Sevilla, o al menos eso dice su alcalde, Antonio Muñoz, tiene desde este 5 de diciembre “un color espacial”. Son las palabras que, echando mano de la celebérrima tonada de Los del Río, ha pronunciado hoy el primer edil hispalense tras conocer que la ciudad que preside será sede de la Agencia Espacial Española. Más allá de la ocurrencia –justificada y bien traída, hay que reconocerlo- la capital de Andalucía tiene motivos para sentirse orgullosa y su alcalde para estar satisfecho con lo que ha conseguido: la candidatura hispalense se ha batido con otras diecinueve y ha superado a las de ciudades como Teruel, Ciudad Real, San Javier, Huelva, Tres Cantos, l'Hospitalet de Llobregat, Puertollano, Maspalomas o León; todas ellas vinculadas de algún modo con la industria aeronáutica y la tecnología. Al final, los avales sevillanos han pesado más.

fotografia sevilla
 

¿Por qué Sevilla?

El Gobierno de España, que publicó a primeros de octubre en el BOE los requisitos para acoger esta Agencia que ahora ya se sabe que estará a orillas del Guadalquivir, no pedía en realidad demasiado: una estación de tren de Alta Velocidad relativamente próxima, un aeropuerto internacional a menos de una hora de distancia, hoteles de calidad en el entorno y universidades dinámicas relativamente próximas. La instalación ocupará más de 3.000 metros cuadrados y en ella trabajarán unas 70 personas y, si Sevilla ha resultado elegida, ha sido porque aportaba mucho más que eso. El requisito de la estación de AVE lo cubre con Santa Justa; el del aeropuerto internacional, con Sevilla-San Pablo; de hoteles siempre ha ido bien servida y universidades de primer nivel tiene tres públicas (la Universidad de Sevilla, la Universidad Pablo de Olavide y la Universidad Internacional de Andalucía) y una privada, la Universidad Loyola.

A todo eso le suma otras ventajas, que son las que han decantado la balanza a favor de los hispalenses como, por ejemplo, la existencia de un equipamiento, El Centro de Recursos Empresariales Avanzados (CREA) en el que la Agencia puede instalarse en semanas y que, además, está bien conectado con el centro histórico, el polo tecnológico de la Cartuja y el aeropuerto, donde se levanta el complejo industrial Aerópolis, especializado en aeronáutica, como su nombre indica. La ciudad está también conectada por avión con Bruselas, París, Amsterdam, Roma, Francfort y Toulousse y, en breve, estrenará conexión con Praga gracias a Vueling. Sevilla concentra hoy al 72% de las empresas vinculadas al sector aeroespacial que operan en Andalucía, el 26% de los grupos de investigación y el 42% de los organismos públicos que tienen algo que ver con el espacio. En Andalucía, unas 14.500 personas trabajan en empresas vinculadas al sector aeronáutico y aeroespacial.

Razones históricas

Las reseñadas son ventajas objetivas que han favorecido a Sevilla en la batalla, pero hay otras que tienen que ver con la historia de la ciudad que tampoco deben obviarse: los primeros vuelos comerciales partieron de la ciudad en 1921 y en Sevilla se construyó también en 1955 el primer avión español a reacción (el caza HA200 Saeta, fabricado en Construcciones Aeronáuticas –CASA- bajo la supervisión de Willy Messersmicht) y, después. CASA se convirtió en lo que hoy es Airbus Sevilla. Además, Sevilla fue el puerto gracias al que España completó aquella gesta de la civilización que fue el Descubrimiento y la construcción de lo que después se convirtió en lo que hoy es Hispanoamérica. ¿Qué mejor sitio, pues, para instalar la Agencia que definirá lo que España haya o no de ser en la siguiente gran conquista que aguarda, que no es otra que la del espacio? Claro que sí: si una ciudad de la península tiene color espacial, esa es Sevilla un sitio en la que hace muchísimos años que se trabaja mucho y bien, nadie es extraño y a la que, poco o mucho, todo el mundo quiere.