Si tiene prejuicios (el actual parece que los tiene) contra ella, tanto da: el próximo Presidente del Gobierno va a tener que cambiar de actitud en relación a esa noble, útil y secular tecnología que se llama minería. Se lo van a exigir, en concreto, desde la Comisión Europea, que reclama a cada país miembro de la UE que elabore y le traslade de “inmediato” de un plan de reservas de minerales estratégicos para que Europa pueda competir con China en este mercado clave.

La minería, en declive en España
En España, las dos primeras décadas del siglo en curso no han sido favorables para le minería. Sectores que daban empleo a decenas de miles de personas como el del carbón han quedado reducidos a la mínima expresión (un solo pozo vertical en Asturias) mientras proyectos que, con la complicidad del Gobierno, estarían ya en marcha hace años siguen atascados como, por ejemplo, los que pretenden explotar el litio de Extremadura o el uranio de Salamanca. Y, sí, es cierto que ni el carbón, ni el uranio ni el litio son tierras raras, pero expertos estadounidenses han explicado ya que el agua que brota de antiguas minas hoy cerradas o las escombreras mismas generadas durante los años de actividad podrían contener materiales de este tipo. En Galicia, por ejemplo, hay coltán en las escombreras de una antigua mina de estaño. De las más de 4.000 explotaciones mineras que funcionaban en España en 2008, hoy sólo quedan unas 2.600.
¿Qué materiales quiere la UE que se exploten?
Son los que se consideran estratégicos y entre ellos figuran tierras raras como el coltán, pero también minerales más comunes como el litio, el cobalto o el magnesio. Consciente de la riqueza del subsuelo español, la UE quiere que se elabore un plan para explotar estos recursos que, a fecha de hoy, se importan desde terceros países con los que las relaciones no suelen óptimas (China y Rusia son un ejemplo) o que no ofrecen la seguridad jurídica y la estabilidad que cualquiera le pediría a un socio estratégico. Sin minerales estratégicos explotándose en el primer mundo, la descarbonización prevista para 2030 dependerá de estos socios. Y la UE no quiere eso. En España tenemos litio en Cáceres; zinc, en Sevilla; cobre y cobalto, en Huelva; wolframio, en Salamanca y Zamora; magnesio, en Soria; uranio, en Salamanca y carbón (que puede servir, además de para generar energía limpia mediante sistemas de captura de CO2, para almacenar hidrógeno) en Asturias, León y Palencia. Y no explotamos casi nada.