Quieren que sea a finales de mayo: Virgin Galactic, la empresa de viajes espaciales de Richard Branson, quiere volver a ofrecer vuelos espaciales dos años después de que tuviera lugar su última expedición. A partir de junio, volverán a vender billetes a razón de unos 450.000 dólares.

800px SS2 and VMS Eve
 

Hasta 80 kilómetros de altura

Los vuelos de Virgin Galactic se realizan empleando el avión espacial VSS Unity, al que la aeronave VMS Eve arrastra hasta los 15.000 metros. Desde allí, el VSS Unity se eleva hasta los 80 km de altitud, ya en lo que se denomina espacio suborbital. Técnicamente, no es por tanto un vuelo al espacio, ya que éste se considera que comienza a los 100 km, el punto en el que se sitúa la denominada Línea de Kármán. Dicha línea es el punto que, según la Federación Aeronáutica Internacional, separa la atmósfera del espacio exterior. Fue traspasada por primera vez en 1944 cuando un cohete denominado Aggregat 4 que no era otra cosa que un prototipo de la bomba voladora V2 fue lanzado desde la base nazi de Peenemünde. Tódor Kármán, el hombre que da nombre a la citada línea, fue un científico húngaro que eemigró a Estados Unidos en los años 30 y, ya en los 50, se dedicó a tratar de descubrir dónde estaba el límite entre la atmósfera y el espacio. Werhner Von Braun y sus compañeros de Peenemünde, por supuesto, no sabían dónde estaba la línea de Kármán ya que, además de estar ellos dedicados a otras cosas como, por ejemplo, descubrir nuevos métodos para bombardear Londres, en 1944 nadie la había definido aún.

¿Qué verán los pasajeros?

Los pasajeros que decidan embarcarse en el invento de Richard Branson, ése hombre que era Elon Musk antes de que hasta el propio Elon decidiera ser quien es hoy, experimentarán a cambio casi medio millón de dólares unos minutos de ingravidez y podrán ver la tierra desde el espacio. La broma durará unos 90 minutos pero, antes de los próximos vuelos comerciales previstos para junio, tendrá lugar un vuelo de prueba denominado Unity 25.