El Banco Central Europeo ha subido los tipos de interés en 25 puntos básicos. Con este nuevo incremento son ya siete consecutivos los que aplica el organismo monetario, situando el precio del dinero en el rango objetivo del 3,75%. No obstante, es el más suave que aplica desde que iniciara este ciclo económico y comenzara a subir las tasas hace nueve meses. 

La entidad que preside Christine Lagarde busca rebajar la todavía elevada inflación al 2%, objetivo lejano al que marca el nivel actual. Los últimos datos del IPC (Índice de Precios de Consumo) en la eurozona reflejan un repunte de la inflación hasta el 7% en la tasa general de abril, una décima más que en marzo. No obstante, la tasa subyacente sí ha dado una pequeña tregua, lo que da argumentos a esta moderación en la nueva subida de tipos anunciada.

De este modo, el Consejo de Gobierno del BCE aplica esta nueva subida de 25 puntos básicos, situando la tasa de referencia para sus operaciones de refinanciación en el 3,75%, la tasa de depósito en el 3,25% y la de facilidad de préstamo el 4%. La medida supone situar al precio del dinero en su nivel más elevado desde 2008, ante unas perspectivas de inflación que "siguen siendo demasiado altas durante demasiado tiempo", según ha explicado el banco central en un comunicado.

En este sentido, el BCE explica que la decisión se ha tomado, a la luz de las elevadas presiones inflacionarias que todavía persisten. Si bien la inflación general ha disminuido en los últimos meses, "las presiones subyacentes sobre los precios siguen siendo fuertes", destaca la entidad y recuerda que las anteriores subidas de tipos "se están transmitiendo con fuerza a las condiciones monetarias y de financiación de la eurozona, mientras que los retrasos y la intensidad de la transmisión a la economía real siguen siendo inciertos".

La inflación marcará las próximas decisiones

En cuanto a las próximas decisiones sobre política monetaria, el BCE asegura que el Consejo de Gobierno asegurará que las tasas "se lleven a niveles lo suficientemente restrictivos para lograr un regreso oportuno de la inflación al objetivo de medio plazo del 2%". Asimismo, asegura que se mantendrán en esos niveles "durante el tiempo que sea necesario". Por lo que, aunque se relajen las alzas e incluso se lleguen a pausar, es probable que se produzcan rebajas en los tipos de interés a corto plazo. 

En este sentido, el banco no da mayores pistas sobre las futuras reuniones y ha señalado que continuará evaluando los datos macroeconómicos para determinar el nivel y la duración apropiados de las subidas. En concreto, las próximas decisiones seguirán basándose en su evaluación de las perspectivas de inflación a la luz de los datos económicos y financieros entrantes, la dinámica de la inflación subyacente y la fuerza de la transmisión de la política monetaria.

La decisión del BCE se produce un día después de que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) decidiera subir los tipos de interés en 25 puntos básicos, hasta un rango objetivo de entre el 5% y el 5,25%, y dejando la puerta abierta a una pausa en esta política restrictiva tras diez incrementos consecutivos. Asimismo, desde que comenzara a subir las tasas el verano de año pasado, el BCE ha elevado el precio del dinero en hasta 375 puntos básicos.

Lagarde avisa: aún queda terreno por recorrer 

Paralelamente, el BCE seguirá reduciendo la cartera del programa de compra de activos (APP) del Eurosistema a un ritmo medido y predecible. En línea con estos principios, el Consejo de Gobierno prevé interrumpir las reinversiones al amparo del APP a partir de julio de 2023. Respecto al programa de compras de emergencia durante la pandemia (PEPP), el Consejo reinvertirá los pagos de principal de los valores adquiridos al amparo del programa que vencen hasta al menos finales de 2024. Por ello, seguirá flexibilizando la reinversión de los reembolsos vencidos en la cartera de PEPP, con el fin de contrarrestar los riesgos del mecanismo de transmisión de la política monetaria relacionados con la pandemia.

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha explicado en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno que la entidad está todavía dentro del ciclo de subidas de tipos. "Está muy claro que el BCE no está pausando. Sabemos que aún queda terreno por recorrer", ha señalado la dirigente francesa. Así, ha asegurado que el ánimo entre los miembros del organismo era de determinación para luchar contra la inflación y que, si bien es cierto que hubo diferentes opiniones al respecto, finalmente se impuso por un consenso general "muy fuerte" la decisión de aplicar una nueva subida de 25 puntos básicos.

"Unos pensaban que era apropiado subir 50 puntos básicos y otros 25, pero no escuché a nadie pedir cero", ha subrayado la presidenta del BCE. Además, Lagarde ha remarcado que el descenso de los precios vinculados a la energía debe ser aprovechado por los gobiernos para retirar las medidas de apoyo desplegadas durante la crisis energética y así evitar impulsar al alza la inflación a medio plazo.