En una decisión que intensifica la guerra comercial en el estratégico sector tecnológico, China impuso a partir de este jueves nuevos aranceles a un tipo específico de fibra óptica de alta gama importada desde Estados Unidos. La medida, adoptada por el Ministerio de Comercio chino, se produce tras una investigación de seis meses que concluyó que fabricantes y exportadores estadounidenses eludieron de manera deliberada las medidas antidumping que Pekín mantiene vigentes desde 2011.
Según un comunicado oficial, la investigación determinó que un producto monomodo con un punto de corte desplazado (técnicamente clasificado como G.654.C), de origen estadounidense, ingresó al mercado chino a través de "cambios en los patrones de comercio" que carecen de "suficiente racionalidad comercial" y que tuvieron el efecto de "debilitar" la efectividad de los aranceles previos. El Ministerio consideró que estas maniobras constituyen una clara elusión de las tasas impuestas a la fibra óptica monomodo no desplazada por dispersión, un producto similar.
Los nuevos gravámenes por empresa son los siguientes:
- Corning Incorporated: 37,9%
- OFS Fitel: 33,3%
- Draka Communications Americas: 78,2%
- Resto de las compañías estadounidenses: 78,2%
El Comité de Aranceles del Consejo de Estado (el Ejecutivo chino) decretó que, desde este jueves y hasta al menos el año 2028, los aranceles antidumping existentes se extiendan también a este producto de tecnología avanzada, crucial para redes de telecomunicaciones de alta velocidad. La investigación, iniciada en marzo a petición de una empresa nacional no identificada, marca un hito: se trata del primer caso de investigación por elusión de aranceles formalmente tramitado y resuelto en la historia del gigante asiático.
Este movimiento señala una evolución en la estrategia legal y comercial de China, demostrando una mayor sofisticación a la hora de defender sus medidas proteccionistas y cerrar posibles vacíos. El anuncio rompe una etapa de relativa calma en la compleja relación comercial entre las dos mayores economías del mundo, que el pasado agosto acordaron una tregua de 90 días en la imposición de nuevos gravámenes. Sin embargo, subraya que las tensiones de fondo, lejos de haberse disipado, se han trasladado a un campo de batalla más técnico y crítico: el de la tecnología y los materiales avanzados.
Este episodio específico sobre la fibra óptica no es un hecho aislado. Se enmarca en un conflicto comercial y tecnológico mucho más amplio, donde persisten fricciones centrales. Por un lado, Estados Unidos mantiene estrictas restricciones a la exportación de tecnología de punta hacia China, particularmente en el sector de los semiconductores. Por el contrario, Pekín ejerce un control minucioso sobre la exportación de tierras raras, materiales esenciales para la industria tecnológica, aeroespacial y de defensa estadounidense.
La decisión de hoy envía un mensaje claro: China no dudará en utilizar todas las herramientas a su disposición, incluyendo investigaciones complejas y medidas arancelarias específicas, para responder a lo que percibe como prácticas comerciales injustas y proteger a su industria nacional en sectores considerados de seguridad estratégica. La pausa en la escalada de tarifas masivas parece haber dado paso a una guerra de desgaste, más técnica y focalizada, donde la fibra óptica es solo el último frente en abrirse.