Desde antiguo, España ha sido uno de los territorios europeos más propicios para la extracción de todo tipo de minerales. Si ya Tartessos fundamentó su poderío en los metales que albergaba el subsuselo de la península y, después, romanos y cartagineses siguieron su senda, el mercurio que se producía en la Edad Moderna y los múltiples minerales que, con capital extranjero la mayoría de las veces, se extrajeron de suelo español en el XIX demuestran lo que nadie duda ni siquiera hoy: que la península, gracias a estructuras geológicas como la Faja Pirítica, es uno de los territorios en la que la minería industrial tiene mayor potencial. Ahora, la UE acaba de aprobar una directiva sobre lo que denominan “materias primas críticas que los expertos consideran va a abrir una nueva edad dorada para la minería nacional.

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Interés público

Según el Colegio de Geólogos, la nueva normativa establece la creación de un supuesto, los proyectos estratégicos de interés público, que se posicionan por encima de las legislaciones nacionales incluso. Así, en cualquier país y por mandato europeo, se podrán activar proyectos que “contribuyan a la seguridad del suministro de materias primas críticas para Europa” siempre que se cumpla con la legislación ambiental nacional y europea. ¿A qué abre la puerta este cambio legislativo? Pues, posiblemente, a que proyectos como la mina de uranio de Salamanca o las minas de litio de Extremadura no queden a merced de prejuicios partidistas. Incluso, quién sabe, hasta el venerable carbón podría tener una nueva oportunidad si alguien decide volver a considerarlo estratégico.

Crítico y estratégico

Según la UE, en 2030 el 10 por ciento de las materias primas críticas que se usan en Europa deberán extraerse dentro del territorio de la UE. El 40% de estas materias, además, deberá procesarse en suelo europeo y el 15% tendrá que proceder del reciclado. Igualmente, se creará un organismo supranacional que tendrá la misión de estudiar y visar los proyectos que se vinculen a minerales considerados estratégicos y sus dictámenes serán vinculantes. Todo proyecto que sea validado por la Junta Europea de Materias Primas Críticas se deberán aprobar en 24 meses si es de explotación y en 12 si es de procesado o reciclado.

En la actualidad, la media de tiempo que se tarda en Europa en poner en marcha una explotación minera es de 15 años, fundamentalmente por retrasos en la tramitación ambiental, por lo que confía en que con la propuesta europea se agilicen los plazos y se favorezca la investigación y explotación de nuevos proyectos relacionados con los minerales estratégicos tanto en España como en Europa.