¿A quién no le gusta disfrutar del cielo estrellado? Agosto, el mes que casi acabamos de cerrar, es especialmente propicio; ya que, durante su primera quincena; se puede disfrutar de las famosas Lágrimas de San Lorenzo pero, quizá, ese entretenimiento vacacional tenga los días contados: un gigantesco satélite de comunicaciones que acaba de lanzarse, puede llegar a ser casi más brillante que Venus, conocido en España como el Lucero del Alba.

BlueWalker 3
BlueWalker 3

¿De qué se trata?

Su nombre es BlueWalker 3, está hecho de vidrio y aleaciones de metal, lo ha diseñado una empresa llamada AST SpaceMobile con sede en Texas, Estados Unidos y acaba de ser puesto en órbita por el cohete Falcon 9 de Space X. Pesa 1,5 toneladas y, cuando funcione a pleno rendimiento, habrá desplegado una gran estructura hecha de mosaicos cuadrados modulares que alcanza los 64,4 metros cuadrados y va a reflejar muchísima luz solar. Su cercanía a la tierra (orbitará a unos 500 kilómetros de nuestro planeta) lo convertirá en un cuerpo muy visible desde la Tierra. Tanto que, incluso, puede llegar, según los peores pronósticos, a eclipsar todo el cielo nocturno, ya que sólo la Luna será más brillante. Lo más grave del caso es que AST Space Mobile tiene previsto lanzar otros 100 satélites más que podrían llegar a crear rayas brillantes en las imágenes captadas por cualquier telescopio terrestre.

¿Para qué sirve?

Se trata, cómo no, de un satélite de telecomunicaciones que permitirá crear una red global de banda ancha celular en el espacio que funcionará directamente con dispositivos móviles estándar. No harán falta, por tanto, ni parabólicas ni routers y será suficiente con un teléfono 4G o 5G para el que hayas contratado el servicio. Es interesante, pero los astrónomos se tiran ya de los pelos: en el observatorio Vera C. Rubin de Filadelfia y en el Centro de la Unión Astronómica Internacional para la Protección del Cielo Oscuro creen que el satélite va a cambiar para siempre la imagen del cielo nocturno. Elon Musk, dueño de Space X, dice que los beneficios superan a los inconvenientes pero yo, que soy de los que cada año gustan de ver las Lágrimas de San Lorenzo, me pregunto ya hoy que será lo que acabaré viendo en los cielos de mi pueblo; Barruelo, al norte de Palencia; allá por el diez de agosto de 2023. Espero no tener que acordarme, para mal, de la madre del señor Musk.