En principio; algo parece salmón, sabe a salmón y huele como el salmón debería ser salmón pero, vista la verosimilitud de productos como Hello Fuah!!, ya se puede imaginar uno cualquier cosa y no equivocarse. Justo eso mismo que ha hecho una empresa española con el apreciado hígado de pato es lo que hace ahora otra empresa, esta canadiense, con el rey de los peces de río. Ya está aquí el salmón sintético.

¿Quién lo fabrica?
El producto es una creación de New School Foods y se elabora mediante una tecnología denominada scaffolding, que traducido a nuestro idioma significaría algo tal que andamiaje pero sin que se utilice ni madera ni barras metálicas como en las estucturas que se adosan a los edificios en construcción. Aquí, con lo que trabajan es con fibras vegetales que se transforman en sucedáneos de otras fibras, las musculares, que forman la carne del salmón de verdad. El resultado, explican en New School Foods, sabe, se corta y se cocina como el salmón de verdad y, si han llegado a él, ha sido gracias a 12 millones de euros que diferentes fondos de inversión les han confiado. También cuentan con financiación oficial que procede de agencias gubernamentales canadienses.
Tres años de historia
New School Foods se fundó hace tres años y forma parte de un mercado, el de las startups alimentarias, que en 10 años podría representar en Norteamérica un volumen de negociao de 1.600 millones de euros si nos limitamos sólo a las empresas que quieren elaborar sucedáneos de pescado y marisco. ¿Te suena cierta empresa vasca que nos vende hace años un sucedáneo de las cada vez más escasas angulas? Pues estos hacen lo mismo, pero con el salmón y las plantas como protagonistas.