 años se situaban en el 2,41%, por lo que tanto los fondos de dinero como los de renta fija aún guardan activos a esas rentabilidades casi un punto inferiores a las actuales. De ahí, que se espera un aumento paulatino de la rentabilidad, a medida que avance el año y se actualicen las carteras a los tipos actuales. Por ello, el socio y gestor de fondos de ATL Capital, Mario Lafuente, confía en que al terminar el ejercicio, la rentabilidad de estos fondos se acerque más al 3%.

Incertidumbre con los tipos

Eso sí, cabe la incertidumbre sobre cómo evolucionarán los tipos de interés a lo largo del año. La próxima semana tanto el Banco Central Europeo (BCE) como la Reserva Federal estadounidense (FED) tendrán otra cita para decidir sobre el precio del dinero, situados ahora en el 3,5% y el 5%, respectivamente. El difícil control de la inflación, sobre todo de la subyacente (no recoge alimentos frescos ni energía) lleva a los analistas a esperar moderadas subidas en el caso de la FED (0,25 puntos) que podrían llegar hasta 0,5 puntos en el caso de Europa.

Una expectativa que tropieza con la visión de otro grupo de expertos que temen que tipos más altos erosionen en exceso el conjunto de la actividad económica y también a sectores sensibles como los bancos por su cartera de bonos comprados a tipos cero o negativos hace apenas año y medio. De todas formas el consenso sí apunta a que las esperadas bajadas de tipos no se producirán durante este 2023 y habrá que esperar a 2024 para ver movimientos a la baja si los precios entran en la senda de los objetivos de los bancos centrales.

Productos de transición

De todas formas, estos fondos conservadores deben tomarse como un primer impulso en busca de un poco de rentabilidad que la banca no quiere ofrecer con sus productos típicos de depósito. Los datos históricos de la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva (Inverco) apuntan a que ahorrar a largo plazo en estos instrumentos no es un buen negocio. La rentabilidad media anualizada de los últimos 15 años ha sido de solo el 0,52% y tomando como referencia 10 años, un inversor en fondos de dinero hubiera obtenido de media anual el 0%... Vamos como en los depósitos bancarios actuales.