Elon Musk continúa con su particular revolución espacial y es por ello que ahora SpaceX se prepara para demoler la histórica rampa de lanzamiento SLC-37, hasta hace poco hogar del vehículo de lanzamiento de carga pesada desechable Delta IV Heavy de United Launch Alliance. En su lugar, la empresa del magnate sudafricano pretende levantar dos torres de integración para la Starship. 

Florida se prepara para los cohetes más grandes de la historia

Recientemente, la Fuerza Espacial estadounidense ha publicado un informe preliminar que allana el camino legal y medioambiental de SpaceX, dado que no se han localizado impactos significativos ni para el entorno ni para la competencia. Solo falta el visto bueno definitivo, previsto para otoño. Los trabajos comenzarán con el desmantelamiento de torres, pasarelas y sistemas. En ese mismo terreno, SpaceX quiere construir no solo las torres de lanzamiento, sino también estructuras de recuperación, depósitos de combustible y un sistema completo de soporte en tierra. 

Todo esto tiene un propósito y es lograr algo nunca antes visto: lanzar y aterrizar hasta 76 Starship al año, solamente desde esta base. Sin embargo, a este dato hay que sumar otras plataformas localizadas en Florida, Texas y California. En total, SpaceX podría operar desde hasta nueve rampas activas en menos de cinco años. Esta apuesta, como ya estás comprobando, refleja el grado de dependencia que tanto la NASA como los militares tienen hoy de SpaceX. 

Pese a las recientes tensiones entre Elon Musk y Donald Trump, la realidad es que ni la Estación Espacial Internacional ni las misiones críticas de defensa podrían mantenerse sin los Falcon 9, Falcon Heavy y, esperemos que pronto, la Starship. Estos últimos cohetes, todo un prodigio de la tecnología aeroespacial, permitirán enviar grandes cargas a la órbita, transportar tropas o equipos entre continentes e incluso regresar a la Luna, con el famoso programa Artemis, o poner rumbo a Marte.

Demolición de la rampa de lanzamiento del cohete Titan en Cabo Cañaveral

La ampliación de instalaciones en Cabo Cañaveral incluye también el colosal edificio Gigabay, una fábrica de 815.000 m² y 116 metros de altura que estará operativa en 2026. Hasta entonces, las Starship que sean fabricadas en Texas se trasladarán por mar, en posición horizontal, hasta Florida. Esta noticia no es más que la confirmación de que mientras SpaceX crece, sus rivales encogen. 

United Launch Alliance, por su parte, ha reducido de siete a dos sus rampas activas, mientras que Blue Origin opera solo en una. Algunos se quejan de que los lanzamientos de la Starship podrían obligarles a paralizar sus operaciones por seguridad, pero el informe de la Fuerza Aérea lo ha descartado. De hecho, incluso los equipos de SpaceX podrán seguir trabajando en la vecina SLC-40 durante las misiones desde SLC-37.

El futuro del espacio estadounidense parece que empieza a estar mucho más claro. Será grande, será reutilizable y, si no sucede nada raro, tendrá el logo de SpaceX en cada esquina. Con un nuevo puerto espacial para el coloso Starship, las posibilidades son infinitas, siempre y cuando Donald Trump no se interpongan en su camino y en el de la ciencia y la exploración espacial.