No pierden el tiempo: aunque todavía en funciones y sin la investidura del todo clara, el presidente del Gobierno y sus ministros siguen tomando decisiones que condicionan el futuro: el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha autorizado este mes de agosto la solicitud de cierre de la central térmica de As Pontes que ha presentado Endesa, propietaria de la instalación.

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Informe favorable

El visto bueno a la petición de la eléctrica se fundamenta en un informe elaborado por Red Eléctrica de España (REE) en el que se indica que el cierre es “compatible con la seguridad de suministro del sistema eléctrico”. Desde el terreno, el asunto se ve de otro modo: por un lado, Ricardo Casas, presidente del Comité de Empresa de As Pontes, califica la decisión de “prematura” en un contexto energético “muy volátil” y lamenta haberse enterado de la decisión “por la prensa”. La Asociación de Transportistas de As Pontes, que agrupa a los profesionales que surten de carbón a la instalación –el carbón llega por vía marítima desde que las minas de lignito de la zona se dieron por agotadas- califica el cierre de “otra patada más” dentro de un proceso “iniciado hace años” que se clausura “un sábado de agosto con la gente de vacaciones”. Manuel Bouza, presidente de la entidad, indica que hubiese sido “deseable” que desde el Gobierno se hubiera mostrado “un poco de sentido común”.

Inversiones

Desde Endesa se indica que los 1400 MW térmicos de As Pontes se sustituirán por 1300 MW renovables. El desmantelamiento durará cuatro años y, como parte del mismo, se activará un “plan de formación para 130 personas”. Al tiempo, están previstos nuevos desarrollos industriales en terrenos vinculados a la central entre los que se cuentan una planta de fabricación de neumáticos, un centro logístico de mantenimiento eólico y una planta de hidrógeno verde. El Comité de Empresa de As Pontes exige “que se cumpla lo prometido” y los transportistas, resignados, indican que ya no les extraña “nada de lo que hagan Endesa y el Gobierno de España”. Si Pedro Sánchez consigue ser investido presidente y en la línea de rigor iconoclasta que se ha aplicado al resto de térmicas, deberíamos dar por hecho que, de aquí a unos meses, veremos de nuevo derribos de chimeneas, torres de refrigeración y, en general, de cualquier cosa que pueda recordar que As Pontes, durante medio siglo vivió del carbón y generó electricidad con él para toda España.