El éxodo hacia las oficinas de desempleo de los trabajadores del sector de la Educación ha empezado en junio, con 56.593 afiliados menos en la Seguridad Social. La estacionalidad de la formación -que se paraliza en los meses estivales- deja sin actividad laboral a una de cada cinco personas dedicadas al sector. Así, las deserciones de junio continuarán en julio y agosto como en años anteriores. El pasado 2024, el empleo cayó de 1,28 millones de afiliados en mayo, bajo el epígrafe de Educación, a 1,032 en agosto; es decir, 254.000 menos, lo que equivale al 20%.

Se trata mayoritariamente de asalariados, aunque del total de los afiliados que se han caído de las listas de afiliados en Educación, el 2% son autónomos. El secretario de Estado de Seguridad Social, Borja Suárez, señala que el fenómeno se circunscribe a la formación no reglada -academias, actividades extraescolares o funciones no pedagógicas- y no en la reglada. Eso deja fuera a los colegios públicos, los concertados y los privados y a los profesores, pues varias sentencias prohíben que sean despedidos en los meses de verano.

 

Jesús Gualix, responsable de Educación de UGT, coincide con acotar el paro de actividad a la formación no reglada, pero reconoce que hay algunos casos, minoritarios, que sí están incumpliendo la ley. Se trata de profesores “vinculados a empresas concretas de Andalucía que tenemos denunciadas” y, aunque no descarta que pudiera haber otros casos, en el sindicato no tienen constancia de más. Una denuncia que han elevado a los tribunales en 2023. El sindicalista remarca que desde que se ganó en la Audiencia Nacional, sentencia ratificada por el Tribunal Supremo, “no se pudiese hacer al personal docente contratos de fijos discontinuos. Si es así, serán condiciones fraudulentas. Finalmente, declara que no tiene constancia de que desde la Inspección de Trabajo haya alguna campaña específica para los fijos discontinuos del sector.

Pedro Ocaña, de CC. OO. señala que su sindicato viene exigiendo una campaña específica en ese ámbito, aunque señala que no se acaba de activar y señala, que no le consta que se esté pensando en una reforma legal a este respecto.

Fuentes del Ministerio de Trabajo señalan que la Inspección de Trabajo hace una campaña global para constatar que los contratados como fijos discontinuos cumplen con las normas y no están en fraude de ley. Una de las irregularidades más frecuentes que se detecta es que los asalariados bajo esta modalidad tienen una actividad continuada durante todo el año, sin registrar ceses de actividad que justifican este contrato. De ser así, la empresa deberá modificar automáticamente el contrato de fijo discontinuo a fijo continuo. Con los últimos datos de 2023, la Inspección continuó con el Plan de choque específico para la transformación de contratos fijos discontinuos en fijos ordinarios, que arrancó un año antes. En 2023 se transformaron 60.016 contratos, de los que 44.284 fueron resultado del plan de choque y 15.732 por la acción ordinaria.

Jesús Cruz Villalón, catedrático de Derecho laboral de la Universidad de Sevilla, señala que en el caso de profesores, la inspección podría intervenir si el uso del fijo discontinuo, cuando debería utilizarse el fijo ordinario, provocase el pago de menos cotizaciones a la Seguridad Social y el Sepe podría denegar la prestación por desempleo para los periodos de inactividad. Finalmente, por la vía judicial “habría que ver si se produce un despido improcedente al final del curso escolar o se pretende abonar menos salario durante el mes de vacaciones”.

Pero matiza que si se trata de trabajos complementarios o de mantenimiento en el sector de la educación, por ejemplo limpieza de los locales, que se pueden interrumpir dos o tres meses, el legal usar la figura del fijo discontinuo. El experto en la norma laboral recalca que los fijos discontinuos tienen un régimen especial en la prestación por desempleo. “Si tienen el periodo mínimo de cotización, un año, tienen derecho a la prestación por desempleo durante los periodos de inactividad. El porcentaje de los que reciben la prestación por desempleo es bastante elevado”, apunta.

Contrato temporal

Los fijos discontinuos son, ciertamente, mayoría en el éxodo hacia el paro de una quinta parte de los trabajadores en Educación. En junio, el 82% de los que se han dado de baja tenían esta modalidad contractual. Sin embargo, no son los únicos. En el sector, en mayo, había 294.690 asalariados con contratos temporales, más a tiempo completo que parcial, frente a 157.690 fijos discontinuos. Pero la llegada del verano no les afecta tanto, al revés. La avalancha de campamentos estivales y la contratación de monitores provoca que aumenten en 792 los afiliados con contratos temporales a tiempo completo, pero también en 545 en la modalidad de fijos ordinarios a tiempo completo.

Sin embargo, se han producido descensos en las otras modalidades, especialmente en jornadas parciales. Así, los fijos a tiempo parcial se reducen en 1.813 afiliados y los temporales, también a tiempo parcial, en 5.342. También cae la afiliación entre los contratos de aprendizaje (813 afiliados menos) y en otros contratos (2.566).

Pocos cambios

Desde el gobierno español señalan que la situación en el sector está cambiando a mejor, aunque los datos muestran una ligera corrección en el mejor de los casos. La llegada de la reforma laboral en 2022 obligó al sector a sustituir el contrato de obra y servicio por el de fijos discontinuos. Así, en mayo de 2019 había 384.539 asalariados temporales y 58.428 fijos discontinuos y seis años después siguen mandando los temporales, casi el doble que los discontinuos, a pesar de que se han elevado en 100.000.

Pero a pesar del cambio de contrato -que supone claramente una mejoría frente al modelo temporal- la realidad en el sector sigue siendo la misma, pues en 2021 dejaron de cobrar sus nóminas el 20,2% del total de afiliados en Educación y en 2025, se reduce apenas tres décimas. En positivo, el peso de los fijos discontinuos ha ido descendiendo, pues el fuerte crecimiento del empleo en Educación (30% desde la pandemia) se ha cubierto principalmente con fijos ordinarios. En 2025, los discontinuos pesaban el 11,9% del empleo, mientras que en 2023 eran el 13,6%.