El parque automovilístico catalán empieza a dar paso a los vehículos eléctricos e híbridos, pero la transición todavía es lenta. Según los datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), el 7% de los 5,5 millones de vehículos que circulan por Catalunya ya son "alternativos" –eléctricos puros, híbridos enchufables o no enchufables–, el doble que en el 2021. A pesar de este crecimiento, la penetración de estos modelos todavía no llega al 10% del total, en parte por el envejecimiento del parque móvil y las dificultades prácticas para su adopción masiva.
En el 2024, Catalunya tenía 281.000 vehículos con etiqueta Eco (híbridos) y casi 100.000 con distintivo Cero Emisiones (eléctricos e híbridos de larga autonomía). La tendencia es ascendente: el 47,5% de las 153.895 matriculaciones del año pasado correspondieron a modelos con estas etiquetas. De estas, un tercio eran híbridos (enchufables o no) y un 11%, eléctricos puros.
El último mes de junio, la venta de vehículos eléctricos va más que duplicarse con respecto al mismo periodo del 2024, pasando de 1.767 a 3.654 unidades. En conjunto, los modelos alternativos representaron el 74% de las matriculaciones del mes, una cifra que refleja la aceleración en la adopción de esta tecnología. Sin embargo, el paso definitivo hacia la movilidad sostenible choca con varios obstáculos.
Jaume Roura, presidente del Gremio del Motor, señala que la transición se ha impulsado "precipitadamente" y que Europa "no lo ha planificado bien". Entre los problemas, destaca la falta de accesibilidad económica y las limitaciones en la red de recarga: "Un vehículo de combustión llena el depósito en minutos; con el eléctrico, eso todavía no es posible", observación.
Otro factor clave es la antigüedad del parque automovilístico. En Catalunya, la edad media de los coches es de 12,2 años, con diferencias entre comarcas: Barcelona registra la media más baja (10,8 años), mientras que Lleida llega a los 12,08. A escala estatal, España es el segundo país con el parque más envejecido: 14,5 años en turismos y 15,5 en vehículos industriales.
Una transición gradual hacia el futuro
Roura defiende que los vehículos actuales, aunque antiguos, pueden permanecer en buen estado con un mantenimiento adecuado. No obstante, reconoce que la incertidumbre sobre el vehículo eléctrico hace que muchos conductores adopten una actitud expectante. A pesar de todo, el sector confirma que la implantación de esta tecnología es progresiva, aunque habrá que superar retos como el abaratamiento de los modelos y una red de recarga más ágil.
En definitiva, Catalunya avanza hacia una movilidad más limpia, pero el camino todavía es largo. Mientras las matriculaciones de vehículos alternativos crecen, el parque sigue dominado por los motores de combustión, una realidad que no cambiará hasta que se resuelvan las actuales limitaciones.
Según el Barómetro de la electromovilidad del segundo trimestre de 2025 de ANFAC, Catalunya tiene el tercer mejor indicador de penetración del vehículo electrificado, por detrás de Madrid y Navarra. En concreto, obtiene un 27,5 sobre 100, mientras que la media española se sitúa en 25,4 este semestre. En Madrid es de un 42,5, más parecido al 46,6 que tiene la UE.
Y con relación a los puntos de carga del vehículo eléctrico (el número de surtidores, no de estaciones de recarga), ANFAC contabiliza 11.026 a junio de 2025, y es la comunidad con más disponibilidad, de largo. De hecho, hay más de una cuarta parte de los 47.892 instalados a todo el Estado. Ahora bien, de estos, 8.072 son de baja potencia (22Kw), es decir, tiempos de recarga mínimos de 3 horas, "un punto crítico para el despliegue del vehículo eléctrico como vehículo de todo uso", según esta misma fuente. Del total de puntos, 7.459 están en el entorno urbano, el 59%.