En Tesla, además de con la venta de vehículos, ganan dinero con la de otros servicios y productos. De los 81.500 millones de dólares ingresados en 2022, 67.200 procedían de la venta de automóviles y 14.300 (el 17,5%) se vinculan a otros servicios como, por ejemplo, las actualizaciones del sistema de conducción autónoma. Ahora, al menos en Estados Unidos, han identificado un nuevo nicho de negocio: la venta de seguros.

Donde otros no llegan
Asegurar un Tesla no es fácil, ya que su mantenimiento (y especialmente, las reparaciones) es más caro que el de los vehículos de combustión y, también, que el del resto de híbridos y eléctricos. Hay, incluso, compañías que no ofrecen seguros para los coches de esta marca. Para cubrir la demanda, Tesla ha desarrollado una aplicación que se instala en cada vehículo y calibra el comportamiento del propietario al volante. A partir de los datos que recoge, asigna una puntuación al conductor y, con ella, calcula el precio del seguro.
¿Abren caminos?
El sistema de Tesla puede acabar convirtiéndose en un estándar, ya que el malestar entre los conductores que, a pesar de no pasar partes, ven cada año subir sus primas crece cada año. De ahí, por ejemplo, la escasa fidelidad que se tiene a las aseguradoras. Un estudio de Simon-Kucher& Partners indica que, sólo en España, hasta un 20% de los conductores cambia de aseguradora a consecuencia de la escalada de precios que las compañías vinculan a la inflación y no a la siniestralidad. Tesla trabaja así desde 2019 y su sistema ofrece ahorros de hasta el 45% en Texas, donde el número de coches Tesla circulando es notable